Perspectiva de género: breve síntesis de sus raíces, objetivos y perversas/terribles consecuencias (I)
Hace poquitos días, exactamente el viernes, 11 de marzo (séptimo aniversario de aquel terrible día en el que cada día más gente considera que se produjo en España un golpe de estado) en la Asamblea de Extremadura se produjo un monstruoso atentado contra la Constitución y contra las libertades individuales y colectivas de incalculables consecuencias, y del que los medios de información –como si hubieran establecido un pacto de silencio- apenas han hablado… Me refiero a la aprobación exclusivamente con los votos del Partido Socialista Obrero Español de la denominada “Ley de Igualdad entre Hombres y Mujeres y contra la Violencia de Género”. Antes de continuar, es obligado felicitar al Partido Popular de Extremadura por su valentía, por su coherencia al plantar cara y oponerse a semejante engendro, quiero aprovechar para darle a los diputados del PP, el cálido aplauso que los servicios de seguridad del Parlamento extremeño me impidieron, y en especial a la Diputada Teresa Tortonda, a la que le tocó lidiar con la sucursal del feminazismo en Extremadura…
Sí, quienes se les ocurrió denominar al feminismo triunfante y abrumadoramente presente (y del que el PSOE es correa de transmisión) como “feminazismo” acertaron plenamente, pues el feminismo de género es el nuevo fascismo, tal vez el fascismo del siglo XXI…
Es de agradecer que el Partido Popular haya cambiado de rumbo (y de brújula) y haya dejado de apoyar negligentemente, o por miedo a las “asociaciones de mujeres” (que sin duda alguna no representan el sentir de las mujeres comunes) las políticas de “igualdad y género” que se vienen promoviendo en España, perversas políticas cuyos objetivos son destruir a la familia tradicional y a la sociedad occidental (de origen judeocristiano), e implantar una “homosociedad” inspirada en la denominada “perspectiva de género”, ideología neomarxista de la que hablaré a continuación… Ideología que no tiene nada de inocua e inofensiva, muy al contrario, si no se le pone freno, acabaremos pagando irremediablemente sus terribles consecuencias.
Ya lo advirtió la Conferencia Episcopal Española en el DIRECTORIO DE LA PASTORAL FAMILIAR DE LA IGLESIA EN ESPAÑA, de 21 de noviembre de 2003 (texto inexplicablemente casi ignorado, enormemente denigrado por las asociaciones de “mujeres” y las diversas “minorías sexuales” afines al PSOE en cuanto supieron de su existencia; texto de plena actualidad y del que apenas nada tiene desperdicio) Aunque el primer estudio serio sobre la “perspectiva de género” es anterior al de los Obispos españoles, concretamente de la Diócesis de Lima (Perú)…
Sin más preámbulos, empecemos por lo más “elemental”:
1. ¿Qué es la “perspectiva de género”? La perspectiva de género surge como forma de análisis de la realidad social y política a finales del Siglo XX y comienzos del Siglo XXI. Impregnada de una enorme calculada ambigüedad, sin apoyaturas científicas de clase alguna y con una charlatanería propia de la astrología o cualquier forma de superstición, se puede afirmar que es una antropología que considera que lo femenino y lo masculino son cuestiones de origen cultural en el ser humano, quitando toda relevancia a todo lo biológico.
2. ¿Cuáles son las raíces de la “perspectiva de género”? Según Dale O´Leary, la teoría del “feminismo de género” se basa en una interpretación neo-marxista de la historia. Comienza con la afirmación de Marx, de que toda la historia es una lucha de clases, de opresor contra oprimido, en una guerra que se resolverá solo cuando los oprimidos se percaten de su situación, se alcen en revolución e impongan una dictadura de los oprimidos. La sociedad será totalmente reconstruida y emergerá la sociedad sin clases, libre de conflictos, que asegurará la paz y prosperidad utópicas para todos.
O´Leary agrega que Frederick Engels fue quien sentó las bases de la unión entre el marxismo y el feminismo. Para ello cita el libro “El Origen de la Familia Propiedad y el Estado”, escrito por el pensador alemán en 1884 en el que señala:
“El primer antagonismo de clases de la historia coincide con el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer unidos en matrimonio monógamo, y la primera opresión de una clase por otra, con la del sexo femenino por el masculino”.
