¡El infierno de los satánicos capitalistas!
Hagamos una tortilla Islandesa… Ah perdón, me olvidé de que en España faltan huevos. Islandia representa hoy el bastión del nuevo orden económico. Sus ciudadanos plenos de testículos han hecho dimitir al Gobierno, derogar la ley de pago de la deuda y abordar la redacción de una nueva Constitución.
Los demás pueblos debemos y podemos acabar con la humillante depravación social a la que nos tiene sometidos los endemoniados capitalistas y otras entidades financieras.
El ¡basta ya! a los dictadores africanos, es preciso que se extienda al viejo continente, en este caso contra los satánicos capitalistas.
Su poder es de tal calibre que con apenas “levantar la voz” arruinan o enriquecen a su suprema voluntad países enteros. Amos y señores de partidos y políticos, magistrados, medios de información y demás voluntades fiscalizan riquezas y miserias a su antojo con total impunidad.
Todo presidente es fruto de una coalición determinada cuyas políticas e intereses partidistas varios son financiados mediante el capitalismo más burgués.
No es posible partido o presidente alguno sin la financiación interesada de aquellos que controlan el dinero, es decir el poder terrenal. Por poner un ejemplo, Adolf Hitler jamás hubiera pasado de ser un mediocre militar loco si no hubiera tenido detrás el capitalista que subvencionara toda la parafernalia de su fanática campaña política. Lo cual nos viene a decir que todas las infamias cometidas contra la humanidad por este demente asesino nazi, fueron subvencionadas por el capitalismo.
Sin ningún género de duda, se puede decir que los satánicos capitalistas han subvencionado de una u otra forma las guerras y miserias, santo y seña de nuestro transitar terrenal, con la agravante de que son las víctimas, generalmente el pueblo, quienes mediante sus ahorros alimentan el fuego de los satánicos infiernos capitalistas.
La supremacía de los satánicos en todos los ámbitos es abismal en relación a los demás. Si una entidad financiera se hunde generalmente por la mala gestión de sus satánicos dueños, es el pueblo con sus impuestos quien ha de alimentar las mismas llamas que les lacera.
Los satánicos además de amos y señores del fuego ostentan capacidad para conceder o no prestamos, cual rescoldos, con total impunidad. La nauseabunda ley, mercancía propia, les ampara mediante el actual sistema flagelando con total impunidad los derechos esenciales de los más débiles
La ley, la infernal ley que padecemos despótica por naturaleza no tiene en cuenta la más esencial de las lógicas la cual nos viene a decir que: tan “culpable” es aquel que presta sin tener la seguridad de cobrar lo prestado como aquel que pide sin saber si lo podrá devolver. El sistema económico actual es un invento elitista y cruel donde los halla, propio del imbécil espécimen a medio erguir denominado humano.
El dinero, invento del humano para someter a los Humanos, no se esfuma como esfuman las cosechas por determinadas climatologías adversas. El dinero únicamente cambia de manos.
El trigo no precisa de otra cosa que mano de obra. La supuesta falta de todo el dinero del mundo no impediría que la Tierra continuará procurándonos “los frutos precisos para vivir” incluso con el mismo lujo actual. Sin embargo la falta del trigo supondría que una gran parte de la humanidad perecería víctima del hambre. Y digo esto porque es preciso entender que el dinero es una forma como otra cualquiera de trueque reglamentada por un sistema, el monetario, donde únicamente los banqueros y otros grandes capitalistas controlan, hacen y deshacen a su gusto e interés: En definitiva: el dinero es una “herramienta prescindible” controlada únicamente por los más poderosos capitalistas, con la cual manipular los frutos de la Tierra, los sudores del obrero, la guerra y la paz.
Mientras existan los satánicos capitalistas el trigo no calmará el hambre, ni el hastío la pobreza. Únicamente nos queda hacer lo mismo que los Islandeses…Ah perdón, me olvidé que en España faltan huevos.
gracias
gracias por estos informaciones son muy importantes