¿Dónde nos llevará la crisis de la deuda en Estados Unidos?
La falta de acuerdo entre los congresistas estadounidenses sobre un plan que permita elevar el tope de la deuda pública ya provoca un ambiente de incertidumbre en el país. Ahora legisladores, analistas, economistas y ciudadanos de EE. UU. tratan de predecir qué podría ocurrir si no hay consenso sobre esta complicada cuestión.
Nueva recesión global
Algunos economistas advierten que si los legisladores no llegan a un consenso para aumentar el techo de la deuda, las consecuencias podrían ser muy graves, no sólo para Estados Unidos, sino para todo el mundo. “La economía que teníamos en 2004 o 2005 no existe. Vivimos en un mundo diferente. Tenemos una débil confianza entre consumidores y comerciantes y las consecuencias serían catastróficas”, advierte el economista Kenneth Goldstein.
Una grave crisis de la economía más grande del mundo influiría negativamente en los mercados internacionales. Así, la economía mundial, afectada ya por la crisis de la deuda en Europa, podría sufrir otra recesión global. Según señala la directora del Centro de Investigación del Consumidor, Lynn Franco, “nos va a llevar cinco años ponernos en el lugar donde estábamos antes de la recesión. Y otros tres años recuperarnos. La economía se enfrenta a cambios estructurales y del consumo en general”.
La confrontación entre los partidos
Otros analistas están seguros de que los congresistas llegarán a un acuerdo en un futuro próximo y señalan que la tensión que vive ahora el país es el resultado de la confrontación entre los dos partidos, cada uno de los cuales intenta mostrar a los ciudadanos la mayor lealtad a sus principios en vísperas de las elecciones presidenciales, antes de tener que llegar al ineludible compromiso.
Según la opinión del politólogo David Gergen, para los republicanos, los aumentos de impuestos encarnan lo peor de un gobierno intervencionista. Para los demócratas, los programas de ayuda social como las jubilaciones y la sanidad para los más necesitados son, a su vez, ‘vacas sagradas’, y por ello los posibles recortes les ponen los pelos de punta.
Además, según indica el periódico Washington Post, los mercados financieros mantienen una sorprendente calma ante la crisis. Aunque hay cierto nerviosismo entre los inversores, gran parte de lo que ocurre es interpretado como maniobras políticas.
La cuestión es cómo aumentar el techo de la deuda
El director de la Oficina de Presupuestos de la Casa Blanca, Jack Lew, descartó que Estados Unidos vaya a declararse en quiebra ante la falta de acuerdo para elevar el tope de la deuda. “No creo que los líderes responsables en Washington vayan a llevar a la suspensión de pagos. Creo que todos los líderes del Congreso y el presidente han reconocido que debemos subir el techo de la deuda y la cuestión es cómo”, dijo Lew en una entrevista a una emisora de televisión.