Los aliados bombardean Sirte, ciudad natal de Gadafi y objetivo rebelde
La acción bélica en Libia se concentra esta jornada en las ciudades de Sirte y Misrata. Aviones de combate aliados han bombardeado varias zonas de Trípoli y la ciudad portuaria de Sirte, según ha informado la televisión estatal libia, Al Jamahiriya TV, que ha asegurado que los blancos de la coalición son tanto civiles como militares, citando fuentes militares. Momentos antes testigos presenciales habían informado de seis explosiones en distintos puntos de la capital seguidas de intensas ráfagas de fuego antiaéreo, mientras Al Yazira anunció dos fuertes explosiones en Sirte, la ciudad natal del líder libio, Muamar el Gadafi, y feudo tribal del dirigente libio, próximo objetivo de los rebeldes sobre el que pretenden caer mañana.
En Misrata, la única ciudad del oeste del país controlada por los rebeldes, las fuerzas leales a Gadafi han iniciado una ofensiva empleando carros de combate, morteros y armas ligeras en el ataque, según fuentes de los rebeldes. “Durante todo el día hemos podido escuchar los enfrentamientos entre los rebeldes y las fuerzas de Gadafi en la zona de la calle Trípoli, en el centro de la ciudad”, ha señalado el portavoz rebelde, identificado como Sami, en declaraciones telefónicas. “Los rebeldes quieren seguir adelante con su ataque y obligar a las fuerzas de Gadafi a salir de la ciudad todas juntas, pero necesitamos más tiempo porque hay francotiradores apostados en los tejados”, ha explicado Sami, quien ha confirmado que una persona al menos habría fallecido por los disparos de un francotirador.
La ofensiva rebelde ha ido avanzando a través de las ciudades costeras de este a oeste del país, quedando únicamente el bastión gadafista de Sirte entre Ben Yauad, última ciudad conquistada, y Misrata, dos importantes enclaves. Los milicianos han detenido su avance en Ben Yauad, a medio camino entre Sirte y Ras Lanuf, el enclave petrolero que hoy ha caido en sus manos, a la espera de los bombardeos aéreos y han desviado su incursión hacia el suroeste por la localidad de Naufaliya, unos 147 kilómetros al sureste de su objetivo costero.
Los revolucionarios tienen previsto atacar en 24 horas, según el portavoz de los revolucionarios Muhamad Mergirby, quien ha explicado que de aquí a mañana los rebeldes recuperarán fuerzas y se aprovisionarán en Ben Yauad hasta lanzar la ofensiva contra Sirte. “Ahora se han parado porque es peligroso y no se moverán hasta que las fuerzas de la coalición internacional bombardeen primero las posiciones de Gadafi en Sirte”, ha explicado el representante rebelde, quien calcula que el régimen libio cuenta con unos 10.000 efectivos frente a los 20.000 que según ha asegurado disponen los revolucionarios. “El problema es que ellos están mejor equipados de tanques y de armas, y los rebeldes solo tienen armas ligeras”, ha explicado. “Sirte es la clave -ha proseguido-, porque si cae tendremos el camino abierto a Trípoli”.
Impulso de la ofensiva rebelde
El enorme impulso de la ofensiva rebelde les ha permitido recorrer 441 kilómetros desde Bengasi en tan solo 48 horas, con la ayuda de la aviación internacional, que anuló la capacidad defensiva de los gadafistas que en algunos puntos abandonaron sus puestos en desbandada. Los milicianos han pasado ya el punto más al oeste donde fueron repelidos y mantuvieron los combates más encarnizados con las tropas de Gadafi entre el 6 y el 8 de marzo, cuando las brigadas leales al líder libio emprendieron la contraofensiva que les llevó hasta las inmediaciones de la capital rebelde, Bengasi, hace ocho días.
Un corresponsal de Al Yazira ha explicado que en Ras Lanuf y Ben Yauad apenas hubo resistencia y se encontraban casi desiertas las dos localidades, aunque en Ben Yauad si advirtieron el repliegue de los gadafistas a Sirte y unos 40 mercenarios chadianos y malienses fueron capturados. Las brigadas gadafistas, que han sido duramente castigadas la pasada noche por la aviación de la coalición internacional especialmente en esa línea costera, han abandonado todas sus posiciones y se han replegado a Sirte, a unos 450 kilómetros al este de Trípoli.
En esa ciudad, donde Gadafi acostumbraba a recibir y agasajar a sus huéspedes preferidos y considerado uno de sus principales feudos tribales, puede decantarse la suerte de su régimen de más de 41 años. Sede de algunos departamentos ministeriales, con un majestuoso centro de convenciones donde Gadafi celebraba sus devaneos como líder regional panárabe con aspiraciones continentales, aloja también importantes depósitos de armamento.
Cadáveres en las zonas bombardeadas
Por otro lado, el secretario de Defensa de los Estados Unidos, Robert Gates, ha acusado a Gadafi, durante una entrevista televisada, de colocar cadáveres de gente asesinada en los lugares que la coalición está bombardeando para culpar a Occidente de dichas muertes. “Tenemos muchos informes de inteligencia que señalan que Gadafi está colocando los cuerpos de personas que él ha asesinado en lugares en los que hemos atacado”, ha apuntado Gates en una entrevista concedida a la cadena de televisión CBS News. La coalición internacional comenzó sus ataques sobre suelo libio el pasado 19 de marzo para establecer una zona de exclusión aérea sobre el país africano y evitar que Gadafi usara sus Fuerzas Aéreas para reprimir el levantamiento armado rebelde.
Durante esta semana, el Gobierno libio ha asegurado que cerca de 100 civiles han muerto a causa de estos ataques, pero portavoces militares occidentales han negado la muerte de ningún civil. “La verdad del asunto es que tenemos problemas para probar la muerte de civiles de las que hayamos sido responsables”, ha apuntado Gates. Preguntado sobre si los días de Gadafi en el poder estaban contados, ha asegurado que “no iría colgando fotos nuevas en caso de ser él”. Varios altos cargos estadounidenses han señalado que la finalidad de la acción militar es proteger a los civiles, no quitar a Gadafi del poder, aunque algunas voces han solicitado que deje su cargo.
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, ha indicado que hay signos de los que apoyan a Gadafi se están poniendo nerviosos. “La gente a su alrededor, según todos los informes de inteligencia y la documentación que estamos consiguiendo nosotros mismos de esas mismas personas, demuestran que existe una gran ansiedad”, ha apostillado Clinton.