El Real Madrid afianza el liderato en Mestalla con final polémico (2-3)
El choque fue más intenso que práctico y pronto se convirtió en un ejercicio cómodo para el espectador, sobre todo en el centro del campo, donde se libró una batalla de enjundia entre Xabi Alonso y David Albelda. La estética, no invitada a la fiesta, dio paso al balón en largo y a la presión como medida más efectiva para sacar petróleo.
De ahí, de una falta sin peligro en la medular, nació el primer gol de los blancos. Benzema, que le quitó el sitio a Higuaín, hizo bueno un saque de Alonso para controlar y batir a Diego Alves con un soberbio remate. El francés, que necesita una dosis de sangre caliente, evidenció su calidad para el 0-1.
Era el minuto 20 y el Valencia entregaba sus armas mucho antes de lo esperado. Parecía ilógico que un equipo de Emery escondiese su identidad. Pero así fue, la siesta ‘che’ duró hasta el descanso, tiempo más que suficiente para que los de la capital del Turia despertasen y recuperasen sus constantes vitales.
Pese a la mejoría local, fue el Real Madrid quien volvió a asestar el golpe. Un córner botado por Ozil en el costado izquierdo acabó en la cabeza de Sergio Ramos, que -inapelable- remachó hasta el fondo de las mallas a 20 minutos del final.
Fue en ese momento cuando el escenario se pintaba favorable para los de Mourinho que, sin embargo, acabaron sudando de lo lindo para obtener los tres puntos. El valenciano Roberto Soldado, primero en un rechace, y después tras el 1-3 de Cristiano, cambió por completo el tramo final, que acabó siendo no apto para cardíacos.
Aduriz, que entró de refresco, disparó desde lejos con peligro y Soldado marcó en fuera de juego. El Madrid vivía angustiado hasta que en el minuto 94, con Diego Alves en el área contraria, el Valencia protestó una ‘mano’ de Sergio Ramos, que despejó desde el suelo la última ocasión del equipo valencianista.
Pero el 2-3 no se movió y el Madrid salió victorioso de Mestalla por cuarta ocasión consecutiva. A los últimos tres triunfos ligueros se le añade la final de Copa, último título merengue, que se marcha de Valencia con la sensación de haber sacado dos puntos más que el Barcelona, a quien sigue dejando un escalón por debajo, aunque sólo sea en lo estadístico.
BARCELONA, 4 – ZARAGOZA, 0
Con el Milan de fondo, Guardiola dejó en el banquillo a Iniesta y Villa, en la grada a Busquets y Pedro y en el césped, Alexis y el canterano Cuenca acompañaron a Messi y a un adelantado Cesc, secundados por Xavi y Keita.
Como venía en el guión del partido, el Barcelona cogió la pelota, fabricando y mascando las jugadas como de costumbre, mientras que el Zaragoza estableció una doble línea de cuatro, muy juntos para presionar al Barça desde el balcón del área.
Así transcurría el partido, hasta que en el minuto 18 una falta sacada por Xavi desde el flanco izquierdo, le sirvió a Piqué para abrir el marcador azulgrana con un cabezazo dentro del área pequeña sin ningún defensa que le molestara.
El gol del central nada cambió el partido, que continuó con el Barcelona siendo el dueño del balón, mientras el Zaragoza se limitaba a defender, soltando algún amago de contra cuando lograba tocar el balón.
Con el Barça llegando y buscando el segundo, apareció Roberto, que neutralizó una a una las ocasiones culés hasta que surgió la letal conexión Cesc-Messi, que se estaba encontrando todo el partido. Esta vez fue el español el que asistió a la ‘pulga’ con un pase medido a la bota del ’10’ que finalizó de forma sencilla.
El monólogo azulgrana era tan claro como la debilidad defensiva maña y, aunque Aguirre intentó cambiarle la cara a su equipo con la entrada de Lafita y Micael en el descanso, los goles del Barcelona siguieron llegando. Si en la primera parte era Piqué, en la segunda fue Puyol el que ejerció de delantero centro rematando en área chica un balón de Keita, mientras el Zaragoza tiraba de forma inútil el fuera de juego.
Con el partido resulto, Guardiola decidió dar descanso a Xavi y Alexis, que dieron entrada a Iniesta y Thiago en el minuto 56, pero que nada cambió el choque que se cerró con un último gol de Villa, que salió en el 75, y que aprovechó un nuevo fallo de la defensa maña para cerrar el partido.
VILLARREAL, 1 – BETIS, 0
El primer gol de los castellonenses llegó cumplidos los veinte primeros minutos. Un mal pase de Beñat en el centro del campo motivó la contra del Villarreal; Marco Ruben vio solo a Borja Valero, que superó a Casto, adelantado, con una vaselina de definición perfecta.
Lejos de amedrentarse, los de Pepe Mel subieron en intensidad y se lanzaron a por el empate. En el minuto 22, Diego López tuvo que emplearse a fondo para despejar un disparo cruzado de Rubén Castro tras una buena pared con Molina.
Minutos después, el jugador alicantino pudo empatar el encuentro, pero su chut tras superar a Gonzalo y al meta gallego se fue fuera. Antes del descanso aún hubo tiempo para que Diego López volviese a actuar en un disparo lejano de Iriney, que envío a córner.
A pocos minutos del final, Jefferson Montero intentó sorprender al guardameta local lanzando a portería desde banda, casi desde el centro del campo, y Diego López se vio obligado a retrasarse. Lo intentaron los de Mel, pero el Villarreal aguantó y sumó su tercera victoria de la temporada.
Le anulan un gol a Soldado y a Benzema no le anulan el primero, y al final un penalty que el colegiado no quiso ver.