Egipto y el regreso al futuro
Rubén Kaplan.- Sugestivamente, a una semana de que se lleven a cabo las acordadas elecciones parlamentarias, la República Árabe de Egipto se ve conmovida por el recrudecimiento, desde el viernes 17 de noviembre, de una instigada revuelta popular -que trae reminiscencias de la que derrocó al ex presidente Hosni Mubarak, con epicentro en la Plaza Tahrir de El Cairo- que dejó hasta el momento, como consecuencia de la brutal represión de la policía militar y antimotines, un saldo de 33 muertos y centenares de heridos.
Azuzadas por la Hermandad Musulmana, multitudinarias protestas, que propician el fin del gobierno del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) a cargo transitoriamente del país africano, se produjeron también en Alejandría y en menor medida en las regiones de de Manya, Suez y Puerto Said. En rechazo a los lineamientos de los militares que pretenden mantener bajo su órbita el presupuesto castrense y no estar subordinados al poder político y con la exigencia de pedir la inmediata renuncia del ex Ministro de Defensa de Mubarak y presidente de facto, el Mariscal de Campo Mohamed Hussein Tantawi, miles de manifestantes, reafirmando que es más islamismo, y no democracia como muchos egipcios anhelan, la premisa que los convoca, agitaban las banderas roja, blanca y negra de Egipto y cantaban “Allahu Akbar”, (Dios es grande) para demandar que los militares, que tomaron el mando en febrero, anuncien rápidamente la fecha de la entrega del poder a un gobierno civil.
La Hermandad Musulmana, en sordina detrás de la insurgencia, condenó la represión y defendió el derecho de la población a protestar, pero llamó a votar el día 28 para evitar que se aplacen, nuevamente, las parlamentarias. En paralelo, el partido islamista “moderado” Wasat, una escisión de Los Hermanos Musulmanes, que obtuvo su legalización en febrero de este año, instó al CSFA a establecer la fecha de las elecciones presidenciales el 29 de abril de 2012, a fin de satisfacer una de las principales demandas de los cientos de miles de egipcios que marcharon el viernes en Tahrir.
En julio de 2009, en un Editorial que escribí sobre la “Minoría Cristiana Atacada en Egipto”, se encuentra la explicación del título que escogí para el presente artículo, inspirado en la película de ciencia ficción y comedia de 1985, producida por Steven Spielberg y protagonizado por Michael J. Fox y del que reproduzco una parte a continuación.
“Mientras el presidente Hosni Mubarak entra en su vigésimo octavo año en el poder, el futuro de Egipto es más incierto e imprevisible que nunca. Su sociedad está estancada, y a pesar que los egipcios están orgullosos de su herencia milenaria, son por otra parte pesimistas acerca del futuro de su país. El interrogante sobre la transición a la que obligará el deceso o incapacidad del anciano mandatario, acucia a la mayoría de la población. La economía egipcia está en serios problemas. El desempleo, de acuerdo a organizaciones internacionales, supera el 20 %. Según Transparencia Internacional, Egipto detenta un alto rango entre los Estados árabes, por sus niveles de corrupción percibidos. La inflación se incrementa constantemente.
En abril de 2008 se produjeron violentos disturbios por los aumentos en los precios de los alimentos. La brecha entre ricos y pobres está creciendo. Cerca de tres millones de egipcios de clase alta viven en chalets en vecindades como Ar-Rihab, Ceniza- Shurug, en el puerto deportivo de Sharm El Sheik y las alturas de Mugattam, mientras que el 44% del país subsiste con magros dólares diarios. El prominente periodista egipcio Abdulhalim Qandil afirma que el régimen de Mubarak está al borde del colapso.
De concretarse este pronóstico, el presidente norteamericano Barak Obama, que está delineando una nueva estrategia para Medio Oriente, deberá extremar su magín y recursos para evitar que el país árabe más importante de la región y que mantiene una fría paz con Israel, sucumba ante los acechantes Hermanos Musulmanes, que anhelan implantar un Estado islámico en Egipto basado en la Sharia y el rechazo a la influencia occidental en Egipto”.
En la actualidad, diversas fuerzas políticas, candidatos presidenciales y figuras públicas rivalizan para delinear el carácter y el futuro del nuevo Estado egipcio. Con cada vez más gravitación y presencia en un anárquico país, de imprevisible rumbo y clave en Medio Oriente, La Hermandad Musulmana y el Salafismo, objetan la definición de Egipto como un Estado civil que excluya la religión de la esfera pública y esperan obtener una amplia representación en el nuevo Parlamento y así tener una influencia considerable sobre el carácter religioso de Egipto y lograr imponer la Sharia en la nueva Constitución. Para que no queden dudas al respecto, el clérigo egipcio Mahmoud Amer en una entrevista que le hicieron en la televisión Al-Hayat el 30 de octubre de 2001 dijo entre otros conceptos que “un musulmán no puede votar por alguien que se opone a la aplicación de la Sharia, que no es un apasionado de la Sharia, y que no la incluye en su plataforma política”.
El lunes, la agencia oficial egipcia MENA, informó que el Ministro egipcio de Cultura Imad Abu Ghazi, había presentado su dimisión como protesta contra la actitud del gobierno frente a los manifestantes, y la represión contra éstos por parte de las fuerzas de seguridad. La reiteración del ejército que entregará el poder sólo después de las elecciones presidenciales, que ha dicho vagamente se celebrará a finales de 2012 o principios de 2013, generó más ira entre los manifestantes que están exigiendo un traslado inmediato del poder a un gobierno civil.
En horas de la noche del mismo día, la totalidad del gabinete de Egipto renunció ante la violencia desatada y acentuó la incertidumbre sobre el futuro de ese país. Con este panorama, el retorno de la delegación diplomática de Israel a su sede en Egipto, a dos meses de haber sido incendiada y saqueada, parece muy arriesgado y poco aconsejable.
Notable visión de Kaplan para anticiparse mucho tiempo atrás, a lo que está pasando en Egipto
Si vemos el contenido de esta revuelta y el condimento de los Hermanos Musulmanes, mas peligrosos que Al Qaeda en mi forma de ver, esto termina MUUUUUUY MAL!
Occidente, abrid los ojos!
tenemos ya al enemigo en casa, tal como lo dijo el Senador Republicano de Florida.
En realidad los Hermanos Musulmanes son como cualquier otra mafia o secta que hay, solo les interesa el dinero. Un amigo mio que fue a Egipto dice que lo unico que necesitas para abrir un bar de ambiente y/o donde vendan alcohol lo unico que tienes que hacer es pagarle a los matones de este “partido” para que no te quemen el local. Y despues, de dia, ellos van de “martires” y de “santos” vigilantes contra la amenaza Occidental, que les viene a quitar sus valores… Seguramente con todos los islamistas que ahora gobiernen en el Mediterraneo ocurrira lo mismo… Leer más »
Cuando el cambio a coches eléctricos esté más avanzado y se consuma cada vez menos petróleo, los moros están listos