Esto pido yo por mi voto… ¿Y tú qué pides por el tuyo?
Votar mediante el actual sistema es dejar la dignidad y libertad en manos de una determinada casta de atrevidos mamelucos-as que sin tener, o al menos haber demostrado más capacidad, dignidad y saber que el resto del pueblo, pretenden gobernar al país: por cierto, actualmente un país ingobernable. En primer lugar: toda persona con dignidad no puede permitir bajo ningún concepto que gobiernen sus acontecimientos vitales, es decir :vida, muerte, familia, libertad, honor y hacienda.
Es verdad, somos muchos en este país, además de incorregibles, luego hemos de adoptar un sistema para gestionarnos los unos a los otros. Y he aquí lo que quiero trasmitir a quien tenga la mente exenta de fanatismos. Es imprescindible entender. La diferencia, la descomunal diferencia, entre gobierno y gestión o lo que es lo mismo políticos o gestores, puesto que la misma raya lo infame.
Un servidor miembro del pueblo pretende que quienes lleven las riendas del país de todos, además de saber llevarlas, ha de poseer idénticos derechos y obligaciones que todos los demás… lógicamente, ha de cobrar de acuerdo al trabajo que desarrolle dentro de la gestión pública, pero una vez cesado, o no elegido, en todo caso volverá al puesto de trabajo anterior sin más dadivas que las que nos dan a los demás cuando pedimos una excedencia. Y es que digo: nadie obliga a político alguno a serlo. Nadie.
Los políticos, individuos-as de oficios varios ;químico, zapatero, maestro economista de academia, licenciado en derecho- igual que mi primo “el pololo” -que anda de peón y ya le vale- y otros oficios varios, como camareros, vendedores de fregonas, repartidores de correos y demás oficios, no son políticos. Son, en todo caso participes de la política.Sin embargo, un Gestor, es un profesional de la gestión. Esta es la cuestión.
En este país cualquier cantamañanas, incluso en propio zapatero, que tenga, eso sí, la cara más dura que el cemento, puede ser presidente ministro alcalde o concejal… Ya está bien, hombre. Luego pasa lo que pasa: un país arruinado por un grupo de mamelucos-as, que además de lo que tienen de robado ocuparán cargos relevantes en la administración además de una cuantiosa jubilación. ¿Somos tontos o qué? Lo digo por aquellos que no votamos que según mis cálculos somos más de seis millones. Seis millones de asombrados que vemos como la humanidad se desquebraja entre las manos de supremos imbéciles amos y señores de todos los arsenales, los atómicos y los económicos. Los jurídicos y los mortuorios. Pasmados, así llevamos una década larga,ante las infames leyes de los más fanáticos rojos además de la mediocridad humana, bajo excepciones, de la cúpula del PP actual. Si fuéramos capaces de unirnos podríamos formar la tercera fuerza política del país.Entiendo que estemos cansados, yo lo estoy, y mucho. Pero no por eso dejaré de denunciar mientras me quede vida que las sociedades actuales, sobre todo la española, está presa de sus propias desidias mentales.
El pueblo español, es decir, el total de la geografía excepto la comunidad vasca y la catalana, padece el borreguismo propio del mínimo esfuerzo: Una buena parte de la juventud española es igual a: coche para aquí, universidad para allá, botellón el finde, porros y porretes, polvos y polvetes, pastillas anticonceptivas a diestro y abortos gratuitos si el tema llega a lo siniestro. Todo esto a cuenta del papa y mama, la abuela y el abuelo. En definitiva, que trabaje s.p.m. De éstos no se puede esperar más que la desintegración de la humanidad ya que embistes sus imberbes testuces estupefacientes contra la propia concepción humana, es decir, la familia. “Rota la familia solo quedarán carnes para lapidarse entre excrementos”.
Esto en cuanto a la juventud española. Si hablamos de la vasca y la catalana más de lo mismo, además de un babilónico fanatismo racial el cual se basa en gruñidos fonéticos propios además de creerse dueños de la finca terrenal donde cagan. Es decir, ellos como los demás, bichos engendrados por la Tierra, polvo de polvo y mierda de mierda, dicen ser los amos de un ínfimo trozo de tierra que pertenece por entero al Universo. Estas diatribas mentales hacen que los mismos sean más propensos al enfrentamiento.
Enfrentamientos de los cuales únicamente se sacan muertes y muertes -repasen los enfrentamientos de la historia y díganme quiénes quedan vivos para proclamar su miserable victoria-. Una vez visto lo visto con la juventud de este crujido país, únicamente falta por estudiar qué hace que los llamados adultos se emocionen con un simple pedo de Alfredo. Cómo es posible ser seguidor de auténticos retrasados mentales-as. Veamos qué lugar ocuparía Pajín o Bibiana entre todas las mujeres de su edad si se hiciera un examen completo en todas aquellas materias que corresponden a la buena gestión de la más pequeña empresa… Y de la Vega. Y la Trinidad. Y Salgado. Y Elena Valenciano. No me respondan. Solamente tengan en cuenta que en este país hay millones de adultos que se les cae la baba literalmente, se emocionan e incluso dejan de cenar, por escuchar a estas feministas baratas determinados gruñidos- venimos de los monos- vestidos de rojo carmesí.
Lo mismo podemos decir de Pepiño. De Chaves. De Alonso. De Moratinos. De Zapatero. De Montilla y demás. Y si se me apura incluso de Rajoy. ¿Pero, por Dios, cómo es posible ser discípulos de estos mediocres en su profesión que tiene los santos cojones de denominarse políticos? Un Político es un licenciado Ciencia Política y Administración Pública que al menos tenga una década de experiencia profesional cuando de Gestionar un país se trata.