La lógica corrupción generalizada
La corrupción generalizada, lo mismo que la crisis financiera, es una consecuencia lógica de la pérdida de los valores más elementales.
Robar dinero público acostumbraba a ser uno de los peores delitos, castigado con las más terribles penas. Ahora no es así. Ahora han logrado que, una gran parte de la sociedad también corrompida, elogie los comportamientos más inmorales. Es así, desgraciadamente. Y ¿quién no ha escuchado a alguno decir: “si yo estuviera ahí haría lo mismo”? Me decía un compañero de empresa italiano que “Berlusconi triunfaba porque era un modelo para los italianos, pues tenía mucho dinero y mujeres guapas”. Y ojo, Berlusconi no dimite por ninguna de las anteriores corrupciones: dimite porque se lo impone una Unión Europea que necesita de ciertos aspavientos para poder respirar en su asfixia financiera.
En esas estamos. No les basta vivir del presupuesto del Estado ni ser contratados con enchufes en las mejores puestos de potentes empresas: Urdangarin quería más. Lo mismo que Pepiño. O lo mismo que Alierta, que sigue presidiendo una de nuestras multinacionales a pesar de haber sido condenado con la prevista prescripción para no tener ni que devolver la pasta ni ir a la cárcel. Y tantos otros…
Pero la mayor corrupción se mostró en el debate del pasado lunes, en un pacto del tipo, no me saques Gürtel que no te hablaré de Pepiño. Peor aún: no me hables del Faisán, por favor, que si no te hablo de los tuyos en el 11M…Y muchos ciudadanos encantados con sumarse a un cambio…Pero como decía un inteligente twittero, mi amigo Carlos: “El #20N España cambiará de imbécil”. O de ladrones, añado.
Es real como la vida misma. Hubo un pacto para no hablar de la corrupciones mutuas, del terrorismo etc,(los dos han tirado a la basura a las víctimas) dan asco.