La enfermedad de Alzheimer representa un costo demasiado elevado para la economía mundial y se espera que el problema crezca en los próximos años. Actualmente, entre 24 y 37 millones de personas en el mundo viven con esta forma de demencia incurable, cifra que puede llegar a 115 millones en el año 2050, alertaron los científicos ante el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes.

Según el Informe Mundial del Alzheimer 2010, el costo de la enfermedad en un solo año sobrepasa la barrera de los 604.000 millones de dólares, lo que equivale aproximadamente al 1% del PIB mundial. Si fuera un país, sería la 18ª economía del mundo en términos de PIB

“Si fuera un país, sería la 18ª economía del mundo en términos de PIB”, señaló Daisy Acosta, presidente de la asociación Alzheimer’s Disease International, cuya sede se encuentra en Londres, y añadió que la enfermedad representa “la crisis sanitaria y social más grave del siglo XXI”.

Con relación a otras enfermedades, la de Alzheimer no recibe suficientes fondos para la investigación. Así, los científicos aseguran que se invierten unos 6.000 millones de dólares al año contra el cáncer, 4.000 millones contra las enfermedades cardiovasculares y 2.000 millones contra el sida, mientras que para intentar encontrar un tratamiento eficaz contra el Alzheimer los científicos disponen de tan solo 450 millones.

Según advierten los expertos, los gobiernos no están preparados para afrontar los problemas derivados de este tipo de enfermedad devastadora.

George Vradenburg, que encabeza la organización USA against Alzheimer, apuntó que los países occidentales eran los más amenazados por el aumento del coste de la salud. “Ello crea tensiones para los sistemas de salud en todo el mundo y tiene el riesgo de causar un enlentecimiento del crecimiento económico en los países desarrollados, especialmente en Europa occidental y el cinturón del Pacífico”, alarmó Vradenburg.

La enfermedad de Alzheimer es un desorden progresivo, degenerativo e irreversible del cerebro que causa debilitación de la memoria, desorientación y una eventual muerte intelectual. Difícil de diagnosticar, afecta sobre todo a los mayores de 65 años y se desconoce todavía la forma de curarla o de prevenirla.