Con el país en quiebra técnica, el gasto de España en la guerra de Libia podría situarse entre 40 y 52 millones de euros
Tras varias de bombardeos y de recopilar informaciones, ya podemos hacernos una idea de lo que esta sucediendo en Libia:
1) El régimen libio planificaba la nacionalización de las petroleras extranjeras, incluida Repsol. Este es el principal motivo de la guerra. “Evitar una masacre”, la “ayuda humanitaria” y la “defensa de la democracia” son excusas poco creíbles para esta nueva guerra por petróleo.
2) La guerra fue planificada por Francia mucho antes del estallido del conflicto. Esto quiere decir que se aprovecharon del contexto generado por las revueltas árabes para poner en marcha una insurrección militar planificada desde fuera, en connivencia con sectores del régimen libio. Esto explica las rápidas deserciones en el cuerpo diplomático, tan sólo iniciarse las revueltas.
3) Los rebeldes no son “el pueblo libio”, ni sus motivaciones son altruistas. Se trata de facciones tribales y del ejército que luchan por el control del petróleo. Esto no tiene nada que ver con las revueltas populares de Túnez o de Egipto. Incluso en el caso de que hubiese un inicio popular, este acabó cuando la revolución se puso bajo el control de estamentos militares. Las imágenes de los rebeldes de Bengasi a finales de febrero ya no eran de civiles, sino de militares armados y uniformados. El llamado Consejo Nacional de Transición (legitimado por Francia como representante de los sublevados) esta formado por altos ex-dirigentes del régimen. A su frente están los hasta entonces ministros de Interior y de Justicia. Esta es la contra-revolución árabe apoyada por occidente.
4) El ejército ruso afirma que no tuvieron lugar las matanzas de civiles anunciadas por las televisiones occidentales y Al-Jazeera. Dichas matanzas son el equivalente de las bombas de destrucción masiva de la guerra de Iraq. El hecho de que no hayamos visto imágenes de dichas matanzas no tiene otra explicación: no sucedieron. Esto no quiere decir que no hayan habido enfrentamientos ni una represión sangrienta por parte del régimen dictatorial de Gaddafi. Quiere decir que la prensa occidental ha exagerado este punto para generar en la opinión pública la creencia de que era necesaria una intervención urgente.
5) Los bombardeos no limitarán el número de muertes, al contrario, la ocupación política y militar de Libia conducirá al tipo de masacres que asolan a Iraq y Afganistán, en una espiral de violencia de difícil solución, que puede condenar al país a una situación de guerra permanente. No nos engañemos: a los aliados la población civil les trae sin cuidado. Es más: todo indica que el alto número de víctimas civiles es intencionado. Se ha informado incluso del bombardeos de hospitales. Y empiezan a circular rumores sobre el uso de uranio empobrecido.
6) Las justificaciones de la intervención no son pues creíbles. Pensar que las potencias occidentales mueven sus ejércitos por bondad o para ayudar a otros pueblos es sumamente ingenuo. No vemos que les importe que Mohammed VI o Obiang repriman a sus pueblos y los condenen a la miseria. Lo único que les importa es su sumisión a sus intereses económicos y geoestratégicos. Tampoco es creíble la excusa de la Resolución de Naciones Unidas, pues existen resoluciones incumplidas sobre el Sahara o Palestina.
7) Los medios de comunicación de masas han actuado como propagandistas de la guerra, tratando de justificar la intervención y generar consentimiento entre la población. No han informado, sino desinformado. Están al servicio de los grandes intereses financieros que están detrás de esta y de todas las guerras. El lenguaje con el que adornan las informaciones es elocuente: las bombas de Gaddafi conducen a un “desastre humanitario”, pero las bombas de la coalición son “ayuda humanitaria”, las unas causan muertes, las otras las evitan, las unas destruyen y oprimen, las otras protegen y liberan… En resumen: nos han engañado, y siguen haciéndolo, con total descaro.
8) El segundo motivo de la guerra: se trata de un gran negocio. Se estima que lo gastado por todos los paises participantes llegue a los 5.000 millones de euros. Y eso justo en el momento en el cual toda Europa recorta gastos sociales. El armamento utilizado vale millones de euros, y ha sido comprado a empresas con nombre y apellidos. También el armamento vendido a Gaddafi. Por ejemplo, España vendió armas a Libia por valor de 2.000 millones de euros en los últimos años.
9) Según el Ministerio de Defensa, el coste para España de la operación en Libia durante 3 meses supondría un desembolso de 25 millones de euros. Según analistas, podría situarse entre 40 y 52 millones de euros. En época de crisis, y tras un duro recorte en el gasto social, este desembolso tiene que tener alguna explicación. ¿Cómo recuperará España este dinero? ¿Qué prebendas espera lograr del cambio de gobierno? ¿Quién será al fin el máximo beneficiario?
A esos 52 millones de euros hay que sumarle lo que roban los socialistas. La culpa de esto la tienen votantes borregos andaluces de Andalucia y Cataluña que votan al PSOE. Las imprudencias que hacen con su voto las pagamos todos.
Excelente visión sobre la guerra. Como nos engañan, y nos dejamos engañar. Me parece que esto lo vamos a lamentar profundamente.