Ciudad Real y Barça, a cuartos de la Liga de Campeones de balonmano
El Renovalia Ciudad Real jugará los cuartos de final de la Liga de Campeones tras firmar una contundente goleada (36-19) ante el Chambery Savoie francés, al que ya venció en el encuentro de ida (24-27). La superioridad del equipo manchego fue abrumadora desde el pitido inicial. Muy inspirado en ataque, con una defensa 5-1 muy efectiva y el acierto de Sterbik en la portería, el Renovalia Ciudad Real apabulló al conjunto galo y en el minuto 25 ya tenía una ventaja de diez goles (16-6).
Nada cambió tras el descanso. Tras un parcial de 5-0, el equipo manchego alcanzó una renta de 15 tantos (23-8, m.36), y luego de 18 (35-17, m.56) con goles de todos los colores. La recta final del partido la aprovechó el técnico del Renovalia para dar descanso a jugadores como Julen Aginagalde, Chema Rodríguez o Alberto Entrerríos.
El Barcelona Borges por su parte accedió a los cuartos de final, a pesar de haber perdido (30-26) en la pista del MSK Veszprem, en un encuentro en que los azulgrana consiguieron esquivar lo que hubiera sido una sorprendente remontada de los húngaros, tras cuajar un nefasto primer tiempo. Con la renta de siete tantos del partido de ida (28-21), el equipo catalán acudía a un Vezsprem Arena consciente que no podía relajarse en su visita a un feudo inexpugnable desde marzo de 2009 en competición europea.
Y pese a que los azulgrana arrancaron el partido con el mismo siete que remató a los húngaros en los últimos quince minutos del anterior partido, el Veszprem tomó las riendas del juego, liderados por las paradas del enchufado meta Peric. El Veszprem llegó a ponerse en un 14-5. Espeso en su juego, y pasados diez minutos de encuentro, el Barcelona solo había anotado un tanto, impotente ante unos locales que incrementaban el marcador con soberana facilidad, fruto de su presión de la defensa y veloces contraataques. Tres tantos seguidos de Sulic distanciaron a los húngaros (6-1).
Intercambio de golpes y goles
Pese a que los culés consiguieron detener la avalancha local durante unos instantes, la fulgurante entrada en escena del cubano Carlos Pérez rompió de nuevo el marcador, agujereando a los catalanes con dos goles (9-3, m.16). Pero era el meta Peric quien se erigía como hombre fundamental de los locales, con 12 paradas increíbles (71 por ciento de efectividad), mientras que De Vargas poco podía hacer ante las embestidas locales, aupadas también por algunas decisiones arbitrales poco acertadas para los de Xavi Pascual.
Solo los lanzamientos de penalti de Juanin y la mejoría del juego de los pivotes visitantes conseguían superar al inspirado portero, que permitía a su equipo marcharse al descanso con un 15-8 en el marcador, justamente la diferencia de goles que los hombres de Lajos Mocsai necesitaban para remontar la eliminatoria. La llegada del segundo tiempo pareció espolear a los catalanes, que en tres minutos entraron en el partido con cuatro goles consecutivos, tres de ellos del húngaro Nagy, ausente hasta entonces en el regreso a su tierra, que le recibió entre abucheos (15-12).
El encuentro se transformó entonces en un intercambio de golpes -y goles- que “normalizó” el marcador, con un Barça que rondaba una desventaja de dos o tres goles (19-17, min.12). Tanto cambió el encuentro que el meta culé Sjöstrand acertaba en cada intervención, las faltas en ataque húngaras se sucedían y los azulgrana aumentaban su efectividad ante puerta, hasta que Juanin, con su cuarto gol de penalti, empataba el partido a los 44 minutos, tras un espectacular parcial de 4-11.
Ese ‘toma y daca’ se alargó hasta el final del encuentro, que finalizó con una derrota que, visto el negro panorama que auguraba el primera tiempo, acabó con sabor a victoria de oro de cara a cuartos de final