Los nuevo BRICS: ¿Blasón de dictadores?
El término BRICS fue acuñado en 2001 por Jim O’Neil, economista del banco de inversión estadounidense Goldman Sachs, estimando que Brasil, Rusia, India y China serán la fuerza dominante en la economía mundial hacia 2050. Y no es para menos, ya que uno de los fenómenos más espectaculares de los últimos diez años del siglo XXI, lo constituye sin duda el creciente papel de tales economías emergentes, las cuales tienen un ritmo de crecimiento muy superior al de las economías desarrolladas, mismo que se consigna por un aumento revelador en el PIB mundial de las primeras.
Evidencia de ello, han sido la sustitución del G 7 por el G 20 como Foro de liderazgo internacional en materia económica, hecho que las consolida en el escenario global. Precisamente por esto, nadie discute que la nueva gobernanza de la economía mundial traerá indefectiblemente, una mayor democratización de la gobernanza política, la cual se reflejará en la exigencia de una superior representatividad de estas potencias emergentes, en el Consejo de Seguridad (CS) de la ONU.
De hecho, el contencioso iraní posibilitó la participación de potencias ajenas al Consejo, como es el caso de Alemania. Ello significa, que no esta lejano el día en que veamos un CS en el que Brasil, la India y Sudáfrica, junto con los actuales miembros permanentes, estén interviniendo en la solución de crisis internacionales. Con todo, la mayoría considera que ese día aún esta lejano, empero, por avatares del destino, resulta que la crisis siria adelantó el escenario, pues de forma imprevisible, en este momento tales países forman parte del CS, en calidad de miembros no permanentes.
Ante tan inusitado hecho ¿acaso en el problema planteado, dichos Estados se comportaron de forma tal, que demuestre, que su participación permanente en ese órgano de la ONU, ¿sería responsable? Lo dudo. Para nadie es un secreto que en su momento, tanto Brasil en la cuestión iraní, como Sudáfrica en la libia, se preocuparon mas por desmarcarse del resto de los miembros del CS, para aparentar que propugnaban una política exterior independiente; que por comportarse de forma cónsona, con el rango de potencias a la cual aspiran ser reconocidas.
Por tanto, es inconcebible que los nuevos BRICS, representados por países con democracias consolidadas como las que estos practican, promuevan una política exterior disfuncional, que reclama “soluciones pacificas”, para dejar a los pueblos sublevados, huérfanos de apoyo externo, en las garras de sátrapas como Gadafi o Bashar al-Assad.
Por tanto, ante la recurrencia de tan abominable conducta, Latinoamérica debe prepararse para que cuando el fantasma de la ingobernabilidad llegue a Cuba, pueda contrarrestar de forma militante, el inminente apoyo que a la fosilizada gerontocracia de la dictadura más antigua del planeta, presten los nuevos BRICS, los cuales extemporáneamente, exigen una aplicación rígida del principio de no intervención, vis a vis, el derecho ingénito de los pueblos a su libre determinación, que en el terreno de los derechos humanos, reconoce que la voluntad del pueblo, es la base de la autoridad del poder público. Declaración Universal de Derechos Humanos. (Artículo 21 apartado 3).
*Profesor Titular de Relaciones Internacionales de la Universidad de Panamá.