Justicia española, un lobby elitista
Tengo intención, únicamente intención, de dar datos a ETA de un afamado político; ahora bien, yo no participo en absoluto de los fines criminales de ETA. Es más, me repugnan hasta la saciedad.
Espero y deseo que con los posibles datos personales que pudiera dar, en mi opinión, del político más infame de la democracia nacido en España, no le ocurra a ETA por hacer “una de las suyas”. Y también espero y deseo que a la banda de cuatreros denominada “poder judicial” no le dé por cerrar sus abiertos culos y en todo caso me juzguen -si es que doy los datos, por revelación de secretos (penado de uno a tres años) tal y como solicita el propio fiscal-jefe, Javier Zaragoza, quien acudió al Pleno a sostener, en el denominado “caso Faisán” que ni el ex director general de la Policía, Víctor García Hidalgo, ni el jefe superior de la Policía en el País Vasco, Enrique Pamiés, ni el inspector, José María Ballesteros, cometieron un delito de colaboración con organización terrorista aunque sí pudieron cometer delito de revelación de secretos.
Yo no sé qué pensaran ustedes si es que llevo a cabo lo dicho en cuestión. Yo no tengo duda alguna de lo que me pasaría sabiendo de antemano que el invento denominado “Poder Judicial”, al menos en España, no es otra cosa que un lobby elitista al servicio de sus propios intereses, aplicando justicia como les salen de sus santos cojones.
Si de verdad desean un sistema de justicia digno que acabe con todos aquellos grupos elitistas que actualmente conforman los tres poderes, la solución está en sus manos. No voten a nadie que no se comprometa a enviar a todos estos casposos sujetos togados a los infiernos de los sátrapas, liberando a la sociedad del infame cáncer que supone aplicar justicia mediante intereses personales o políticos.