El Faisán, ejemplo de la tesis prohibida
En la crítica que Don Eulogio López (Hispanidad) publicada ayer sobre ‘La tesis prohibida’ aprendí que el consenso puede se un sustituto de la conspiración. Lo aprendí, y lo acepto. Porque por consenso se pueden llevar a cabo las enormes conspiraciones. Vamos, que no se opone consenso y conspiración como sostiene don Eulogio, sino que todo es compatible: ellos apañan en un consenso lo peor de sus conspiraciones a las órdenes del poder.
Efectivamente, lo acabamos de ver con la unánime sentencia del pleno de la sala de la Audiencia Nacional sobre el Caso Faisán que devuelve al Juez Ruz el caso para que investigue más a fondo eso de la colaboración con banda armada de algunos funcionarios del Ministerio del Interior y de, casi seguro, alguno de más arriba. Por si quedaba alguno que no se hubiera enterado de que en España no hay democracia he ahí el hecho evidente de la falta de independencia judicial. No solo eso, no es que no sean independientes estos jueces. Es que son absolutamente dependientes.
Porque el Juez Bermúdez, que como personaje de ‘La tesis prohibida’ se inserta en una tenebrosa logia malagueña, es capaz de decir una cosa y la contraria para justificar sus disparates, primero en el 11M dijo que no hacía falta adhesión ideológica para colaborar con terroristas y luego ahora, con el Faisán dice que no hay colaboración porque no hay adhesión…
Y al final, para evitar el escandalazo que hubiera supuesto sacar el caso de la AN, votan todos en apaño devolverlo al juez cuyo único error había no llevar la investigación del chivatazo hasta el mismo presidente. Todos, al final, siempre, al servicio del poder del oscuro candidato socialista. ¿Qué sabe este químico de tantos para tener tanto poder sobre todos?
En fin, que el Caso Faisán es ejemplo perfecto de ‘La tesis prohibida’, porque revela que dentro de las cloacas del Estado hay gente dispuesta a mantener y a proteger al terrorismo, desde su mismo origen, para utilizarlo según convenga. Es más, también, como dijo Carrero Blanco, “las clases dirigentes son necias y se pliegan a los intereses de los enemigos de España”. Pero por sinceridad hay que ir más allá: ¿Porque son necias o porque son malvadas?
Al menos, siempre quedan valientes que dan la cara y frente a Garzón o el neogarzón Bermúdez tenemos a Ruz; frente a Rubalcaba tenemos a Gil Lázaro, y frente a las necias clases dirigentes tenemos a miles de ciudadanos españoles, como por ejemplo los lectores de Alerta Digital o del blog ”El alcalde de Zalamea’.
Si cuando la invasión musulmana hubo nobles españoles que se aliaron con los moros, si durante la reconquista ocurrió más de lo mismo, si en la invasión francesa también hubo algunos dirigentes que preferían a los franceses que a la Nación y si en los años treinta muchos poderosos decían amar a Rusia y odiar a España, ¿por qué no va haber ahora amiguitos de la ETA en las instituciones del Estado y en la prensa? Pero vamos a ver, ¿acaso no lo vemos cada día? ¿No es alucinante que hoy mismo en el Congreso un representante del pueblo pueda pedir la libertad del terrorista Otegui y elogiarle sin que pase nada? ¡Si vivimos en un sistema que trata mejor a esa gentuza separatista y a esos terroristas que a sus víctimas o que a millones de españoles que aman a su nación! Y ¿por qué ocurre esto? Quizá la única respuesta, que cada vez se me hace más cierta, sea ‘La tesis prohibida’. De hecho, no encuentro otra forma de entender cómo España se hunde con la ayuda de quienes deberían tirarnos salvavidas.
El PSOE es marxista al igual que ETA y BILDU. Por eso el PSOE ayuda a ETA desde Moncloa y desde el gobierno vasco a través del maltratador de mujeres Jesús Eguiguren. El gobierno constitucionalista de Vascongadas (PSOE + PP) está haciendo lo mismo que el PENE UVE.