Una falsa ONG de ayuda a Haití vendía niños latinoamericanos a pederastas alemanes
La policía alemana ha desarticulado una red internacional de trata de niños procedentes de Latinoamérica, camuflada como organización humanitaria, que vendía a los menores a pederastas que presuntamente pagaban grandes sumas de dinero.
Dos miembros de dicha banda residentes en Berlín fueron detenidos esta semana en el aeropuerto alemán de Múnich cuando trataban de entrar en el país con un niño costarricense de unos diez años, informa hoy el rotativo “Berliner Morgenpost”.
Los presuntos miembros de la red fueron detenidos cuando la policía alemana de aduanas comprobó la falsedad de los papeles del niño, quien llevaba documentación brasileña.
Uno de los hombres es un alemán originario de Berlín y el otro un ciudadano sueco con residencia reciente en la capital alemana. Ambos han sido presentados ya ante el juez de instrucción, aunque, según el rotativo, se desconoce el alcance de su declaración.
El diario añade que los detenidos ocultaban sus verdaderas intenciones bajo la máscara de una organización humanitaria fundada por uno de ellos con motivo del terremoto de Haití para ayudar a niños sin hogar.
“Los niños eran seguramente atraídos a Berlín con el argumento de que les esperaba una vida mejor. Parte de ellos son huérfanos”, declara una fuente policial en el periódico de Berlín, que no especifica cuantos menores pueden haber sido víctimas de la red.
La misma fuente añade que los pequeños eran introducidos en una red pederasta en la capital alemana, donde “eran llevados a una situación de dependencia” en la que pasaban de manos de un pederasta a otro.
“Cuando acababa el plazo normal de la visa de tres meses se les hacía retornar a sus países de origen con daños psíquicos inimaginables”, explica la fuente policial en el diario de la capital alemana.
La Oficina de Investigación Criminal (LKA) de Berlín trata ahora de sacar a la luz las estructuras y, sobre todo, desenmascarar a los miembros de la red pedófila, también con la ayuda de las fuerzas de seguridad de los países de procedencia de los pequeños.
“Quien hace el esfuerzo de hacer llegar desde el extranjero a menores para abusar sexualmente de ellos, no solo tiene que contar con un gran círculo de cómplices, sino con una gran influencia y apreciables medios financieros”, señala una fuente policial en el diario.