El Madrid pone tierra de por medio tras su triunfo ante el Atléti (4-1) y la derrota del Barça en Getafe (1-0)
La generación de quienes no han visto ganar un derbi al Atlético cursa ya la ESO, hecho que retrata bien cómo han crecido las diferencias en la ciudad. Ahora resultan abismales, aunque no lo pareciera esta noche durante un tiempo. El Atlético tuvo un arranque dignísimo y valiente, pero luego se vio con diez y recorrió el calvario desde la dureza extrema hasta el desánimo total. El centro de su defensa fue el centro de su desgracia. Y por donde el Madrid vio el hueco para mantener su imagen de equipo feroz.
En cualquier caso, hubo derbi a la antigua usanza, con un gran Atlético al comienzo, el partido bronco y feo que Manzano había puesto en el trailer del choque después y el final de siempre, con el Madrid desbocado y vencedor. Pero el equipo de Mourinho anduvo desfigurado y descompuesto hasta que se encontró el empate y la superioridad numérica, tras penalti y expulsión (claros lo uno y lo otro) de Courtois. Sobrevivió a su lado oscuro y mató luego al vecino.
El festival de Adrián
En cualquier caso, no estuvimos ante el día de la marmota, ese que convierte al Madrid en insuperable derbi tras derbi. Manzano partió sin el abrigo del trivote y quedó libre de sospecha, y el Atlético resultó un equipo organizado pero también audaz, rematado por un delantero en explosión, Adrián. Ningún ‘nueve’ ha desactivado a Ramos y Pepe tanto como él en lo que va de curso. Aguantó, arrancó, amagó y abrochó el 0-1 en una jugada en la que siempre llevo él la voz cantante.
Pero no sólo llegó el soberbio asturiano. El Atlético le puso acompañamiento a su talento, con los estirones de Perea, la sutileza de Arda y algún brochazo de Diego, que hizo horas extras cerrándole la salida a Xabi Alonso. La contramedida del Madrid le llevó a la imperfección de los comienzos de la era Mourinho, a la tentación del juego directo, de saltarse cuatro estaciones. Eso le volvió impreciso y previsible durante un tiempo. Marcelo se equivocó demasiado, Di María se perdió en gestos, Cristiano extravió la solidaridad, Özil no ejerció la autoridad.
El penalti
En aquel escenario actuaba con más soltura el Atlético hasta que se cruzó un gato negro en su camino. Abundan en los derbis y casi todos pasan ante sus barbas. El Madrid encadenó una buena tanda de muletazos cortos que pusieron a Benzema ante Courtois. El belga se lo llevó por delante. El Madrid empató y el Atlético se quedó con diez. Y entre esos diez ya no estaba Diego. Una renuncia excesiva, pese al contratiempo.
Entonces sí emergió un Atlético blindado y áspero, liderado por Gabi, que se protegió sin contemplaciones a uno y otro lado de la ley, con menos salidas de Adrián, aunque todas con buena dirección. Aquel vigor heroico no le duró demasiado. Prontó le faltó el oxígeno y el partido pasó a ser del Madrid, primero en la pelea cuerpo a cuerpo. Luego con la claridad que se temían los atléticos más deprimidos.
El Madrid se desbocó
La segunda parte se le hizo tan larga al Atlético como lo que va de siglo. Ya no fue capaz de silenciar a Xabi Alonso, se sintió desfondado ante el empuje físico del Madrid, perdió de vista a Adrian, el clavo ardiendo, y encajó demasiado pronto el segundo gol, en una jugada que inició con un gran pase Özil, que pareció ponerse imposible con un pase retrasado al vacío de Cristiano y que acabó con un remate certero de Di María, el que pasaba por allí.
El Atlético está acostumbrado a cosas así y a otras peores, como la pifia de Godín que empaquetó el 3-1. El uruguayo dejó botar y botar un pase largo y sin destinatario de Marcelo hasta que el combatiente Higuaín, recién llegado, le limpió la pelota y la puso en la red con la frialdad del asesino. Esta vez no fue Perea quien volvió al lugar del crimen. El uruguayo no acabó el partido, tras cometer otro penalti sin discusión sobre Higuaín, aprovechado por Cristiano.
Sin esperanza, la resistencia atlética se fue debilitando. También el hambre del Madrid, lo que evitó que se disparase el marcador hasta rondar la masacre anunciada. Pero, con menos sangre, el final fue el de siempre.
GETAFE, 1 – BARCELONA, 0
El equipo de Pep Guardiola ya conoce la derrota esta temporada. Su verdugo fue el Getafe, curiosamente la peor versión del cuadro azulón de los últimos años. Sin embargo, no hizo falta más que un cabezazo de Valera, a 25 minutos del final, para tumbar al actual campeón de Liga.
Los milagros existen en el fútbol pensará el Getafe, quien vio cómo Messi estrelló el balón en el palo en el minuto 93. El argentino, lejos de su estelar nivel, no pudo batir a Moyá ni a un Geta que también tuvo a la suerte como aliada. Y eso que el choque comenzó bien para el conjunto azulgrana, que dispuso de varias ocasiones en botas de Villa, primeramente, y Alexis en segundo lugar, que fue de lo más destacado en los catalanes. Sarabia intentaba contener el fútbol culé, pero Xavi era demasiado.
Se trataba de restar los minutos para conocer cuando llegaría el tanto del Barça. Era lógico, el mejor equipo del mundo no pensaba que se iría contra las cuerdas cuando -nada más salir del túnel de vestuarios– Villa desviaba con la cabeza un pase del centrocampista de Terrasa.
Y ahí sacó petróleo el Getafe, temido a la contra por el buen hacer de Miku y sus secuaces. El venezolano, el mejor en el bando azulón –aunque algo egoísta– avisó a Valdés en una carrera de 40 metros, pero tuvo que ser en un córner cuando llegase el único tanto del encuentro. Valera llevó el éxtasis a la grada azulona y propinó el 1-0 en el minuto 67. Quedaba mucho tiempo para el Barça que, poco a poco, veía cómo sangraba su herida. No era normal, pero acabó confirmándose la derrota, así como la cuarta salida culé en la que no suman los tres puntos (Anoeta, Mestalla, San Mamés y Coliseum).
El Getafe respira y comienza a dejar de lado los puestos de descenso, un lugar que hasta la fecha se había ganado por méritos propios, mientras que el Bara –que este sábado no contó con Fábregas ni Puyol por decisión técnica– ya mira al Real Madrid seis puntos por debajo. El Barça se frota los ojos, los blancos… también.
Lo del Barça no tiene nombre: El primer año de Guardiola 6 titulos + 2-6 al Madrid, EN EL 2ª año 2 titulos liga y supercopa el 3ª casi como el primero liga,supercopa, Champions otra supercopa y mundialito por el que opta para ganar, osea 4 titulos y un 5ª por el que pretende lograr. esta liga primero Betis, levante lideres por delante de todos, despues lider, mas tarde 2ª a un punto del madrid despues a 3 y ahora a 6 y a 13 dias del Clasico.
El Atleti se pone por delante en el Bernabeu pero como suele pasar en los partidos del Real Madrid que el equipo contrario no puede con el arbitro, pues ganando 0-1 los colchoneros el colegiado pita penalty y expulsa al meta rojiblanco y el Madrid empata 1-1 ya en la segunda parte Godin se duerme y le meten el 1-2 el 1-3 vino tras un fuera de juego del equipo blanco y el 1-4 otro penalty mas a favor de los merengues. Asi cualquiera gana.