Nadie se explicaba muy bien qué hacía un hombre como Felipe González en el Consejo de Participación de Doñana, otro ente de la Junta que preside desde diciembre de 2009. Hizo la vista gorda ante el proyecto de construcción de un gaseoducto, por dentro del espacio protegido europeo. ¿Quién lo promovía? Una filial de Gas Natural, la empresa que pocos meses después lo nombraba consejero tras ser accionista de la misma.

Justamente tres meses después de que el Gobierno aprobase la autorización medioambiental de un proyecto que algunos ecologistas ven una «amenaza» para Doñana, Gas Natural convirtió a González en consdejero de la Compañía.

La construcción de un nuevo gasoducto en Doñana está promovida por Petroleum Oil & Gas España, una filial de Gas Natural que recibió el visto bueno del Gobierno, a través de la declaración de impacto ambiental, el pasado 13 de septiembre de 2010, si bien la resolución fue firme el 30 de septiembre con su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

Aunque el proyecto inició su tramitación en abril de 2008 y abrió un periodo de consultas previas en junio de aquel año, el Gobierno abrió en marzo del pasado año 2010 un nuevo periodo de consultas para organismos y entidades que inicialmente no habían sido consultados. Entre ellos debería encontrarse el Consejo de Participación de Doñana, por entonces presidido ya por Felipe González.

Pero de nuevo el ente presidido por González siguió sin ser consultado con lo que el ex presidente no tuvo que manifestar su posición y el tema no tuvo entrada en el Consejo de Doñana ni fue consultado ni emitió opinión alguna sobre este gasoducto.

La organización ecologista Adena señaló que era «necesario el sometimiento del mismo al trámite de informe preceptivo del Consejo de Participación de Doñana -organismo que sustituyó en 2007 al Patronato y la Junta Rectora del Parque- , tal y como recoge el decreto de la Junta que regula los órganos de gestión y participación del Espacio de Doñana». La reclamación de Adena nunca fue atendida y el Consejo no abordó el asunto.

El proyecto tiene como objetivo la producción de gas natural y la utilización de los yacimientos como almacenamiento subterráneo y aunque, según los promotores y la propia Junta, formalmente se encuentra fuera del Espacio de Doñana, se encuentra muy próximo al Parque Natural, en concreto a unos 300 metros, e incluso al Parque Nacional, a unos dos kilómetros.

La vista gorda de González ha recaido sobre las actuaciones proyectadas que se localizan sobre espacios incluidos en la Red Natura 2000 y, más concretamente, sobre el Lugar de Interés Comunitario (LIC) Doñana norte y este, «de gran importancia para el lince ibérico», al tratarse de una zona de cría, campeo y dispersión de esta especie, según denunciaron en su día organizaciones ecologistas como Adena.