Empresas del sector público andaluz se privatizan, pero sus directivos socialistas siguen en ellas
La mayor privatización de la historia del sector público en Andalucía ha sido la de la empresa de nuevas tecnologías SADIEL, una empresa pública creada en 1984 en la que se han enterrado no pocos millones de euros de todos andaluces. Impulsada por el PSOE de Andalucía, la privatización decisiva consumada hace poco con la compra del 51 por ciento de sus acciones por AYESA, una empresa de ingeniería, no ha suscitado ni una sola protesta sindical a pesar de que Sadiel es la empresa que gestiona el software administrativo de la mayor parte de la Junta de Andalucía. Sorprendentemente, su antiguo consejero delegado, el amigo, ex portavoz de Manuel Chaves y luego director de la RTVA, Rafael Camacho, sigue en la empresa tras la privatización. No sabemos si todos los socialistas colocados en Sadiel, por ejemplo el primo de Gaspar Zarrías, José Carlos Alarcón Arévalo, han seguido la misma suerte o si por el contrario se han topado con la salida.
La ingeniera AYESA compró por 35 millones de euros el 51 por cien de Sadiel , una empresa que tiene como cliente preferente de su software y productos derivados a la Junta de Andalucía y donde se han concentrado muchos millones de euros procedentes de los bolsillos de todos los andaluces. Sadiel tiene una facturación superior a los 100 millones de euros anuales poir lo que su precio de venta fue considerado irrisorio por el Comité de Empresa, dividido entre ugetistas afines al PSOE y sindicalistas ajenos a los intereses socialistas.
Tras la operación, Ayesa detenta el 51 por ciento de Sadiel. El resto del accionariado queda compuesto por: Endesa, 22%; Agencia IDEA, 22% (a través de Soprea, S.A., empresa de la Junta de Andalucía) y Corporación Empresarial Cajasol, con un 5%.
Según la nota de la propia empresa, tras la adquisición, Rafael Camacho, hasta ahora consejero delegado de Sadiel, será el nuevo director general de Relaciones Internacionales Corporativas. Es decir, se privatiza la empresa, pero sus directivos socialistas siguen.
y lo que falta por ver todavía…. miedo dá, faltarían cárceles para meterlos a tod@s