ETA quiso volar las torres Kio con el explosivo de Portugal
ETA quiso volar las Torres Kio de Madrid a principios del pasado año con una furgoneta bomba cargada con explosivos fabricados en Portugal. El ‘comando Otazua’, desarticulado por la Guardia Civil esta semana en Vizcaya, había sido elegido para perpetrar el atentado, según informaron fuentes de la lucha antiterrorista.
El atentado se frustró porque una patrulla de la Guardia Civil del puesto de Bermillo de Sayago, en Zamora, interceptó el 9 de enero la furgoneta cargada de material electrónico cuando se dirigía hacia Portugal para recoger el explosivo. La furgoneta iba conducida por el presunto etarra Garikoitz García Arrieta cuando fue interceptado por los agentes. En un coche, como lanzadera, circulaba Iratxe Yañez. Aunque los dos etarras lograron escapar a territorio portugués, fueron capturados por agentes de este país pocas horas más tarde.
Según se ha sabido ahora, la furgoneta interceptada tenía que ser cargada con el explosivo que ETA fabricaba en una casa de la localidad de Obidos, en Portugal. La banda había alquilado la vivienda y la había convertido en un taller de fabricación de explosivos que fue descubierto el 4 de febrero del pasado año con más de 1.300 kilos de material ya preparado para explotar. Al frente del laboratorio estaban los miembros de ETA Oier Gómez Mielgo y Andoni Zengotitabengoa Fernández que fueron identificados por la policía portuguesa después de descubrir que habían sido filmados por las cámaras de seguridad de un centro comercial. Zengoiitabengoa fue capturado el 11 de marzo en el aeropuerto de Lisboa cuando trataba de coger un vuelo con destino a Venezuela.
El plan, que había sido preparado por el dirigente de ETA Mikel Carrera Sarobe, alias ‘Ata’, preveía volver a traer a España la furgoneta preparada como una bomba y entregársela a los miembros del ‘comando Otazua’. Estos tendrían que ser los encargados de transportarla a Madrid y estacionarla junto a las Torres de Kio, ubicadas en la Plaza de Castilla, para hacerlas estallar, según las indicaciones que les había dado Mikel Carrera.
Siempre en el punto de mira
La zona en la que se iba a cometer el atentado está en el punto de mira de ETA desde hace años que ha tratado de perpetrar acciones terroristas similares en varias ocasiones. En diciembre de 1999, la banda envió otras dos furgonetas bomba para hacerlas estallar en la zona de Azca, situada no muy lejos de las Torres Kio. En esa ocasión el atentado se vio frustrado porque una patrulla de la Guardia Civil interceptó los vehículos cuando eran transportados hacia Madrid por la provincia de Zaragoza. En 2007, el ‘comando Elurra’ de ETA viajó a Madrid y estuvo estudiando el lugar idóneo para estacionar un coche bomba en la zona de Azca.
El atentado que querían cometer contra las torres de Kio se parecía al que la misma célula había cometido seis meses antes, el 29 de julio de 2009, contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Burgos, provocando cuantiosos daños materiales y heridas a 65 personas. El ‘comando Otazua’ recibió entonces una furgoneta Mercedes Vito, robada en Francia el 10 de abril, y la estacionó en un aparcamiento situado junto a la comandancia de la Guardia Civil. El vehículo había sido pintado con un color diferente al original para evitar su localización. Además se le había colocado una matrícula “doblada” perteneciente a un vehículo similar propiedad de un vecino de Burgos. Varias horas después de que dos miembros del comando estacionaran la furgoneta-bomba se produjo la explosión que ocasionó cuantiosos daños materiales y que obligó al desalojo de doscientas personas.