Según O´Leary, los marxistas clásicos creían que el sistema de clases desaparecería una vez que se eliminara la propiedad privada, se facilitara el divorcio, se aceptara la ilegitimidad, se forzara la entrada de la mujer al mercado laboral, se colocara a los niños en institutos de cuidado diario y se eliminara la religión.
3. ¿Qué alcances tiene la “perspectiva de género”? Para esta perspectiva el progreso de la mujer requiere que se libere a toda la sociedad de las construcciones sociales (”constructos” los llaman) que puedan significar opresión de la mujer, de modo que el hombre y la mujer sean “iguales”. Esa “igualdad” se traduce en acciones como las que menciono a continuación:
– Distribución de métodos anticonceptivos en el marco de las políticas de “salud reproductiva”.
– Campañas para garantizar a las mujeres el acceso a un “aborto legal y seguro, sin restricciones”.
– Legalización de la “esterilización” como método anticonceptivo.
– Actividades de difusión de la perspectiva de género, incluyendo campañas en los medios masivos de comunicación social.
– Acciones enfocadas a grupos considerados de riesgo, entre los que se destacan las personas menores de edad, sin garantizar la intervención de la familia.
– Inclusión de “cupos o cuotas de género” en los distintos niveles de organización social y política (Medidas de discriminación “positiva”…)
– Legalización de la unión de personas del mismo sexo con pretensión de que sea equiparada al matrimonio y con posibilidad de adopción.
– En materia educativa estrategias de intervención en los textos escolares en orden a la eliminación de todas las visiones estereotipadas sobre hombre y mujer (roles sexistas lo llaman)
– Transversalidad: para la promoción de las cuestiones de género en la totalidad de los programas sociales, de tal modo que sea esta perspectiva el criterio de análisis y de diseño de las políticas públicas.
4. ¿Cuáles son las consecuencias de la “perspectiva de género”?
a) Cambio de eje: se pasa de darle prioridad a las mujeres a darle prioridad a la idea de “género”: La lógica asumida por la “perspectiva de género”, en tanto que se centra exclusivamente en las dimensiones culturales de lo femenino y lo masculino, ha terminado por cambiar el eje de las políticas públicas vinculadas con la mujer. En lugar de dedicar tiempo y esfuerzo al diseño de políticas que apunten al corazón de las situaciones que las mujeres más están sufriendo, las políticas públicas y quienes las promueven se distraen en consideración de asuntos que poco o nada importan a las mujeres y que resultan extraños a los intereses genuinos de ellas (Tampoco es insignificante o inocuo, el considerar a las mujeres como un todo homogéneo, de ahí que digan “la mujer” y no “las mujeres”…)
b) Divulgación de comportamientos contrarios a la vida y a la familia: En el marco de las políticas públicas con perspectiva de género se promueve la distribución de anticonceptivos, inclusive abortivos, la despenalización y legalización del aborto y la esterilización. Se trata de conductas contrarias a la vida y la familia que implican, también, violaciones a derechos humanos fundamentales, como es el caso del derecho a la vida.
c) Creación intencionada de conflictos en la sociedad: Se adoctrina a las mujeres, inculcándoles que el varón es el enemigo a batir, que sus intereses son contrapuestos a los de los hombres, y que la solución es la destrucción de la familia convencional y su sustitución por la monoparental, en la que el varón es algo casi accidental y prescindible.
d) La perspectiva de género se financian en su gran mayoría con créditos procedentes de organismos internacionales, que promueven políticas de control poblacional que son presentadas bajo apariencia de protección de los derechos de la mujer y su salud reproductiva…
e) La introducción de la “perspectiva de género” en materia educativa supone, ante todo, una inadmisible intromisión del Estado en un asunto que es propio de la familia. Por otra parte, se está asumiendo como correcta una visión del ser humano que prescinde de los datos biológicos y que por tanto, no se ajusta a la verdad. Tal antropología no es inofensiva sino que puede producir graves daños en la identidad de los niños y los jóvenes.
He aquí algunas cuestiones imprescindibles para pasar de tener dudas sobre el “género” a no tener ningún género de dudas sobre sus enormes y terribles consecuencias:
Mientras muchas personas siguen considerando que la palabra “género” es simplemente una forma cortés de decir “sexo”, quienes se les ha ocurrido profundizar un poco, y acercarse a la denominada “perspectiva de género” acaban sorprendiéndose de que cuando usan el vocablo género se refieren a los “roles socialmente construidos”.
