Indigesto cocido gallego
Con el actual ministro de Fomento y portavoz del Gobierno, no sabemos por cuento tiempo, don José Blanco, cobra sospechosa vigencia el viejo refrán de “dime con quien andas y te diré quien eres…” Todo parece indicar que con el llamado “Caso Campeón” y su presunta participación, tendrá que pagar muy caros todos sus excesos, descalificaciones y bravuconadas contra políticos de la formación conservadora (PP).
Sin duda, el encuentro en una gasolinera de Guitiriz (Lugo) con el empresario gallego José Dorribo, reconocida por el propio ministro, para mantener una entrevista en el interior de su coche oficial, resulta, cuando menos, irregular y de lo más extraño. Si ese mismo día tenían previsto almorzar juntos un apetitoso cocido en compañía de otros personajes, ¿a que viene el misterioso encuentro previo y a solas? Tal comportamiento por parte de Blanco le deja en una posición altamente dudosa de cara a su defensa.
Para complicar más si cabe este oscuro asunto, ahora resulta, según la prensa gallega, que se están produciendo ciertos seguimientos por parte de agentes posiblemente pertenecientes al CNI de la jueza San José, instructora del caso. Si dichos seguimientos fuesen ciertos y se demostrasen, en nada favorecerían al ministro Portavoz, por la utilización de unos servicios con intención desconocida pero en su beneficio. Al propio tiempo, más misterioso resulta el robo de ordenadores conteniendo información sobre las auditorias realizadas en las empresas de Dorribo, efectuado con una profesionalidad y limpieza extraordinaria, sin huella alguna pero de lo más anormal por la fecha en que se ha producido.
Dado que lo que está de moda es pretender tomar por idiota a la ciudadanía, lo más probable es que algún alto responsable del PSOE declare que: “el ministro Blanco, lo único que pretendía con el encuentro en la gasolinera lucense, era agilizar y facilitar los engorrosos trámites administrativos, para ayudar en este caso a un empresario a gestionar subvenciones, evitándole y ahorrándole incómodos formalismos con su directa y eficaz intervención, obviamente sin gastos ni comisiones de ningún tipo”.
Parte de la sociedad, y con mucha razón, ya comienza a pensar que vivir en este país es bastante más preocupante de lo que estamos imaginando. Con sucesos de este pelaje y condición. No solo desaparecerán discos duros sino también los escrúpulos (11-M, Caso Faisán, etc). Afortunadamente quedan muchos jueces honrados y valientes que están luchando por la regeneración de España, arriesgando en algunos casos su propia integridad física defendiendo la Justicia y que llegue a todos, sea quien sea….., aforados incluidos.
Todo parece indicar que en esta ocasión, la presunción ante sus paisanos y el irreprimible deseo de reconocimiento, le han jugado una mala pasada al iletrado ministro. Como buen aldeano (natural de una aldea), disfruta demostrando su prosperidad y hasta donde llega su poder pero en esta coyuntura se ha pasado siete concellos con gravísimas e inesperadas consecuencias, a un precio todavía sin calificar ni cuantificar. En Galicia, al ciudadano que actúa de tal forma, le adjudican el calificativo de “pailan” (una mezcla de hortera, paleto, ignorante, inculto y necio). Sin la menor duda, el que verdaderamente está contento y disfrutando con el “Caso Campeón” y su protagonista, es don Alfredo Pérez Rubalcaba. Blanco, más conocido por “Pepiño do Miño”, cada vez que toma el micrófono para defenderse, pensando en su jefe, le tiembla la voz, leyendo y repitiendo el mismo mantra a los periodistas (el caso es que no hay caso).
Si alguien por curiosidad se toma la molestia de leer los comentarios publicados en la red que le dedican los internautas a continuación de las noticias que hacen referencia administro, observarán que es muy difícil adjudicarle a un político mayores insultos, descalificaciones y ultrajes.
Últimamente Blanco se estaba preocupando mucho de su imagen, operación de la vista, trajes a medida, etc. pero si no es capaz de demostrar su presunta inocencia con claridad meridiana, políticamente habrá muerto y el daño originado a su partido, PSOE, será tremendo. Al parecer, “escupió para arriba sin saber cuales podrían ser las consecuencias”.
En muchos medios se está elogiando (o cuestionando) sus grandes dotes administrativas familiares, toda vez que con un sueldo líquido de ministro, aproximadamente 5.000, euros es capaz de llevar a sus hijos al colegio más caro de Madrid, pagar las hipotecas del ático de Villagarcia de Arosa, el casoplón de las Rozas y comer, vestir, etc. etc. Mayor sobriedad imposible.