Perro no come perro
Antonio Barreda Alcobet.- El refrán deja de cumplirse. El PSOE hace aguas por toda la geografía andaluza. El repaso del pasado 23-M escuece en cada sede del partido, en cada Comisión Ejecutiva y en cada ejecutiva provincial. Almería da el primer paso y señala a Griñán con el dedo como el culpable. Cádiz espera en la sombra poder organizar sus ya exiguas tropas para avanzar, cuchillo en mano, hacia la calle San Vicente. Ahora ya no callarán lo que calló Pizarro camino del destierro de la capital. Málaga espera su presa desde hace ya demasiados años y en Códoba no le perdonan la fuga y tocata de Rosa Aguilar.
El coro de pocos agradecidos y las nóminas perdidas auguran una mala cosecha para las autonómicas. Las sinergias de antaño desaparecen en las tormentas sin lluvia que es en lo que se ha convertido el PSOE de Andalucía. Griñán no tiene tirón, ni forma equipo, es él y su destino. El bueno de Manolo tenía dos flancos cubiertos con Pizarro y Zarrías, y ese hueco deja a muchos huérfanos y desguarnecidos. Griñán no es un general y ahora está perdiendo el favor de su ejército. Solo los jóvenes griñaninis que obtuvieron cargos y abultadas nóminas se le mantienen al lado esperando una oferta mejor para rematarlo.
Y desde Madrid ya tienen candidato a dedo, como él, y por eso se apresura a que todo el aparato andaluz bendiga al nuevo mesías. Dos destinos y vidas paralelas con las manos llenas de dedales. Pero con una diferencia, en Madrid no quieren congreso extraordinario ni que Zapatero salte como Manolo un paso arriba, a Bruselas. Aquí, en Europa, no quieren iluminados ni tampoco irresponsables cuya gestión ha provocado casi cinco millones de parados. Suetonio no tendría palabras para hablar bien de estos dos candidatos, solo los une el saberse perdedores antes de que las urnas les derroten.
La bandera desgastada en la que se envuelve Griñán ya no ilusiona. Las filas de sus adeptos cada día aparecen más vacías. No hay ni siquiera 300 con los que contar para defender despeñaperros. Hoy sus viejos héroes no están porque lo han abandonado a su suerte. El senado del PSOE está dejando en el suelo las togas y abandona las bancadas donde jaleaban al bueno de Manolo para ser oposición desde dentro. El 23-M apuntaron en las tablas ya la derrota y, además, se saben de memoria el nombre del responsable.
El nacido madrileño se creyó con fuerzas y con altura para guiar un partido que él solo está dejando moribundo. Hoy muchos entre los bastidores de los mapas provinciales le tachan hasta de charnego, y ya no susurran, empiezan a elevar la voz por encima del cielo para que otros sigan el camino pedir responsabilidades y de llenar de libertad las listas de los delegados al próximo congreso, porque saben que la dama de la derrota los sigue a todos ellos hasta los próximos idus de marzo.