La IV Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Mujer, celebrada en septiembre de 1995 en Pekín, fue el escenario elegido por los promotores de la nueva perspectiva (al entender de muchos entre los que me encuentro, como absolutamente totalitaria) para lanzar una fuerte campaña de persuasión y difusión. Es por ello que desde dicha cumbre la “perspectiva de género” ha venido filtrándose en diferentes ámbitos no sólo de los países industrializados, sino además de los países en vías de desarrollo.
Definición del término género
Precisamente en la cumbre de Pekín, muchos de los delegados participantes que ignoraban esta “nueva perspectiva” del término en cuestión, solicitaron a sus principales propulsores una definición clara que pudiera iluminar el debate. Así, la directiva de la conferencia de la ONU emitió la siguiente definición: “El género se refiere a las relaciones entre mujeres y hombres basadas en roles definidos socialmente que se asignan a uno u otro sexo”.
Esta definición creó confusión entre los delegados a la cumbre, principalmente entre los provenientes de países católicos y de la Santa Sede, quienes solicitaron una mayor explicitación del término ya que se presentía que éste podría encubrir una agenda inaceptable que incluyera la tolerancia de orientaciones e identidades homosexuales, entre otras cosas. Fue entonces cuando Bella Abzug, ex-diputada del Congreso de los Estados Unidos intervino para completar la novedosa interpretación del término “género”:
“El sentido del término “género” ha evolucionado, diferenciándose de la palabra ´sexo´ para expresar la realidad de que la situación y los roles de la mujer y del hombre son construcciones sociales sujetas a cambio”.
Quedaba claro pues que los partidarios de la perspectiva de género proponían algo no precisamente inofensivo: “la inexistencia de una esencia femenina o masculina nos permite rechazar la supuesta “superioridad” de uno u otro sexo, y cuestionar en lo posible si existe una forma “natural de sexualidad humana”.
Ante tal situación, muchos delegados cuestionaron el término así como su inclusión en el documento. Sin embargo, la ex-diputada Abzug abogó férreamente en su favor:
“El concepto de “género” está enclavado en el discurso social, político y legal contemporáneo. Ha sido integrado a la planificación conceptual, en el lenguaje, los documentos y programas de los sistemas de las Naciones Unidas los intentos actuales de varios Estados Miembros de borrar el término “género” en la Plataforma de Acción y reemplazarlo por “sexo” es una tentativa insultante y degradante de revocar los logros de las mujeres, de intimidarnos y de bloquear el progreso futuro”.
Sin embargo, el asombro y desconcierto fue mayor después de que uno de los participantes difundiera algunos textos empleados por las feministas de género, profesoras de reconocidos Colleges y Universidades de los Estados Unidos:
· Hegemonía o hegemónico: Ideas o conceptos aceptados universalmente como naturales, pero que en realidad son construcciones sociales.
· Desconstrucción: La tarea de denunciar las ideas y el lenguaje hegemónico (es decir aceptados universalmente como naturales), con el fin de persuadir a la gente para creer que sus percepciones de la realidad son construcciones sociales.
· Patriarcado, Patriarcal: Institucionalización del control masculino sobre la mujer, los hijos y la sociedad, que perpetúa la posición subordinada de la mujer.
·Perversidad polimorfa, sexualmente polimorfo: Los hombres y las mujeres no sienten atracción por personas del sexo opuesto por naturaleza, sino más bien por un condicionamiento de la sociedad. Así, el deseo sexual puede dirigirse a cualquiera.
· Heterosexualidad obligatoria: Se fuerza a las personas a pensar que el mundo está dividido en dos sexos que se atraen sexualmente uno al otro.
·Preferencia u orientación sexual: Existen diversas formas de sexualidad -incluyendo homosexuales, lesbianas, bisexuales, transexuales y trasvestis- como equivalentes a la heterosexualidad.
· Homofobia: Temor a relaciones con personas del mismo sexo; personas con prejuicios respecto de los homosexuales.
Estas definiciones fueron tomadas del material obligatorio del curso “Re-imagen del Género” divulgado en un prestigioso College norteamericano. Asimismo, las siguientes afirmaciones corresponden a la bibliografía obligatoria del mismo:
“La teoría feminista ya no puede darse el lujo simplemente de exigir una tolerancia del “lesbianismo” como estilo alternativo de vida… Se ha retrasado demasiado una crítica feminista de la orientación heterosexual obligatoria de la mujer”.
