En la duda, a favor de la libertad
El Tribunal Constitucional ha optado a favor de libertad y de la presunción de inocencia al sentenciar que la formación política Bildu pueda presentarse a las elecciones municipales y forales vascas y navarras.
A favor de la presunción de inocencia. El principio jurídico “ in dubio pro reo” expresa que en caso de duda, por ejemplo, por insuficiencia probatoria, se favorecerá al imputado o acusado (reo). Es uno de los pilares del Derecho penal moderno según el cual el que acusa debe probar la culpa del acusado y no este último su inocencia. Es decir, “ante la duda, a favor del reo”. Su aplicación práctica está basada en el principio de que toda persona es inocente hasta que se demuestre su culpabilidadd. En caso de que el juez o tribunal no esté seguro de ésta, y así lo argumente en la sentencia, deberá dictar un fallo absolutorio. Es lo que ha hecho el Constitucionl en este caso (por 6 votos a favor y 5 en contra), discrepando del criterio del Tribunal Supremo.
Y a favor de la libertad. Ante la duda o falta concluyente de pruebas de vinculación directa y sumisa de Bildu a la organización etarra, el Constitucional ha optado por el principio de la libertad de su concurrencia a las urnas y la libertad de los ciudadanos de aquellos territorio a elegir a quien quisieran. Sin perjuicio de que si más adelante su comprobara una real complicidad con el mundo de ETA, pudiera declararse la ilegalidad de candidaturas de Bildu. La libetad es principio fundamental de la democracia, que debe ser salvaguardado siempre que no existan poderosas razones graves y suficientes para limitarla. Esta actitud refuerza y prestigia siempre la propia democracia. Es lo que ha hecho ahora nuestro más Alto Tribunal.
Produce, ciertamente, urticaria imaginar que esta difícil sentencia –que, en principio, quita argumentos a los detractores sistemáticos de las instituciones democráticas- pueda servir de coladero para que algunos etarras se instalen en parlamentos y ayuntamientos vascos y navarros. Son los riesgos de la libertad y de la presunción de inocencia. Los riesgos de la democracia. Pero peor que todos los riesgos, es la no-democracia.