Arranca en Madrid el juicio contra una abogada que encargó a dos sicarios el asesinato de su exmarido: “¡Que se pudra bajo tierra y se lo coman las víboras!”
G.C.- Miguel Ángel murió de tres disparos el mismo día en que logró la custodia de su hija. Con todos los ingredientes de una película policiaca, ayer arrancó en la Audiencia de Madrid el juicio contra la abogada María Dolores Martín, acusada de encargar el asesinato de su exmarido a dos sicarios que se sientan junto a ella en el banquillo. La letrada se enfrenta a 41 años de cárcel por contratar a los dos matones -para los que el fiscal pide 39 y 43 años-, que acabaron con la vida de Miguel Ángel S.
La mujer, que presuntamente trataba de evitar que su ex se quedase con la custodia de la hija de ambos, niega categóricamente esta versión, aunque en el arranque del juicio se pudieron escuchar unas conversaciones de teléfono pinchadas en las que deja clara su animadversión hacia él. «¡Que se pudra bajo tierra y se lo coman las víboras!», se sinceró a un familiar.
El crimen se perpetró el 14 de marzo de 2007 cuando Miguel Ángel S. recibió tres disparos en el garaje de su domicilio de Ciempozuelos. La emboscada se produjo horas después de que un juez acordara concederle la custodia de la hija del matrimonio, que se divorció en diciembre de 2001. Fue entonces cuando la pareja se enzarzó en una encarnizada batalla por la tutela de la menor, que entonces tenía siete años.
Según el escrito provisional del fiscal, María Dolores decidió contactar con Eloy S.B., que se movía en el círculo de los porteros de locales de ocio nocturno, además de ser escolta de la actriz Ana Obregón, para encargarle que encontrara a una persona que matara a Miguel Ángel. Eloy le puso en contacto con Charles Michael G.C., que fue quien presuntamente ejecutó el crimen.
«A veces le odio y otras no»
En la declaración, María Dolores negó los hechos y subrayó que la Policía descartó otras líneas de investigación relacionadas «con los juegos de rol» o con la novia de la víctima, beneficiaria de su seguro de vida. Según su testimonio, Miguel Ángel la «machacó» y la «humilló» en el juicio de custodia, sugiriendo que «iban a por ella» porque él «tenía amigos» en el Tribunal Supremo. María Dolores sostiene haber sido víctima de un «complot» urdido supuestamente por el magistrado que entregó a su marido la tutela de la menor.
En las conversaciones intervenidas, la procesada ironiza sobre su ex. «¡Pobrecito, está muerto!. Esta siendo malo hasta después de muerto». Ante esa evidencia, la procesada no tuvo más remedio que reconocer que alberga hacia el fallecido sentimientos «encontrados, a veces le odio y otras no». «Le pese a quien le pese, la madre de esa niña seré yo hasta después de muerta. Para mis suegros y para mi exmarido sobraba como madre de mi hija y querían quitarme de enmedio. Llevo tres años en prisión y la niña está tutelada porque sus abuelos han renunciado a su nieta», se quejó.
otro asesinato sin condena, la criminal es una mujer y ellas no van a la carcel