La campaña contra la visita del Papa a España habría que inscribirla en los movimientos que la odiosa izquierda europea viene promoviendo para cambiar el paradigma de referencia, el paradigma cultural, en el que parece que la religión católica no tiene espacio o se la quiere arrinconar.

El problema sería mayor sin la posibilidad de que millones de cristianos coherentes con sus ideas y con sus principios respondan a las provocaciones con la misma contundencia de hace algunos años. A la izquierda hay que decirle y hacerle notar que el odio que nos profesa es recíproco. Basta de tibiezas políticamente correctas. Sin la religión cristiana y el magisterio moral del Papa, Europa sería hoy un pastizal moral de escombros y el mundo un lugar apenas habitable ni reconocible.

No son los sectores que se reconocen en la línea editorial de AD los que han encendido esta mecha. Desde la llegada al poder de José Luis Rodríguez Zapatero se han renovado fobias que algunos creían enterradas. El asunto se complica debido a la gravedad de los precedentes históricos. Entre 1.931 y 1.939, numerosos obispos fueron detenidos y asesinados por el gobierno de la República, del que formaban parte los conmilitones ideológicos de nuestros actuales mandatarios. Cientos de sacerdotes (en especial los que se dedicaban a tareas de atención social) sufrieron cárcel y tortura antes de ser ejecutados. Fueron clausurados conventos, escuelas religiosas y anuladas algunas órdenes. El culto religioso llegó a castigarse con la pena capital, mientras que las propiedades eclesiásticas fueron confiscadas. La Constitución de 1.931 legalizó el ataque a la Iglesia. Como consecuencia de ello, miles de religiosos fueron detenidos, torturados y asesinados, a la vez que centenares de recintos católicos sufrieron destrozos y fueron literalmente arrasados.

Décadas más tarde, la socialdemocracia española y europea se ha propuesto descristianizar España y Europa para abrir nuestros países a las corrientes sociales, educativas y morales que ellos defienden. Con ese fin se ha puesto en marcha una feroz persecución contra la Iglesia Católica, sin los sangrientos métodos empleados por aquella República felizmente derogada. Esta vez apelando a otras técnicas más refinadas y que consisten en desbrozar mediante el dictado de normas cualquier raíz que haya brotado de la simiente cristiana.

Una de las medidas que este Gobierno ha emprendido con especial brío es la supresión de cualquier referencia a la moral cristiana en el sistema educativo español y no son pocos los que legislarían abiertamente por la prohibición del culto católico en toda la nación si la contestación social no fuese la que ellos desearían.

La cuestión se repite. Con Azaña o sin él, la izquierda juega a lo mismo de siempre. Se trata de rebasar todos los límites morales para que los principios espirituales que modulan la conciencia de millones de personas dejen de tener vigencia. Se trata del control moral de las masas que el muro de contención que es el cristianismo hasta ahora no les ha dejado. Se trata en definitiva de dejar en barbecho el espíritu del pueblo, dispuesto a recibir en su seno baldío otras simientes, entre ella la islámica, mucho más manipulable por el poder político y también el económico.

Los enemigos del ideal cristiano no se han desarmado nunca y sus resentimientos y su odio contra nuestra religión, convertida en instrumento de liberación humana, es hoy más vivo que nunca. Saben que el pueblo, el día que renuncie a la inspiración evangélica, se desnaturaliza y se debilita, perderá la fe en sí mismo, se arredrará ante los enemigos de su ideal, entre otras razones porque el ideal habrá dejado de ser más fuerte que el miedo que ellos proponen; un miedo que adopta muchas y proteicas manifestaciones: egoísmo, drogas, consumismo desenfrenado, desestimiento ante los enemigos del ideal democrático, bulimia de fútbol y circo, abolición del hombre. ¿Hace falta explicar más alto lo que se esconde tras los intentos de boicotear la visita del Santo Padre por parte de la izquierda social española, convertida en vivero de vagos, pervertidos, amorales, parásitos y de resentidos sociales? Ellos y ellas.

