El árbitro que dirigió la vuelta de Champions entre Barça y Madrid sólo castiga con amarilla una patada en la cara
Susto mayúsculo en el partido de los playoffs de la Liga belga entre Racing de Genk y Standard de Lieja que decidía el título. El visitante Mehdi Carcela-González se llevó una patada brutal de Chris Mavinga que le dejó tendido en el suelo inconsciente.
Todo sucedió en el minuto 25 del partido en el que el Genk terminaría proclamándose campeón de Bélgica. En una disputa por el balón, Mavinga golpeó a Carcela, que sufrió fractura de nariz, de máxilar y la pérdida de varios dientes. Pese a la brutalidad de la acción, el polémico colegiado Frank De Bleeckere (dirigió la vuelta de semifinales de Champions entre Barça y Madrid) sólo mostró cartulina amarilla al agresor.
Carcela, que tiene la triple nacionalidad belga, española y marroquí -país con el que juega a nivel internacional-, perdió el conocimiento y cayó al césped con visibles convulsiones, por lo que fue atendido de inmediato por los servicios médicos de su equipo y sacado del campo en camilla.
El centrocampista del Standard de Lieja será operado la próxima semana de las graves fracturas en la cara que sufrió. “No existe evidencia de que haya tenido ningún daño cerebral. La duración de su hospitalización y de su baja son indeterminadas”, reza el comunicado del Standard.
Finalmente, un gol de Nwanganga a diez minutos de final evitó el triunfo del Standard Lieja (1-1) y propició la conquista del tercer título de Liga del Racing Genk, que no disfrutaba de un éxito similar desde hacía nueve años.
Pese a la alegría de ser campeón, Mavinga afirmó que “la imagen” de Carcela tumbado en el césped lo persiguió “durante el resto del partido”. “Lo siento muchísimo por Mehdi, es mala suerte. Quise jugar el balón y simplemente no lo vi llegar”, declaró el jugador del Genk.