Canales saluda a los aficionados después del entrenamiento de la selección sub-20 ayer en Manizales (Colombia).

Sergio Canales vuelve a exhibir su sonrisa juvenil. Concentrado en el Mundial sub-20 de Colombia, el adolescente que irrumpió en la Liga a base de golazos y asistencias en enero de 2009, y que Mourinho condenó al anonimato la pasada temporada, ve desde la lejanía el fin de esa penitencia. Está a un paso de convertirse en nuevo jugador del Valencia para las dos próximas temporadas. El acuerdo entre las partes es total y quedará sellado en los próximos días. Así ha sido admitido por el entorno del jugador cántabro y los dirigentes de Real Madrid y Valencia.

Canales llegará cedido para los dos próximos años y el Valencia pagará al conjunto blanco un millón por cada uno de ellos. El club blanquinegro se hará cargo además de la ficha del jugador -cobra 1,5 millones anuales- y se ha asegurado una opción de compra durante los dos primeros años.

El Real Madrid, por su parte, amarra la opción de recompra por el futbolista las dos temporadas siguientes. Una de las claves de la operación es la llamada ‘cláusula del cagazo’: Canales no podría enfrentarse al Real Madrid mientras vista la camiseta valencianista. Una obligación que ha resultado clave para entender la llegada del santanderino al club de Mestalla.

El Villarreal vendió a Cazorla por una buena suma de dinero al Málaga de los petrodólares y pensó en Canales para llenar el hueco que el asturiano ha dejado en el juego de ataque del conjunto del Madrigal. Según su presidente, Fernando Roig, el cántabro «estaba de acuerdo en incorporarse al Villarreal». Y el Madrid, de acuerdo en que Canales siguiera sumando experiencia en el equipo amarillo.

Durante las negociaciones, el club madridista intentó convencer al consejero delegado del Villarreal, José Manuel Llaneza, de que el cántabro no podría jugar ante el Real con la camiseta amarilla, pero pinchó en hueso. «Entre las condiciones que ponía el Madrid, estaba contra quién y cuánto podía jugar, y aquí el que decide quien está sobre el campo es Juan Carlos Garrido. Al final, decidimos que no era oportuno cerrar el fichaje», aseguró Roig.

A Canales aún le restan cinco años de contrato con el Real Madrid, pero será en Mestalla donde intente volver a desplegar el fútbol que le catapultó a la fama con el Racing y le llevó en pocos meses a la capital. Florentino Pérez apostó por él y pagó seis millones por su fichaje. La lesión del brasileño Kaká facilitó que Mourinho le diera la titularidad en los primeros encuentros de la pasada temporada. Pero el portugués, después de criticarle públicamente tras un encuentro de Copa del Rey ante el Murcia, le condenó al ostracismo por entender que estaba tierno. Trescientos minutos en diez partidos a lo largo de todo el año. Demasiado poco.

El Valencia firma a un futbolista de una técnica exquisita que demostró mucho en muy poco tiempo con el Racing. Su posición natural es la mediapunta, aunque ha jugado como extremo izquierdo.

Los que le conocen bien aseguran que a pesar de su temprano salto a la fama, sigue siendo un chaval corriente al que le gusta pasear por Santander y estar con sus amigos de toda la vida. Y que a pesar de la insistencia del Real Madrid para que jugara cedido en el extranjero, Canales quería seguir en España.

¿Sustituto de Mata?

Es la duda que asalta a gran parte de la afición blanquinegra. ¿Canales llega para ser sustituto de Mata o para jugar junto a él en este nuevo proyecto? Desde el Valencia se insiste en que el club «va a hacer todo lo posible» para que Mata no salga este verano rumbo a la Premier . Y si el asturiano finalmente no sale, Emery podría decirlo bien alto y bien claro. Sus hombres de ataque forman una delantera de Champions.

Con las posiciones de ariete (Aduriz y Soldado) e interior derecho (Pablo Hernández y Feghouli) definidas, Emery cuenta con hasta tres hombres (Canales, Piatti y Mata) que pueden actuar indistintamente como enganche del delantero centro o en la banda izquierda. Además de Jonas, delantero o mediapunta según las necesidades. Un estudiado privilegio para afrontar tres competiciones.