“Una estrategia apropiada y viable del derecho al aborto es la de informar a toda mujer que la penetración heterosexual es una violación, sea cual fuere su experiencia subjetiva contraria”.
Las afirmaciones citadas podrían parecer suficientemente reveladoras sobre la peligrosa agenda de los promotores de esta “perspectiva”. Sin embargo, existen aún otros postulados que las “feministas de género” propagan cada vez con mayor fuerza:
“Cada niño es asignado a una u otra categoría con base en la forma y el tamaño de sus órganos genitales. Una vez hecha esta asignación nos convertimos en lo que la cultura piensa que cada uno es -femenina o masculino-. Aunque muchos crean que el hombre y la mujer son expresión natural de un plano genético, el género es producto de la cultura y el pensamiento humano, una construcción social que crea la “verdadera naturaleza” de todo individuo”.
Una buena excusa: La mujer
Después de revisar la peculiar “agenda feminista”, Dale O´Leary evidencia que el propósito de cada punto de la misma no es mejorar la situación de la mujer, sino separar a la mujer del hombre y destruir la identificación de sus intereses con los de sus familias. Asimismo, agrega la experta, el interés primordial del feminismo extremista nunca ha sido el de mejorar la situación de las mujeres ni aumentar su libertad. Por el contrario, para las feministas de género, las mejoras “menores” pueden obstaculizar la revolución de clase sexo/género.
Esta afirmación es confirmada por la feminista Heidi Hartmann que afirma sin tapujos: “La cuestión de la mujer nunca ha sido la “cuestión feminista”. Esta se dirige a las causas de la desigualdad sexual entre hombres y mujeres, del dominio masculino sobre la mujer”.
No en vano, durante la Conferencia de Pekín, la delegada canadiense Valerie Raymond manifestó su empeño en que la cumbre de la mujer se abordara paradójicamente no como una conferencia de la mujer sino que los temas debían enfocarse a través de una “óptica de género”.
Es por ello que O´Leary, acaba concluyendo que la “nueva perspectiva” tiene como objeto propulsar la agenda homosexual/lesbiana/bisexual/transexual, y no los intereses de las mujeres comunes y corrientes.
Roles socialmente construidos: la “perspectiva de género” insisten en decir que toda relación o actividad de los seres humanos es resultado de una “construcción social” que otorga al hombre una posición superior en la sociedad y a la mujer una inferior. Según esta perspectiva, el progreso de la mujer requiere que se libere a toda la sociedad de esta “construcción social”, de modo que el hombre y la mujer sean iguales.
Para ello, las “feministas de género” señalan la urgencia de “desconstruir estos roles socialmente construidos”, que según ellas, pueden ser divididos en tres categorías principalmente:
· Masculinidad y Feminidad.- Consideran que el hombre y la mujer adultos son construcciones sociales; que en realidad el ser humano nace sexualmente neutral y asexuado y que luego es socializado en hombre o mujer. Esta socialización, dicen, afecta a la mujer negativa e injustamente. Por ello, las feministas proponen depurar la educación y los medios de comunicación de todo estereotipo y de toda imagen específica de género, para que los niños puedan crecer sin que reciban lo que llaman “educación sexista”…
· Relaciones familiares: padre, madre, marido y mujer.- Las feministas no sólo pretenden que se sustituyan los vocablos con connotaciones de “género-específicos” por palabras “género-neutrales”, sino que aspiran a que no haya diferencias de conducta ni responsabilidad entre el hombre y la mujer en la familia (aunque la sucursal española del feminazismo se opone sorprendentemente a que los hombres y mujeres posean iguales derechos y obligaciones en la crianza y la educación de los hijos durante el matrimonio y tras la ruptura del mismo) Según Dale O´Leary, ésta es la categoría de “roles socialmente construidos” a la que las feministas le atribuyen mayor importancia porque consideran que la experiencia de relaciones “sexo-específicas” en la familia son la principal causa del sistema de clases “sexo/géneros”.
Enhorabuena, un magnífico artículo, de los que se deberían ver a diario, para tener una información fidedigna de lo que está pasando; los políticos, con los medios de comunicación a su servicio, nos hacen vivir con los ojos vendados. Ya vale de ingeniería social dañina.