La madre del chófer
No queda más remedio que actualizar un poco la información respecto al escándalo de las prejubilaciones fraudulentas propiciadas por el gobierno de la Junta de Andalucía. Cada día conocemos más barbaridades que no debemos dejar pasar. Propagarlas por cualquier medio para que la población sepa de qué son capaces nuestros mandatarios autonómicos, me parece una obligación moral.
En el Parlamento realizamos decenas de preguntas a los consejeros, que jamás son respondidas. Presentamos iniciativas encaminadas a esclarecer o resolver la rutina corrupta y el PSOE, más interesado en mantenerlas, siempre vota en contra. Anteayer, sin ir más lejos, boicoteó una propuesta con dos puntos fundamentales. Pretendíamos que se investigasen los EREs ya pagados para detectar a los intrusos, denunciarlos y exigirles la devolución del dinero cobrado indebidamente. Por otra parte, exigíamos el ingreso inmediato de las retribuciones a los prejubilados honrados que no reciben un euro desde hace cuatro meses.
Ambas solicitudes fueron rechazadas con el voto negativo de los socialistas andaluces. Argumentaban que no había motivo para abrir ahora las carpetas ya cerradas salvo que existieran indicios de irregularidades. Nosotros, sin embargo, defendimos que indicios hay si partimos de la base de la inclusión de intrusos en el 50% de los EREs vivos revisados. Con ese precedente es lógico pensar que en los muertos, o ya abonados, la proporción puede ser similar.
No hubo forma de doblegar su voluntad que indudablemente se rendía a otras finalidades. La sospecha de encubrimiento a partir de ese instante nace irremediablemente. Deben ser numerosos los familiares, amigos y militantes que los socialistas se empeñan en proteger. Deben ser muchos los intrusos colocados en anteriores prejubilaciones tramitadas de forma tan irregular como las descubiertas recientemente. Deben ser padrinos muy influyentes los que deciden las personas dignas de merecer tan indecente regalo. Deben carecer por completo de escrúpulos los que se obsesionan en ocultar, tapar y disimular una corrupción tan ruin y despreciable.
El mismo día de la negativa socialista a seguir investigando, se supo que el Director General de Empleo había introducido como intrusa en una prejubilación a la madre de su chófer. Este alto cargo ya fue noticia por colar a su propia madre para prejubilarla en una empresa de galletas en la que nunca trabajó. La coincidencia de fechas con hechos tan deleznables debería haber potenciado nuestra argumentación. No obstante, de nada sirvió.
A pesar de lo anterior tuvimos que soportar el injusto resultado de una votación parlamentaria que impedía descubrir a más culpables y que enterraba para siempre la recuperación de un dinero robado a los parados andaluces. Los corruptos y los que les apoyan, triunfaron en el Parlamento demostrando una vez más que la Democracia no es garantía de justicia ni de libertad.
Respecto a nuestra otra petición que pretendía el pago mensual a los prejubilados honrados, no mereció ni el esfuerzo de la respuesta. Simplemente se opusieron, sin explicaciones. El gobierno está aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid. Como supuestamente ha cesado el abono a los intrusos, justifican el incumplimiento de sus compromisos metiendo a todos en la misma bolsa. No hay derecho.
Existen más de 1.500 andaluces que no perciben su prestación pactada impecablemente. Están sufriendo justos por pecadores y la causa es el desvío de fondos públicos con el único fin de beneficiar a los elegidos que deliberadamente han situado como intrusos. Una maniobra torticera y repugnante que ha funcionado durante diez años sin que nadie la detectara.
Espero que esta vez se llegue hasta el final. Espero que la jueza que instruye el caso no se desanime ni se rinda. Espero que las trampas continuas que le tienden no consigan sus perversos objetivos. Espero que de todas las personas de buena voluntad reciba la fuerza para avanzar sin titubeos. Espero que los culpables no se escapen de esta chapuza.
Confío en que caiga sobre ellos todo el peso de La Ley. De lo contrario, crecerá el escepticismo.
*Alcaldesa de Fuengirola y portavoz del PP en el Parlamento de Andalucía.