Nuestro problema no es el Islam
Josep Miró i Ardèvol (*).- Me refiero al problema de nuestra sociedad, de España, de Europa. Ahora que hace algún tiempo que está de moda escribir sobre los riesgos del Islam europeo, especialmente en aquellos sectores que expresan un mayor radicalismo, hay que decir que ésta no es la causa de nuestros problemas futuros, que el riesgo no se encuentra ahí, al menos no en primer término. En todo caso, es una derivada de otras causas estrictamente propias, y que no son otras que el resultado de nuestras debilidades:
Si nuestras familias tuvieran el número de hijos suficientes, entro dos o tres de promedio; si los matrimonios fueran estables para así alcanzar su plena capacidad educadora; si no hubiéramos roto y maltratado nuestra tradición cultural, que desde Sócrates, Platón y Aristóteles ha alimentado nuestro horizonte y ha forjado la existencia de valores compartidos; si una estúpida cristianofobia no estuviera castigando no ya al respeto, sino a la necesidad de asumir el cristianismo como marco cultural común; si fuéramos capaces de querer y educarnos en las virtudes necesarias para que la democracia fuera real y funcionase, en lugar de pensar que su buen funcionamiento es independiente de las virtudes que ellos puedan tener. Si la ideología de género y su apéndice, el homosexualismos político, no se hubiera convertido en un eje de la mayoría de políticas de gobierno, de una forma absolutamente desorbitada en el caso español. Si la izquierda una vez vaciada de sentido transformador no hubiera confundido los defectos graves con virtudes y no hubiera hecho bandera de progreso de elementos que constituyen disfunciones importante en nuestra sociedad, como el divorcio o el aborto; si la derecha no hubiera sacrificado al lucro todos sus valores; si no hubiéramos hundido la autoridad y con ella a la figura del padre en la miseria.
Si todo esto no hubiera sucedido y no estuviera sucediendo nada tendríamos que temer de los pequeños núcleos del islamismo radical en nuestras sociedades, que no pasarían de ser grupos de inadaptados, más o menos violentos, como los que hemos tenido a los largo de nuestra historia, algunos muchos más potentes y avezados a crear situaciones de conflicto.
El Islam radical asentado en Europa no es ni de lejos más peligroso que lo que pudo ser en el siglo XX el anarquismo, que si prosperó en la versión más violenta de aquella ideología fue también por debilidades congénitas de la sociedad europea. En este caso, por su incapacidad de remediar injusticias infragantes. Hoy puede acaecer algo parecido con el Islam radical, sólo si no somos capaces de parar esta caída continuada de nuestra sociedad que parece empeñada en autodestruirse.
(*) Josep Miró i Ardèvol, presidente de E-Cristians y miembro del Consejo Pontificio para los Laicos.
Tiene razón el Sr. Mirò Ardevòl,el problema de Europa es por un lado la falta de un deseo de tener niños,por otra parte los políticos en lugar de diseñar una política que fomente la natalidad,todo lo contrario,la pareja a trabajar,ganar dinero y vacacione salir fuera a cenar y los fines de semana al campo,a desintoxicarse,que la semana vendrá dura,ganar dinero para eso sí pagar impuestos,para que los políticos vivan bien,los niños que los tengan en el tercer mundo o los emigrantes,que si los tie nen aquí,todo les saldrá grátis.Ante esa forma de ver las cosas,no me extraña que salgan los… Leer más »
No si al final tendremos nosotros la culpa! Vamos a dar cera a este lumbreras. A los Españoles tambien nos gustaria tener muchos hijos, pero como no recibimos una ayuda de mas de 200€ por cada hijo por parte de la comunidad europea, y con la de impuestos que tenemos que pagar, entre ellos la colaboracion a organizaciones religiosas o ONGs, el unico camino que hay para sobrevivr es matar a los nonatos. Decir que nuestra degeneracion es debida a dejar de lado los principios filosoficos griegos es otra barbaridad como una casa, y dicha por alguien vinculado a la… Leer más »