Este domingo podremos dormir una hora más
La madrugada del próximo domingo los relojes deberán retrarse una hora ya que a las 03.00 horas serán las 02.00, dando así por finalizado el horario de verano, un cambio de hora obligatorio para todos los países miembro de la Unión Europea, con el objetivo de ahorrar hasta un 5 por ciento del consumo energético.
Así, según informa el Instituto para la Diversificación y Ahorro Energético (IDAE) dependiente del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, de marzo a octubre, cuando ha regido el horario de verano, se alcanza un ahorro de iluminación en España de hasta un 5 por ciento, que equivale a unos 300 millones de euros.
De este montante, 90 millones corresponderían al potencial de ahorro de los hogares españoles, a razón de 6 euros por hogar, mientras que los 210 millones restantes son el ahorro potencial en los edificios del sector terciario y la industria.
Industria explica que, sin embargo, para alcanzar estas cifras potenciales es “necesario” llevar a cabo un “comportamiento racional en el hogar” a la hora de prescindir de la iluminación artificial cuando no es necesaria, así como utilizar tecnologías de ahorro en iluminación por aprovechamiento de la luz natural, en edificios del sector terciario e industrias. Estas tecnologías ampliamente experimentadas consisten en la instalación de fotocélulas o sensores de luz que apagan o regulan la iluminación artificial en función de la luz natural aportada a la zona, a través de ventanas o lucernarios.
Por otro lado, Industria recuerda que el Código Técnico de la Edificación hace ya obligatoria la instalación de sistemas de ahorro en los edificios de nueva construcción y que el Plan de Acción 2011-2020 posibilita ayudas para reformar la iluminación en los edificios del sector terciario.
SURGE EN 1974 Y ES OBLIGATORIA DESDE 2001
El conococido como ‘cambio de hora’ comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y consumir así menos electricidad en iluminación. Se aplica como directiva desde 1981 y ha sido renovada sucesivamente cada cuatro años.
Desde la aprobación de la Novena Directiva, por el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión, en enero de 2001, este cambio se aplica con carácter indefinido. Dicha Directiva está incorporada al ordenamiento jurídico español por Real decreto 236/2002, de 1 de marzo.
Este carácter indefinido de la aplicación del cambio de hora responde a que se entiende que el “buen funcionamiento” de algunos sectores, como transportes, comunicaciones, pero también “otros ramos de la industria” requieren de una “programación estable a largo plazo”.
Por ello, la Novena Directiva –de obligado cumplimiento en los Veintisiete– establece con carácter permanente las fechas de inicio del periodo de la ‘Hora de Verano’ (cuando se adalanta el reloj una hora) y su fin (cuando se retrasa) que corresponden al último domingo del mes de marzo y al último de octubre, respectivamente.
La medida está “avalada” por las conclusiones de un estudio de alcance y efectos que se realizó a instancia de la Comisión Europea y que fue presentado al Parlamento comunitario en 1999. Este estudio concluye que la medida tiene “impactos positivos” no solo sobre el ahorro sino también en otros sectores como el transporte, las comunicaciones, la seguridad vial, las condiciones de trabajo y los modos de vida, la salud, el turismo o el ocio.
RECOMENDACIONES
Por otro lado, Industria y el IDAE recomiendan a los ciudadanos que contribuyan a ahorrar energía durante todo el año mediante un uso “inteligente” de la energía en el hogar, tanto en lo que se refiere a la iluminación, como al aire acondicionado, la calefacción, la compra de electrodomésticos eficientes o la utilización del coche, entre otros.
En este sentido, el IDAE ha identificado un decálogo de conducta que puede ayudar a evitar un consumo “innecesario” de energía y también que permite ahorrar dinero.
Concretamente, recomienda abrir las ventanas el tiempo necesario para ventilar las habitaciones que, en condiciones normales bastan diez minutos para renovar el aire; apagar la calefacción por la noche y no encenderla por la mañana hasta que la casa esté ventilada y las ventanas cerradas; cerrar los radiadores que no se necesiten para mantener el bienestar de la casa y apagar completamente la calefacción si ve va a estar fuera de casa más de un día.
Asimismo, recomienda colocar burletes y adhesivos en puertas y ventanas porque con ello se ahorrará entre un 5 y un 10 por ciento de energía; si es posible instalar dobles ventanas o ventanas de cristal doble, con las que se puede obtener hasta un 20 por ciento de la energía, ya que el 40 por ciento de las fugas se produce por las ventanas y los cristales.
Igualmente, aconseja instalar válvulas termostáticas en los radiadores, o un regulador para la caldera, ya que son “fáciles” de colocar y se amortizan rápidamente; mantener la temperatura de la vivienda en 21 grados centígrados; no abusar de la calefacción, ya que además de ser perjudicial para la salud, por cada grado que se aumenta la temperatura se consume entre un 5 por ciento y un 7 por ciento más de energía.
Finalmente, subraya que para dormir es suficiente una temperatura de entre 15 y 17 grados centígrados, aunque los niños y las personas mayores pueden necesitar un poco más de calor y recomienda que si se hace alguna reforma en casa, se instale algún aislante en techos y paredes.