El volcán reduce su actividad y en España se cancelan 26 vuelos
La pesadilla amenaza con repetirse en el cielo europeo. Hasta el momento se han cancelado 26 vuelos desde aeropuertos españoles a Reino Unido como consecuencia de la nube de cenizas provocada por la erupción del volcán islandés Grimsvoetn. Concretamente, en el aeropuerto de Madrid-Barajas se han producido cuatro de esas cancelaciones del total de operaciones programadas para hoy entre el aeródromo madrileño y los aeropuertos de Irlanda y Reino Unido. En total han sido 500 vuelos los cancelados este martes en Europa, sobre un total de 29.000 previstos, según ha informado la Agencia Europea para la Seguridad en la Navegación Aérea, Eurocontrol.
Las zonas de alta concentración de ceniza volcánica se han situado este lunes en el norte de Reino Unido. De acuerdo con las previsiones del Centro Asesor de Cenizas Volcánicas, situado en Londres, existe una “alta posibilidad” de que la nube de cenizas afecte este miércoles a parte de Dinamarca, el sur de Noruega y el suroeste de Suecia.
Ello podría tener “algún impacto” en los vuelos que atraviesen esta zona, según Eurocontrol. “No obstante, teniendo en cuenta los nuevos procedimientos en marcha y el movimiento previsto de la nube de ceniza en los próximos días, se espera que el impacto sea relativamente bajo”, asegura la Agencia. El comisario de Transporte, Siim Kallas, ha descartado este martes un “cierre generalizado del espacio aéreo” por la nube de ceniza porque a su juicio la UE “ha aprendido la lección” de la crisis aérea del año pasado.
Eso sí, “nos enfrentamos a una semana muy desafiante para los pasajeros y para las aerolíneas”, ha admitido Kallas en rueda de prensa. “Pero aunque dependemos de la meteorología y del patrón de dispersión de las cenizas, no prevemos un cierre generalizado del espacio aéreo y las perturbaciones prolongadas que vivimos el año pasado”, ha precisado.
Un año después de que un volcán islandés cerrara durante seis días los aeropuertos de casi todo el continente, otra erupción vuelve a poner en riesgo los planes de millones de pasajeros. El Grimsvoetn, el cráter más activo de la isla nórdica, ha generado una colosal nube de cenizas que afectará al noroeste de Reino Unido y a Irlanda este martes, pero es “difícil” predecir su evolución en las próximas horas y saber cómo afectará a otros países de la Unión Europea, debido a la inestabilidad meteorológica, según ha informado la Comisión Europea. Con todo, una de las posibilidades que se barajan es que las primeras partículas volcánicas podrían rozar el jueves la costa norte española.
El Grimsvoetn dormía plácidamente desde 2004 bajo el glacial Vatnajokull, el manto de hielo más grande de Europa. El pasado sábado, sin embargo, cumplió las previsiones de los expertos y despertó con una fuerza inusitada. El cráter escupió una gigantesca columna de humo y cenizas que alcanzó los 25 kilómetros de altura. Pese a tratarse del volcán más vivo del país, desde 1873 no había experimentado una erupción tan intensa. El violento fenómeno hizo saltar las alarmas no sólo en Islandia, sino en toda Europa. El recuerdo del Eyjafjalla, el cráter que colapsó el tráfico aéreo el año pasado, volvía a emerger en la mente de todos.
Acción conjunta
Los Veintisiete han estado en contacto durante el fin de semana para seguir la situación, aunque la célula de crisis formada por aerolíneas, Eurocontrol y las autoridades nacionales de aviación se ha reunido formalmente por primera vez en la mañana del lunes y se espera que a lo largo del día se emitan una serie de “recomendaciones” por zonas (roja, azul y gris) en función del nivel de concentración de cenizas.
La portavoz ha apuntado que no hay riesgos de seguridad y ha anunciado que el vicepresidente del Ejecutivo comunitario y responsable de Transportes, Siim Kallas, tiene previsto contactar en las próximas horas con los ministros europeos del ramo.
Kearns ha admitido que es “difícil” determinar el nivel de concentración de cenizas que los aviones pueden tolerar porque no hay una respuesta “única” que sirva para todos los casos en todas las circunstancias, y ha emplazado a la evaluación de las autoridades una vez cuenten con todos los datos técnicos necesarios.
Impacto limitado
«El volcán puede causar algunas interrupciones en el tráfico aéreo, pero por un periodo muy limitado y en una zona muy concreta», resumía a Reuters Magnus Tumi Gudmundsson, profesor de Geofísica en la Universidad de Islandia. Eurocontrol, de momento, se ha mostrado más prudente y prefiere evitar especulaciones. La agencia europea indicaba en su última comunicación que «debido a las inestables condiciones meteorológicas no es posible identificar el movimiento de la nube de cenizas más allá de las próximas 24 horas». El domingo adelantó que si la intesidad de la erupción persiste las partículas podrían llegar a Francia y el norte de España el jueves. La gran esperanza de la UE pasa por evitar el cierre del espacio aéreo gracias a las medidas tomadas tras el caos del año pasado.
«Hemos aprendido la lección y estamos en una posición mucho mejor», subrayó el comisario de Transportes, el estonio Siim Kallas. Tras la críticas por exceso de celo y descoordinación, la UE apostó por flexibilizar la normativa y reforzar los medios técnicos -supervisión del volcán, satélites, radares y globos meteorológicos- para conocer al detalle la concentración real de cenizas.
La principal modificación, sin embargo, reside en que las aerolíneas tienen ahora una mayor autonomía para decidir si siguen operando. El requisito imprescindible es que presenten ante las autoridades un certificado del fabricante que pruebe que los motores están homologados para volar con presencia de cenizas. La Autoridad de Aviación Civil británica explicó que las grandes compañías del país cuentan con los permisos necesarios para seguir con su actividad con una concentración media de partículas. En cambio, ninguna aerolínea ha solicitado la aprobación para no quedarse en tierra con una densidad elevada.