Alto riesgo en La Mancha
Gemma Robles.- A dos semanas de las elecciones autonómicas y municipales, existen varias incógnitas en torno al futuro de la popular María Dolores de Cospedal. ¿Logrará hacerse con Castilla-La Mancha, comunidad en manos socialistas desde 1983? De conseguirlo, ¿simultaneará la presidencia autonómica con su cargo de secretaria general del PP o, como desearían otros dirigentes conservadores, será obligada por Mariano Rajoy a dejar su cargo en el partido? La primera duda se despejará dentro de apenas 15 días: el 22-M se comprobará si, tal y como augura la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que se hizo pública el jueves, Cospedal vence por mayoría absoluta en esa comunidad -le basta con un escaño de diferencia frente al PSOE porque en la región hay bipartidismo absoluto- y desaloja del poder a José María Barreda.
La lucha está reñida. Muchísimo. Y Cospedal es muy consciente de que tiene entre manos una misión de alto riesgo, puesto que el resultado que ella obtenga tendrá lectura nacional por ser la número dos de Rajoy, que se juega tanto o más que su candidata en las urnas manchegas.
El último sondeo del CIS dice que la dirigente del PP obtendrá en los comicios el 46,3% de los votos y 25 escaños (o sea, cuatro más de los que ella misma cosechó en las últimas elecciones autonómicas), frente a los 24 de Barreda que, con el 45% de los sufragios, se quedará en la oposición al perder dos diputados respecto a la cita con las urnas del 2007.
EXHIBIR AL LÍDER
Las batallas fundamentales se libran en Ciudad Real, la única de las cinco provincias donde el número de escaños a repartir es impar, y Guadalajara, que por su cercanía a Madrid se ha convertido en los últimos años en refugio de cientos de jóvenes madrileños en busca de vivienda barata y que, sociológicamente, eran en su mayoría simpatizantes de Esperanza Aguirre y, seguramente, ahora lo son de la secretaria general. Para librar tan trascendentales contiendas, Cospedal y Barreda han previsto estrategias bien diferentes: la candidata popular se hará acompañar en campaña por buena parte de la dirección de su partido, con especial protagonismo de Rajoy -ayer en Toledo- y Aznar -hoy en Guadalajara-, mientras que el aspirante socialista a la reelección es de los que prefieren que su jefe, un José Luis Rodríguez Zapatero ya en retirada, no se pasee demasiado por su tierra (otra cosa son Carme Chacón y Alfredo Pérez Rubalcaba).
Lo cierto es que, desde varios hace meses, Cospedal y la dirección popular se las prometen muy felices. Sus encuestas internas, las publicadas en varios medios de comunicación y la del CIS avalan esa actitud. Pero hay veteranos del PP de Castilla-La Mancha que ven con desconcierto que se haya vendido hasta la saciedad la piel del oso antes de la caza y, cada vez que se les pregunta por la posible victoria del PP, repiten que están hartos de «ganar sondeos y perder elecciones», así como de presenciar cómo su partido es capaz de arrasar en la región en los comicios generales y, por el contrario, salir derrotado cuando se trata de elegir al presidente autonómico. Y aunque la historia de los conservadores en esta comunidad justifica el pesimismo de las fuentes citadas, también hay en el PP quien ya reparte cargos en un hipotético próximo gobierno sin el puño y la rosa y quien, de paso, hace cábalas sobre la secretaría general en la sede nacional, en la madrileña calle de Génova.
En cualquier caso, Rajoy es partidario de mantener a Cospedal como su número dos en el partido pase lo que pase el 22-M, según sostienen fuentes de su entorno, incluso aunque se celebre el congreso nacional que, de acuerdo con los estatutos del PP, debería tener lugar en el 2011. Se trata de evitar nuevas luchas internas, dicen, a las puertas de unas generales en las que Rajoy se ve por fin triunfador. Alguna base tiene esta tesis, puesto que hace meses se extendió por Madrid el rumor de que si Cospedal ganaba, el alcalde de la ciudad, Alberto Ruiz-Gallardón, la sustituiría como secretario general. El propio Rajoy lo desmintió de forma más o menos oficial en cuanto tuvo ocasión: no quiere en circulación ninguna hipótesis que pueda enervar a los partidarios de Aguirre.
ADELANTO ELECTORAL
Además, Rajoy quiere concentrar ahora las fuerzas del partido en intentar teñir de azul, tras el 22-M, la mayoría de las autonomías y capitales de provincia para que tenga más consistencia la exigencia a Zapatero de un adelanto electoral que los populares piensan intensificar a partir del 23 de mayo. Especialmente si derrotan a Barreda. «Merece la pena esta batalla. La vamos a dar y ganar. Castilla-La Mancha va a tener como presidenta a una mujer competente, seria, formal, que quiere a su tierra y se llama María Dolores de Cospedal», dijo ayer Rajoy en Toledo. El líder del PP afirmó, ante 12.000 personas reunidas en la plaza de toros de la localidad, que ahí comienza su reconquista hasta el palacio de la Moncloa. Cospedal, por su lado, se comprometió a escudarlo en el viaje.