El flujo de visitantes a la Sagrada Família aumenta más de un 20% en los cinco primeros meses del año
El símbolo por excelencia de Barcelona, su icono más universal, la basílica de la Sagrada Família, disfruta de un 2011 excepcional. Después de tres años de descenso continuado del número de visitas, las cifras han encarado la senda de la recuperación. Y lo han hecho de manera espectacular, con aumentos por encima del 20% si se comparan los cinco primeros meses del año con los mismos del 2010, según los datos facilitados a La Vanguardia por la junta constructora del templo.
Dos factores explican este repunte. Uno es el aumento del número de turistas que Barcelona está registrando y que tiene un reflejo directo, por ejemplo, en la cantidad de pernoctaciones en los hoteles. Pero hay otro elemento fundamental para la Sagrada Família y que, según sus responsables, la hacen crecer en afluencia por encima del conjunto de la actividad turística de la ciudad: la visita del Papa del pasado 7 de noviembre. La dedicación al culto de la basílica, presidida por Benedicto XVI, fue retransmitida por televisión a todo el mundo –TV3 produjo la señal institucional– y se convirtió en un reclamo sin precedentes en la historia del templo. Marcó un antes y un después.
Visto lo ocurrido en los últimos meses, los responsables de la junta constructora confían en que este verano sea espectacular, con lo que el año podría cerrarse, si no con récord absoluto de afluencia, casi rozándolo. Si se mantienen estos incrementos, el 2011 podría acabar con una cifra de visitantes próxima a la del 2007, que hasta el momento es el techo del monumento ideado por Antoni Gaudí, con 2.839.030 personas que pasaron por taquilla. Desde ese año, la línea ascendente, que se había disparado en el 2002 –año en que se pasó de 1,5 millones de visitas a más de dos millones–, fue cayendo progresivamente (2,7 millones el 2008; 2,4 millones el 2009 y 2,3 millones el año pasado). Sin duda, esta bajada se debió a la crisis económica.
La avalancha de visitantes, entre los que ahora se ven más barceloneses y catalanes que anta año –otro efecto de la retransmisión televisiva de la ceremonia papal–, se hace notar todos los días de la semana. Da igual que sea lunes que jueves o sábado, que sean las doce del mediodía o las cuatro de la tarde. Las colas para acceder al monumento son siempre largas, y las aglomeraciones son a ciertas horas importantes y, en ocasiones, resultan agobiantes para los propios turistas y también para los transeúntes. Los efectos de este incremento de accesos a la basílica tiene también su reflejo en los ingresos económicos –la compra de entradas se consideran donativos– aunque los responsables de la Sagrada Família no han facilitado datos recientes sobre el particular.
La creciente presencia de turistas presenta dos caras. Además de reportar ingresos necesarios para continuar las obras de construcción de la basílica, alimenta a un gran número de comercios de la zona, que en algunos casos aseguran que ya no notan la crisis. Entre las más beneficiadas están las tiendas de souvenirs ubicadas en los alrededores del monumento, que están haciendo su agosto, pero también, aunque en menor medida, los bares, cafeterías y restaurantes del entorno.
En cambio, los vecinos siguen quejándose de las molestias que les ocasiona el continuo trasiego de personas y vehículos por los aledaños del templo expiatorio.
De hecho, tan cansados están los residentes de la zona de la Sagrada Família, que finalmente han decidido movilizarse. En una asamblea celebrada el pasado miércoles, acordaron organizar protestas contra la masificación turística que sufre el barrio, además de por los retrasos en la construcción de determinados equipamientos. Sobre lo primero, dos son los asuntos que más les preocupan: los autocares y las largas colas que se crean para entrar en el templo. Por ello, el próximo sábado 18 tienen previsto concentrarse en la confluencia de las calles Provença y Marina para que el Ayuntamiento atienda sus quejas y examine sus propuestas. Han pedido que se tomen fotografías de los problemas de atasco que ocasionan los autobuses y los turistas a pie.
Una de las propuestas de los vecinos es que los autocares de turistas no puedan llegar hasta la basílica y que paren en la Diagonal. El Ayuntamiento tiene preparado un plan que va en esa línea y cuya ejecución deberá decidir –o no– el equipo del futuro alcalde Xavier Trias. Tal y como informó este diario (véase la edición del 29/V/2011), el distrito del Eixample prevé eliminar la zona de parada de diez minutos que está situada en la calle Sardenya, entre Provença y Mallorca; sustituirla por plazas de área verde para vecinos, y ampliar el espacio de estacionamiento de autocares en superficie que hay en la calle Consell de Cent y que gestiona la empresa municipal BSM.
Los vecinos también piden que se amplíen las aceras para que la gente pueda llegar hasta la basílica de la Sagrada Família caminando. En este sentido, existe otro plan municipal que, previendo el incremento del número de turistas que llegarán a pie desde el aparcamiento de autocares, y con el objetivo de evitar que se instalen nuevas tiendas de recuerdos en estos recorridos, plantea suspender la concesión de licencias durante un año.
De ejecutarse, la medida afectaría a los tramos de las calles València (entre Nàpols y Padilla), Aragó (entre Sardenya y Padilla), Consell de Cent (entre Lepant y Padilla) y Diagonal (entre Nàpols y Sardenya).