Después de Gadafi
El terrible linchamiento del coronel Gadafi ha sido la confirmación de la barbarie que se viene. No hace mucho que Estados Unidos y su apocada Europa se reconciliaron con Gadafi y ahora apenas teledirigen a la salvaje turba que lo ha acribillado…. Y robado, que no se nos olvide este detalle: En las cruentas imágenes sale bien clarito cómo amén de agredirlo le rebuscan en los bolsillos. Qué estampa…
La “nueva Libia” del ¿Consejo Nacional de Transición? viene liderada por un tipo al que Gadafi echó de su régimen por corrupto (¡Más o menos como si te expulsan de la mafia por chorizo!) y por otro que es un descarado de Al Qaeda. ¡Al Qaeda! El enésimo eructo de la política angloamericana. Entrenaron al Vietcong para expulsar a los franceses de Indochina y toma. Entrenaron a los talibanes durante años en aquel avispero de señores de la guerra y toma que toma.
Libia apenas llega a los siete millones de habitantes. Es un país cuya estructura social es eminentemente tribal-beduina. En su día, Gadafi fue medio listo al declarar el fin del estado en su país. La caduca idea de estado-nación, que tanta sangre ha derramado desde la guillotina (Como todas las utopías “ilustradas”) jamás encajará en más de medio mundo, y menos en el desértico contexto líbico.
La nueva geopolítica resulta que consiste en desplazar a Egipto como bisagra del mundo islámico-afroasiático, con la consiguiente irrupción de Turquía como imperio otomano redivivo. Después que, claro, hicieran falta treinta años para que la Internacional Socialista se diera cuenta que Mubarak era un dictador y lo expulsara.
Siguiendo el tétrico-esperpéntico cachondeo, realmente a los sionistas no les conviene esta política, de hecho protestaron cuando derrocaron al mentado Mubarak. Lo que se les viene, con una crisis en su seno de órdago, no es nada bueno.
Gadafi era un autócrata, sí. Pero es que siempre se puede ir a peor. Con todo y con eso, Gadafi no era tonto. Probablemente, ha sido de los gobernantes más astutos de los últimos tiempos, y de los que con realmente no demasiados recursos (Al menos estrictamente logísticos) logró joder a sus enemigos y mantenerse en el poder tantísimo tiempo, equilibrando ese difícil sistema tribal de su país desde que tenía veintisiete añitos. Gadafi ha sido un Maquiavelo moro. Con muchas tonterías e histrionismos de por medio, claro. Aunque no mató de hambre a su pueblo.
Con todo, aquí no hay “primavera árabe” que valga, aquí lo que hay es una profundización de una revolución islámica similar a la que se dio en un país que no es árabe: Irán. Aún caldea la memoria: Francia apoyó a Jomeini y compañía contra el Sha de Persia. Luchaban por la libertad, se decía, y luego vino lo que vino. Gadafi, con todo, era, pues, un obstáculo para el islamismo. Aunque muchas veces tomaba cierto mesianismo mahomético como propaganda (Más bien hipócrita y victimista), nunca molestó a los cristianos en su propio suelo. Todos los que más o menos han sido un obstáculo para la profundización en la revolución islamista que se viene están cayendo por obra y gracia de la OTAN, la misma organización que ahora en Libia facilita la cacería de negros, los cuales son sospechosos de gadafistas y cristianos…. Y así dicen defender la libertad, el progreso, la democracia, la tolerancia, y toda la atorada y aburrida palabrería de siempre. Está claro que ni ellos se lo toman en serio.
En fin, después de Gadafi, lo que vendrá será peor. Mucho peor. Pero igual no hay mal que por bien no venga, y todo este quilombo (valga el argentinismo) no es sino el comienzo del fin del farsante imperio para todos los públicos.