El Gobierno sirio presentó hoy su renuncia ante el presidente del país, Bachar al Asad, once días después del estallido de unas protestas para exigir reformas democráticas que han sido duramente reprimidas.

Miles de seguidores del presidente sirio, Bashar al Assad, se congregaron hoy en la plaza Omayyaden de Damasco para manifestar su solidaridad con el régimen, según algunos testigos. Pero el poder del presidente se tambalea como demuestra la renuncia en pleno de su Gobierno. Los observadores sospechan que con esta medida Al Assad intenta debilitar el movimiento de protesta. También en otras ciudades sirias comenzaron a celebrarse manifestaciones en apoyo al presidente.

El presidente no se ha pronunciado públicamente sobre la crisis en el país desde que comenzaron las protestas, hace unas dos semanas. Las fuerzas de seguridad sirias disolvieron con violencia en las últimas dos semanas varias manifestaciones de opositores y activistas jóvenes.

Según algunas fuentes de la oposición, la represión de las protestas causó la muerte de al menos 100 personas. Al principio, los manifestantes solo pedían reformas democráticas y la puesta en libertad de todos los presos políticos. Sin embargo, después de que las fuerzas de seguridad recurrieran al uso de la violencia brutal, se han mutiplicado las voces que reclaman la caída del régimen de Al Assad.