Tuneando la política
La metáfora es una de las mejores formas de comunicar brevemente lo que de otra forma necesitaría complejas explicaciones. Por eso y para poder transmitir mi opinión sobre lo que sucede en el panorama político nacional tendré que hacer uso de ella.
El tunning es esa adicción que consiste en disfrazar y llenar tu coche de cosas poco útiles para conducir pero que al propietario del coche le encantan y a los que no entienden de coches les hace creer que el tuyo es el mejor y el que más mola.
El gran problema del tunning es que dispara la relación calidad precio hacia el lado más desfavorable, el coche no mejora mucho en calidad pero puede triplicar o cuadruplicar la inversión para el propietario, es decir, que en lugar de comprar un coche de alta gama compran uno muy inferior y dedican el resto del dinero a llenarlo de cosas innecesarias.
En la política pasa lo mismo y al acercase las elecciones nacionales más. Los partidos se llenan de adornos verbales y propuestas ideales pero de difícil ejecución, aunque a ellos les gusta mirarlo y decir: “¿a que mola?”. Se crean comisiones de esto y de lo otro, observatorios para observar cosas evidentes que todos vemos menos ellos, etc. y todo para que el día del gran concurso del tunning político puedan enredar a los ciudadanos y voten pensando en los adornos más que en la utilidad del partido en sí, tuneando los partidos con asuntos caros y poco útiles como los famosos 400 € de Zapatero en las pasadas elecciones.
El PSOE nos presenta un partido conducido anteriormente por un piloto bastante torpe que dejó el coche lleno de abollones a base de atropellar ciudadanos y empresas por coger atajos, eso sí el nuevo piloto Rubalcaba lo ha pintado y ahora brilla mucho, pero los abollones se ven demasiado y él insiste en decir que el diseño es así y que los rallazos se los hizo el PP mientras estaba aparcado. Mecánicamente se ha rodeado de un equipo que cree que cuando un coche no se mueve es porque se han averiado las ruedas sociales en lugar del motor que las hacía girar.
El PP nos presenta un clásico en versión diesel todo terreno para que España gaste poco y supere todos los obstáculos. Lo han tuneado al estilo más clásico, algún alerón y sobre todo defensas delanteras para apartar todo tipo de obstáculos. Quieren vendernos que es el mismo modelo que ayudó a España a cruzar el desierto en el 96, pero todos sabemos que le han cambiado muchas piezas y que el conductor es otro. El piloto Rajoy mira menos por los retrovisores que el piloto anterior y sus mecánicos saben perfectamente como funciona el motor, pero no saben quién va a poner la gasolina para que ande.
Otros partidos minoritarios sólo pueden tunearse con pegatinas anticomplejos de esas que dicen “mi otro coche es un Rolls” o “tengo este para currar y un mercedes para pasear”. Es destacable lo de IU que se presenta con un modelo de la antigua URSS que ya no se fábrica y del que no existen recambios, pero lo han tuneado de asientos por todos los lados para que se suba todo el que quiera y sobre todo, le han colocado la bocina musical de “la cucaracha” para llamar la atención en cualquier manifestación que cuente con más de 12 personas. Los partidos nacionalistas se presentan a este concurso como conseguidores de última hora de piezas, esas piezas necesarias para mover el coche y que normalmente ellos han sustraído honorablemente y ahora se le venden al mejor postor.
También destacaremos a UPyD que se presenta con un utilitario sin motor pero muy aparente a base de montar tunning sobre tunning, muy bien colocado todo y que le da al utilitario un aspecto mucho más grande de lo que es. La mayoría de las piezas que incorpora o las debe o se las ha pagado otro. Su piloto es Rosa Díez, que viaja sola y con las puertas bloqueadas desde dentro, aunque sonríe mucho por la ventanilla y se hace la despistada diciendo: “ay chico, que están atascadas y no se abren, pero seguir empujando”. No necesita mecánicos porque no tienen motor y no tiene motor porque no necesitar circular, se conforma con tener su propio coche para participar en este concurso de tunning que se celebra el 20N.
Personalmente creo que la política es necesaria para un país como lo es un timón en un barco, pero creo que debemos elegir al ganador del concurso no por como tunea el partido ni porque sea nuestro partido favorito de toda la vida. En este momento necesitamos mirar la que se avecina y elegir el proyecto político más adecuado al momento (el que consideramos que necesita España), el más viable (que no sean utopías) y que además los que nos lo venden tengan capacidad para ejecutarlo. Tras la campaña deberemos prestar más atención aún a la vida política, para evitar que nos pasen de nuevo una factura de cosas que no hemos pedido.
*Analista de estrategia y escritor.
La metáfora está muy conseguida, y es muy didáctica. Efectivamente yo también pienso igual, y cuanto más me informo, más claro queda lo decepcionante que es trabajar para un partido político. Todo lo manipulan a su antojo, y quien vaya de sano – de frente, llamándole “al pan, pan; y al vino, vino” -, acaba marchándose DECEPCIONADO o si aguanta, lo trituran y lo echan. Quienes prosperan son los ambiciosos, que estan dispuestos a vender su vida, a “soplarla” a quien haga falta con tal de seguir dentro del partido y esperar a ascender. Para ello eliminan LO QUE HAGA… Leer más »
Totalmente de acuerdo.
Todos los partidos politicos son iguales, con la única diferencia en su estructura. Algunos más desgastados que otros, pero al fin y al cabo todos iguales.