Això és una dona
Me asombra profundamente la marimorena que se ha organizado por los comentarios excesivos de Marta Ferrusola, la esposísima de Jordi Pujol, la cual no ha tenido reparo alguno en afirmar que no le gustaría nada que el FC Barcelona sirviese de incentivo para promocionar la marca España. Horroroso, dónde vas a parar… Ya tienen los toros y las Manolas, ha objetado la musa del nacionalismo (y que me perdone Núria Feliu). ¿Pero a estas alturas nos puede sorprender? Pero si es la misma que hace no demasiados años, cuando Mena y Jiménez Villarejo–oséase la plana mayor del felipismo- quisieron encarcelar a Pujol por el caso Banca Catalana tuvo su particular desfile con alfombra roja y vivió su minuto de gloria en la plaza de Sant Jaume con la masa enfervorecida gritando bajo el balcón de la Generalitat Això és una dona!, cual paradoja del filósofo Ortega. Es la misma matriarca, no lo olvidemos, que afirmó que le molestaba mucho que el otrora presidente de la Generalitat, José Montilla, fuese un andaluz que tuviera un nombre en castellano. Es decir, un alegato al reparto de carnés de catalanidad según el árbol genealógico, dedicándose a la digna causa de segregar entre catalanes buenos y catalanes malos. Por mi apellido ya se pueden imaginar en qué lado del rebaño me encuentro yo.
De este modo, esta matriarca que pretende resucitar el pujolismo en las manos afables de sus delfines sucesorios, no tiene ningún reparo en mostrar en público el sarpullido astronómico y la alergia que le origina que alguien ose pronunciarle la palabra España. Eso sin contar el horror congénito de que el Barça pueda hacer publicidad a favor de la Costa del Sol, las playas del Cantábrico o de las Hurdes extremeñas. ¡Qué poca sensibilidad por la causa! La misma que muestra con un silencio cuando menos sospechoso ante las declaraciones en TV3 de la presidenta de Òmnium Cultural, Muriel Casals, que llamó maltratadores a los padres que demandan la educación bilingüe en el sistema educativo catalán.
¿Su silencio tal vez se deba a que Òmnium Cultural es una entidad muy bien subvencionada por la Generalitat catalana y que promueve la identidad nacional y el movimiento soberanista? Sólo es casualidad. Pero me temo que se trata del mismo nacionalismo cerril que mientras está desmantelando la seguridad social, cerrando hospitales como el del Dos de Maig, cerrando plantas enteras en tantos otros, con una lista de desempleados que da pavor y con una ley de la dependencia cuyo incumplimiento produce vergüenza, se dedica a dilapidar el dinero. Por ejemplo, en los casi siete millones de euros que se acaban de aprobar para subvencionar a los medios de comunicación en catalán. El mensaje no da lugar a la duda. No hay dinero para sanidad pero sí para alimentar a las mamandurrias patrióticas.
Pero todo esto no le importa a la señora de Pujol. Esta ceguera propia de un provincianismo sideral, le lleva a menospreciar a un Estado democrático como es España, al tiempo que le provoca un orgasmo nacional que el FC Barcelona, paradigma hasta hace bien poco de universalidad y de apoyo a ultranza a la infancia gracias a su patrocinio de UNICEF, haya firmado un contrato multimillonario con la Qatar Foundation por el cual percibirá 150 millones de euros en cinco años por lucir su publicidad en la camiseta azulgrana.
Desconoce seguramente la señora Ferrusola, que tras la tinta de esa firma que ella misma bendice- al tiempo que demoniza todo lo que huela a España-, se esconden los fantasmas más sórdidos de una dictadura atroz y de una fundación que venera a un salafista radical –dícese de Youssef Al-Qaradâwî- que afirma que Hitler fue una bendición divina. ¿Le habrá explicado el patriarca del reino que detrás de la firma loada por ella misma se encuentra un país -y por ende un gobierno- que considera que hay una conspiración judía en los dibujos de Pokemon? Y esto no es baladí, señora Ferrusola. Porque como los judíos son los culpables de todos los males del mundo, es motivo suficiente para que se prohíban. ¿Le habrán explicado, acaso, que tras ese contrato se esconde una tiranía que presume de adoctrinar al pueblo y cuyo exponente más vergonzoso radica en convertir como libro de cabecera de los qataríes uno de los pasajes antisemitas más espantosos de la historia, los Protocolos de los sabios de Sión? Esto no lo querrá ni oír. Ni tampoco que detrás de esa fundación se esconde lo más execrable de una dictadura que somete a sus ciudadanos a la esclavitud, a la miseria y a la pobreza. Una dictadura, señora Ferrusola, cuyo poder político gira en torno al emir de turno y donde los partidos políticos están vetados por ley. Una dictadura, señora Ferrusola, en la cual el canal de televisión Al-Jazeera recibe cuantiosas subvenciones del gobierno pese a ser un negocio privado y, por tanto, se convierte en el altavoz oficial del emirato donde la libertad de prensa brilla por su ausencia.
Nada de esto parece importarle a la señora de Pujol. Mientras sus delfines esquilman por doquier, despilfarran el dinero en sus ansias patrióticas, pasean su independentismo de salón y están hundiendo a la antigua locomotora económica de España -con la inestimable ayuda del extinto tripartito que en paz descanse- poco importa lo que pase allende del Delta de l’Ebre. Sin ir más lejos, si hoy mismo Ferrusola volviera a salir al balcón de la plaza de Sant Jaume volvería a escuchar de nuevo en boca de la turba, senyera en mano, lo de Això és una dona! Y es que importa poco lo que se haga. Siempre les quedará el famoso mantra de Madrit ens roba para que el pesebre siempre tenga lacayos que quieran morir por la causa. Eso sí, una causa muy ruinosa y muy costosa.