Algunos creen que las políticas socialistas de la familia están fracasando, dado el destrozo que produce, sin percatarse que es un destrozo calculado y deseado. La familia es vista como una oposición fuerte ante el deseo de dominio de corte totalitarista de nuestros dirigentes que estorba.

Para que luego digan que la ingenuidad no existe … Dicen estos bienintencionados: “Nunca una ley ha demostrado en tan poco tiempo su fracaso como la ley del divorcio Express”, ha señalado Eduardo Hertfelder- presidente del Instituto de Política Familiar (IPF). La ley del divorcio Express ha sido una ley totalmente desacertada desde una perspectiva jurídica, psicológica, psiquiátrica, sociológica y familiar-, que ha provocado efectos muy negativos tanto para los cónyuges, como para los hijos, y la sociedad en general”

“La ley del divorcio Express, en efecto, ha disparado el número de divorcios (los divorcios se han incremento en un 140% en sus primeros años, han superado los 121.900 anuales y representan el 93% de las rupturas), ha eliminado el periodo de reflexión (tan solo el 7% de las rupturas son separaciones-periodo de reflexión-), ha incrementado la conflictividad de las rupturas familiares (las rupturas conflictivas representan ya más del 40% de las rupturas), ha provocado el aumento de la población divorciada/separada (la población de personas separadas/divorciadas sea ya el 4,5% de la población española) y el incremento de hijos con familias desestructuradas (más de 2 millones de hijos de padres divorciados/separados)”

“La ruptura familiar es la asignatura pendiente de las administraciones españolas”

¿Quién le habrá dicho a este ingenuo que preservar la familia sea objetivo de estos políticos?. ¿Se han planteado que el objetivo sea el de abolir la familia, tal como Engels enseñaba …

En fin, valoramos la buena intención, pero echamos de menos un poco más de realismo y, sobretodo, que dejen de pensar que todos pretenden reforzar la familia. Engels pensaba que la familia era la razón de la opresión de la mujer. Izquierdas y fundamentalismo de género, coinciden en la necesidad de abolir la familia, lo que de momento están consiguiendo y, por ello, hay que reconocerles el éxito de su plan maquiavélico, aunque quizás favorecido por la anestesiada sociedad española.