Madrid se rinde entusiasmada a la Semana Santa de Málaga
La escena, posiblemente irrepetible, de ver al Cristo de la Buena Muerte a hombros de caballeros legionarios junto al trono de Jesús del Prendimiento desfilando por las calles cautivó a Madrid en el traslado que ambas cofradías hicieron anoche en la capital de España. Una verdadera multitud siguió a las cofradías malagueñas que realizaron dos procesiones en el amplio sentido de la palabra, con una duración de más de cuatro horas en medio de la admiración general y una expectación como pocas veces se recuerda. Unas 2.500 personas formaron el cortejo de las hermandades malagueñas.
La plasticidad de lo que se vivió anoche en las calles del centro de Madrid supera todo lo imaginable. Pero tampoco podían dar crédito a lo que veían las miles de personas que presenciaban, admiradas y sorprendidas, el paso de las dos hermandades malagueñas por las calles de la capital de España en sus traslados.
El Santísimo Cristo de la Buena Muerte, portado a hombros por hermanos de la cofradía hasta Cibeles, donde fueron relevados por caballeros legionarios, fue el primero en iniciar el traslado, alrededor de las diez de la noche, desde la Catedral Castrense, donde se vivieron escenas de intensa emoción y sentimiento cuando el Cristo enfiló la calle a los sones de ‘El novio de la muerte’.
Una hora de retraso
El Prendimiento, sobre su trono procesional portado por unos 250 hermanos, inició su recorrido desde el Ayuntamiento de Madrid con una hora de retraso ya que el olivo que adorna el trono era más grande que la puerta por la que éste tenía que salir. Así, hubo que desmontar el olivo del trono y, una vez en la calle, volvieron a colocarlo.
Una vez en la calle, el Prendimiento recorrió plaza de Neptuno, Cibeles, Paseo de Recoletos y Colón, donde tenía previsto llegar de madrugada. Mena recorrió gran parte del Madrid de los Austrias, pasando por calle Mayor, Puerta del Sol, Alcalá, Cibeles y Paseo de Recoletos, lugar en el que se ‘encerraría’ pasadas las dos de la madrugada.
Pero uno de los momentos más emotivos fue el encuentro de las dos imágenes malagueñas en la plaza de Cibeles ante un público que aplaudía entusiasmado lo que allí vivía. Era la 1.13 de la madrugada cuando el Cristo de Mena pasó a hombros legionarios y se encontraba con Jesús del Prendimiento. Los legionarios subieron a pulso al Cristo y igual hicieron los hombres de trono del Prendimiento en medio del entusiasmo general y gritos de «¡Viva Málaga!» y «¡Viva la Semana Santa de Málaga!».
Era impresionante, como lo fue también el recorrido que ambas hermandades hicieron juntas, para llegar de esa forma al punto donde hoy estarán cada una de las imágenes en el Vía Crucis que presidirá el papa y que será seguido en directo por 800 millones de espectadores de todo el mundo.
Numerosos cofrades malagueños se emocionaron al vivir las estampas tan intensas que anoche se sucedían una tras otra en Madrid. El traslado del Prendimiento se abría con la Banda de Música de la OJE de Salamanca y se cerraba con la Banda de Música de la Cofradía de Zamarrilla, que horas antes había tenido el privilegio de recibir con su música al papa Benedicto XVI, y contaba con unos cien hermanos con velas que escoltaban el trono procesional sobre el que iba Jesús en el momento de ser delatado por Judas. El magnífico adorno floral, realizado por Flores Miguel, de Málaga, estaba conformado por rosas burdeos oscuro, todo cuidado al mínimo detalle. Los hombres de trono iban uniformados con pantalón y corbata negras y camisa blanca y hoy lo harán con túnica, al igual que los de Mena. Este último trono contará con dos turnos de portadores ante la larga lista de peticiones recibida.