Benedicto XVI en Alemania: “He venido a hablar de Dios”
El Papa, Benedicto XVI, ha declarado que en la sociedad hay “una progresiva indiferencia” respecto a la religión en el discurso de bienvenida que ha pronunciado en el Palacio de Bellevue ante el presidente de la República Federal Alemana, Christian Wulff, y las autoridades alemanas. El Santo Padre aterrizaba pasadas las diez y media en el aeropuerto de Berlín en su primer viaje oficial a su país.
Benedicto XVI ha subrayado que “aunque esta es una visita oficial”, él no va allí “para obtener objetivos políticos o económicos, como hacen legítimamente otros hombres de Estado, sino para encontrar a la gente y hablarles de Dios”.
Además, el Papa ha recordado que la religión “es una cuestión fundamental para una convivencia lograda” porque la libertad “necesita de una referencia a una instancia superior”. Así, ha subrayado que “el hecho de que haya valores que nada ni nadie pueda manipular es la auténtica garantía de la libertad”.
El Pontífice ha recordado también que la libertad “se desarrolla sólo en la responsabilidad ante un bien mayor” y ha explicado que “este bien existe sólo si es para todos, lo que significa que cada persona debe interesarse por el prójimo”.
En este sentido, ha destacado que “aquello que se hace a costa de otros, no es libertad sino una acción culpable” y ha subrayado que “sólo cuando se usan las fuerzas también para el bien de los demás es cuando la persona puede realizarse verdaderamente como persona libre”.
Precisamente, Benedicto XVI ha declarado que “según el principio de subsidiariedad, la sociedad debe dar espacio suficiente para que las estructuras más pequeñas se desarrollen” y al mismo tiempo “apoyarlas para que un día puedan ser autónomas”.
APRENDER DEL PASADO
El Papa ha recordado también, que “una mirada clara sobre las páginas oscuras” del país permitirá “aprender de su pasado y recibir el impulso para el presente”.
Según ha explicado, la República Federal Alemana “se ha convertido en lo que es hoy a través de la fuerza de la libertad plasmada de responsabilidad ante Dios y ante el prójimo”.
Finalmente, ha señalado que el mundo necesita “una profunda renovación cultural y el redescubrimiento de valores de fondo sobre los cuales construir un futuro mejor”.