“La izquierda radical, con intereses electorales más o menos definidos, ha tomado el control del movimiento del 15-M”. Así se expresa un miembro cualificado de ‘Jóvenes contra la Hipocresía’, uno de los primeros grupos que ya el pasado mes de enero se manifestaban abiertamente por “tomar las calles pacíficamente” en contra de la crisis y de un sistema político que prima la corrupción y el clientelismo económico. Lamentan que aquel espíritu al final se haya transformado en “un descarado intento de diluir en todos lo que ha sido sobre todo responsabilidad de unos más que de otros”.

El periodista andaluz Pedro de Tena lo expresa así en su web al hilo de la difusión de un manifiesto sin autores reconocidos: “Es necesario comenzar preguntándose quién escribe este manifiesto, quién lo vota y quién decide publicarlo para representar a los que se acercan a la puerta del Sol en Madrid, a algunas plazas de Barcelona y Sevilla. Los manifiestos no se escriben solos, ni se aprueban solos ni se deciden solos. Si no hay organización definida, si no hay reglas de juego, ni hay procedimientos democráticos, ¿cómo es que surge un manifiesto escrito por no se sabe quién? ¿Cómo es que un manifiesto escrito por una, dos o vaarias personas pero no aprobado en reunión siquiera mínima porque quienes no tienen representación en el asunto pasa a considerarse emblema de toda esa gente que se acerca a la Puerta del Sol? Y la pregunta básica: ¿Cómo es que ninguno de los acampados y transeúntes protesta porque se haya elaborado un manifiesto sin su consentimiento?”.

Las dudas sobre la bienintencionalidad de muchos de los ‘indignados’ se han despejado dentro del PP. Algunos dirigentes del partido, cautos pese a todo, hablan ‘sotto voce’ de una estrategia urdida en Ferraz para “arrastrar a los desencantados del PSOE a las urnas”. La propia presidenta de la Comunidad de Madrid se preguntaba ayer por qué los supuestos indignados no se manifestaban ante las puertas de Moncloa y sí ante la sede de la Comunidad de Madrid.

Entre algunos de los participantes en las acampadas tampoco ha gustado la simbología exhibida ni los atavíos portados por algunos de los radicales. “¿Se puede pedir una democracia real exhibiendo al mismo tiempo símbolos castristas y republicanos”, se preguntan. Se preguntan también por la inexistencia de símbolos nacionales y subrayan que “la izquierda radical, una vez más, ha sofocado un movimiento inicialmente sano y que ha perdido paulatinamente apoyo popular”. “Muchos jóvenes están aquí acampados, sí, pero hay muchos más que están en sus casas y que no quieren saber nada de una iniciativa que, en vez de centrarse en los verdaderos culpables de esta situación, ponen más el acento en atacar a símbolos que ellos consideran propios de la derecha”, agregan nuestras fuentes.

Del sectarismo de estos radicales hubo un buen ejemplo durante la concentración el viernes en la plaza de la Constitución de Málaga. Mientras los aproximadamente mil jóvenes que se dieron cita en la plaza gritaron consignas contra PSOE y PP, uno de los asistentes acotó: “Sí, pero el PSOE un poco más”. A punto estuvo de ser agredido por los exaltados que se hallaban alrededor.

Otro punto de controversia es la instrumentalización de estas protestas por parte de Izquierda Unida y los sindicatos. Promotores de este movimiento contestatario lamentan que “no haya habido un pronunciamiento claro de que IU y los sindicatos subvencionados forman parte de la casta y participan de sus mismas corruptelas”. Recuerdan en este sentido los permanentes escándalos protagonizados por los dos sindicatos mayoritarios en Andalucía, aliados en muchos casos del poder arbitrario de la Junta, así como de las millonarias subvenciones que reciben del poder político.

En el caso de IU, la indignación es aún mayor. “El PSOE no habría gobernado en más de 100 municipios españoles y en algunas comunidades autónomas sin los votos de IU”, señala un joven ‘acampado’ que se plantea abandonar las movilizaciones en las próximas horas. Él también cree que este ‘movimiento telúrico’ ha sido “reconducido” por el PSOE, con la complicidad de la izquierda radical, para atenuar el “cabreo” de muchos votantes socialistas con su partido.

Juan Manuel Sánchez Gordillo, líder del CUT-BAI (integrado dentro de IU), ha exigido a su coalición que garantice que no va a pactar tras las elecciones con el PSOE y recuerda el caso de las irregularidades detectadas en los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE), tramitados por la Junta de Andalucía.

Sánchez Gordillo ha asegurado que “de ninguna de las maneras” IULV-CA puede pactar con los socialistas”, ya que, de ser así, “demostraríamos que es mentira que nos oponemos frontalmente a la corrupción y que luchamos contra ella”. “Sería incomprensible y contradictorio que pactemos con un partido que genera corrupción”.

Tampoco tienen dudas los críticos de IU en Extremadura, una de las comunidades gobernadas por los socialistas en coalición con IU y que registra una de las mayores tasas de paro y corrupción. “El posible pacto con los neoliberales de la PSOE, desde nuestro punto de vista, tiene dos graves consecuencias: perpetuaría un régimen corrupto y caciquil y, por otro lado, asestaría un golpe de muerte a IU, ya que sería asimilado y fagocitado por el PSOE”.

Ante tales muestras de evidencia, ¿por qué entonces muchos jóvenes han sucumbido a la trampa de la confusión diseñada por los mismos que arrastraron a la opinión pública a creer que los atentados del 11-M habían sido responsabilidad directa del PP? “Hay un poso de sectarismo y de prejuicios ideológicos muy amplios en un sector de la izquierda española. Cuentan además con altavoces mediáticos que les imponen determinados clichés que ellos aceptan sin rechistar. La prueba es que se pueden contar con los dedos las referencias críticas a Zapatero en la plaza del Sol, cuando él ha sido el principal causante de esta situación. Quieren hacernos creer que el Gobierno que nos ha llevado a los 5 millones de parados ha sido también una víctima del sistema capitalista y de los banqueros”, apunta Javier Orgaz, representante de un grupo de cristianos de base presente en la ‘acampada’. Otro de los miembros de este grupo lamenta que cuestiones como los valores morales no hayan sido mencionados.

“Si un político roba y si un banquero se lucra a costa de una familia trabajadora es porque carece de los convencimientos humanísticos que nosotros consideramos esenciales para el robustecimiento moral de una sociedad. El laicismo radical no es ajeno a este problema”, indica José Ignacio Venzal, otro miembro del grupo.

Al hilo de todo ello, el alcalde de Madrid y candidato a la reelección, Alberto Ruiz Gallardón, reflexionaba ayer en voz alta: “¿Por qué será que cuando el PP falla la culpa es de la derecha y cuando falla la izquierda la culpa es del sistema?”. Tal vez Rubalcaba tenga la respuesta.

Ver video: “El Opá Zapatero y el corral socialero” http://www.youtube.com/watch?v=KdDQSUaKBUw