Marc pone la cal entre demasiada arena
Los Lakers de Gasol habían malacostumbrado en los últimos años a los aficionados españoles, que ya pensaban que la temporada no acababa hasta bien entrado junio. Ahora, en mayo, solo queda animar al futuro miembro de la selección española Serge Ibaka, que acompaña a Durant y Westbrook en los Thunder en su lucha por alcanzar la primera final para esta joven franquicia. Los demás han quedado por el camino. Es la alegría menor a una temporada que ha pasado con demasiadas sombras para los cuatro campeones del mundo.
En la mejor liga del mundo, la valoración de la temporada se hace en función de los méritos colectivos e individuales acumulados en la fase final. Los seis meses anteriores poco importan. Que se lo pregunten a Marc Gasol, el que más ha alargado su temporada y el que ha aprovechado los ‘play-off’ para ganarse el notable alto. Sus números han mejorado ostensiblemente en la postemporada -subió su media de los 11,7 puntos y 7 rebotes de la liga regular a 15 y 11,2- y ha formado con Zach Randolph una pareja temible en unos históricos Grizzlies. Memphis ha pasado de no haber ganado ni un encuentro en sus anteriores participaciones en las eliminatorias por el título a convertirse en el mejor octavo clasificado en la fase final, tras lograr siete triunfos y quedarse a un paso de la final de la Conferencia Oeste.
Con la misma vara de medir que la que coloca al mediano de la saga Gasol como el mejor español de la campaña, Pau suspendería, Rudy Fernández no pasaría del cuatro y José Manuel Calderón debería plantearse repetir. El pívot de los Lakers ha pasado de un comienzo de año de ‘MVP’ a un final de infierno. Su temporada ha sido tan regular como las anteriores. De hecho, fue incluido en el segundo equipo de la liga. Es decir, ha sido valorado como uno de los diez mejores jugadores del año.
Final del reinado
Sin embargo, los Lakers fueron humillados por los Mavericks en la semifinal y el reinado angelino llegó a su fin mucho antes de lo esperado. Gasol ha sido el más criticado por público y prensa, su actuación -indigna para una estrella de su calibre-, ha sido cuestionadísima y se ha llegado a hablar de su traspaso para reconstruir la franquicia. Para el ‘all star’ la campaña ha sido algo peor que el «año perdido» que había supuesto para Kobe Bryant. Lo positivo es que Pau podrá preparar el Eurobasket, que tanto le ilusiona, con tiempo para lamer las heridas.
Rudy Fernández ha vivido una montaña rusa de sensaciones. Se le ha colocado en el Real Madrid y en el Barça. Se decía que su entrenador no lo quería, que no entendía su juego, y él mismo llegó a filtrar su disposición para volver a Europa. Entre diciembre y febrero tuvo una fase brillante que recordó al Rudy del Joventut. Cuando se cerraba el mercado de traspasos, apareció en muchas quinielas para cambiar de equipo, pero se negó a marcharse de Portland. En la fase final, su presencia fue testimonial, con menos minutos y escasa aportación ofensiva.
Con números de jugador medio, definitivamente, no han sido unos meses para consagrarse en la NBA. Pero el mallorquín no desespera y sabe que el año próximo es el verdaderamente importante para él. En 2012 será agente libre y un buen contrato dependerá de ese año; lo anterior quedará en el olvido. A Calderón el año le ha servido para recuperar sensaciones y para recordar que sin lesiones sigue siendo uno de los bases más fiables de la liga, aunque su suspenso viene por el nefasto año para su franquicia, que ha acabado con un balance de 22 victorias y 60 derrotas.