Huelga de metro…en agosto

Como de lo que se trata es de boicotear las jornadas de convivencia de cientos de miles de jóvenes católicos procedentes de todo el mundo, la sección sindical de UGT en Metro de Madrid ha anunciado que se ha visto “obligada” a convocar paros en los turnos de tarde del día 18 de agosto y paros de 24 horas los días 20 y 21 de agosto, durante la visita del Papa Benedicto XVI a la capital española.

La medida, dijeron, se debe al “incumplimiento de la subida salarial pactada en convenio colectivo para el año 2011 y la ruptura de la negociación colectiva”.

Los dirigentes señalaron que “hace aproximadamente un año decía que estábamos en crisis y, por lo cual, se debía aplicar una bajada salarial a los mismos, pero después de un año, coincidiendo con la visita de la máxima autoridad de la Iglesia Católica, ya parece ha pasado tal crisis y sin negociar con la parte social, no existen problemas económicos para aumentar el servicio en los días de la visita de Su Santidad”.

El portavoz del sindicato Comisiones Obreras en Metro de Madrid, Ignacio Arribas, ha confirmado que “en principio” no se suman a la convocatoria lanzada por UGT para los días 18, 20 y 21 de agosto.

De otro lado, el consejero delegado de Metro de Madrid, Ignacio González Velayos, ha manifestado que este medio de transporte funcionará “con total normalidad” durante la visita del Santo Padre a Madrid, pese a los paros parciales convocados.

“La Comunidad de Madrid va a garantizar unos servicios mínimos para que la movilidad esos días sea posible y desde luego, todos los ciudadanos que vengan a la visita del Papa van a tener transporte público y el Metro va a funcionar con plena normalidad”, indicó.

Asimismo, explicó que lo que preparan para atender las necesidades de la JMJ no costarán “ni un euro” a la Administración pública.

Los ‘indignantes’ del 15-M entran en acción

Tras la «recuperación» de la Puerta del Sol, los «indignados» se han marcado un nuevo objetivo a corto plazo: hacerse notar e intentar boicotear la visita del Papa Benedicto XVI a Madrid, prevista para el próximo día 18. Así lo demuestra el acta de la asamblea celebrada en Sol la noche del viernes pasado.

Las propuestas recogidas en este sentido son las siguientes: una manifestación en la que todos vayan disfrazados de bebés, «para protestar contra la pederastia dentro del mundo eclesiástico», afirman los integrantes del Movimiento 15-M.

Además, quieren ocupar los colegios públicos cedidos a los participantes en la Jornada Mundial de la Juventud y también boicotear a las empresas que la financian; para esto último facilitan un enlace de internet donde está el listado. A semejanza de lo que ocurrió en Barcelona durante una visita anterior, proponen una «besada» al paso del Pontífice «para reivindicar los derechos de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales». La que sí que está convocada ya es una manifestación para la víspera de la llegada de Benedicto XVI.

La Policía es consciente de que los más radicales intentarán promover acciones de este tipo, sobre todo de carácter burlesco, buscando el foco internacional, pero no cree que se produzcan altercados.

Roures “El Rojo” distribuirá en exclusiva la señal de televisión de la visita del Papa

A pesar de que Público, diario fundado por Jaume Roures y Tatxo Benet, entre otros, tachaba este miércoles de “golpe de Estado” la visita del Papa Benedicto XVI a España, será otro medio de Roures, la productora Overon, la que se encargue de distribuir la señal del viaje papal.

Así consta en la web oficial de la JMJ y así ha sido confirmado a este portal por fuentes de la organización de las jornadas católicas. “Overon será la encargada de distribuir la señal de la visita”, informan desde los servicios de prensa. No obstante, añaden, la producción del evento correrá a cargo de TVE y Telemadrid.

Sin embargo, esta no será la primera vez que Overon se encargue de un evento de este tipo ya que también fue la encarga de la cobertura de la visita del Papa a España en 2010.

El hecho de que Overon y Público compartan administrador no ha significado, sin embargo, que el diario de izquierdas, a través de su columnista Manolo Saco, tachara al Vaticano de “régimen terrorista”.