Cientos de personas se concentraron ayer en Madrid para rendir homenaje a Francisco Franco, en el 36 aniversario de su muerte en la cama, en un acto en el que se ha planteado articular una alternativa política capaz de unir a todos “los patriotas españoles” bajo las mismas siglas.

Así lo han expresado en su intervención Eduardo Arias, presidente de Nudo Patriota Español, una de las organizaciones convocantes, y Juan Pedro Cruz, otro de los oradores, quienes dijeron mirar con envidia el entorno abertzale donde se olvidan de sus diferencias y “votan como una piña a las siglas que toca”, de cara a unas elecciones.

Además de la necesidad de articular una alternativa política, el presidente de Nudo Patriota Español ha criticado la ley de la Memoria Histórica por ser “una herencia lamentable dejada por el PSOE” y que se ha convertido en “una losa en el pensamiento de muchos españoles”.

En el acto, que estaba previsto para el domingo día 20 pero se trasladó a ayer debido a la coincidencia con las elecciones generales, se transmitió el mensaje de que los concentrados, en la céntrica Plaza de Oriente, eran los “nuevos indignados” pero, esta vez, del patriotismo español. La concentración, que ha sido convocada, principalmente, por Nudo Patriota Español, Movimiento Católico y Acción Juvenil, consistió en la lectura de varios discursos a cargo de oradores, militantes de asociaciones franquistas todos ellos, pero además se han leído cartas de asociaciones que se adherían al acto y también del líder de Fuerza Nueva, Blas Piñar, cuyo discurso fue leído por su hija, Valle Piñar.

Todos los discursos han ahondado en el hecho de que el PSOE quiera “dinamitar” el Valle de los Caídos, donde reposan los restos del ex jefe del Estado y de José Antonio Primo de Rivera, y en que la crisis que afecta a España, no es sólo económica, sino “ideológica y moral”.

En el acto se pidió también la disolución de las comunidades autónomas, el fin de la monarquía, la salida del euro, la nacionalización de la banca, la anulación de la ley del aborto, el fin del matrimonio gay y un respaldo unánime a la “cultura de la familia”.

Los concentrados portaban, en su mayoría, banderas españolas, enseñas con el escudo aguilar y brazaletes con los colores de la bandera española.

Además, los organizadores montaron puestos de venta de libros y de artículos patrióticos al objeto de recoger donativos para las asociaciones convocantes.

Discurso de Blas Piñar

A continuación reproducimos íntegro el discurso de Blas Piñar, lider moral de la derecha española, que fue leido por Valle Piñar, su hija: “Queridos amigos, que os reunís de nuevo en este lugar, fieles a unas ideas que compartimos, y de recuerdo de quienes como José Antonio y Franco las significan y representan.

Estamos, como en tantas ocasiones, en esta plaza que hemos llamado Plaza de la lealtad y Plaza mayor del que fuera Occidente cristiano y que hoy debemos llamar Plaza de Oriente ya que es una Plaza brújula , cuya flecha, cuando el huracán y el oleaje están a punto de hundir el barco –en este caso a España- nos indica cómo manejar el timón para que España no naufrague y se inunde.

Esa flecha apunta indistintamente al teatro de la Opera, que tenemos enfrente, y al Palacio, que tenemos detrás. Si la Ópera nos invita a cantar en medio de la tormenta, el Palacio nos convence de que somos capaces de seguir combatiendo, a pesar de la tormenta, por los valores innegociables y los principios inamovibles que forjaron a España.

Volver la mirada hacia José Antonio y a Franco no es estancamiento que paraliza, sino búsqueda de una fuerza interior que fortalezca la voluntad personal y colectiva a fin de que no se apodere de nosotros ni el desánimo ni la tentación de la renuncia. Hemos de poner la mirada en el pasado para que la experiencia sea magisterio, pero también la mirada en lo alto para otear el paisaje y el horizonte.

Esta mirada a la altura y desde lo alto nos hace saber dos cosas imprescindibles para hacer un diagnóstico acertado de la situación: que no estamos en la hora presente ante un problema solamente nacional y que la crisis que nos afecta es algo más profunda que una crisis económica.

Estamos ante una crisis ideológica y moral que ha abierto sus puertas, incluso por vía socialista a un capitalismo salvaje de especulación, que no tiene nada que ver ni con el capitalismo que produce, ni con el capitalismo que distribuye. Eso puede corregirse en sus abusos, y en España se consiguieron gracias a una legislación laboral modélica y modélicamente aplicada, lo que es muy difícil por no decir imposible, con el capitalismo de especulación, que es incapaz por sí mismo de crear riqueza y, por consiguiente, de repartirla con equidad.

Estamos por otra parte ante un ataque a un nivel planetario al cristianismo, raíz de la cultura de Occidente y de la Cristiandad política. Se trata de un ataque, que con medios muy poderosos arranca o pudre esa raíz. Es verdad que se cambia de método, pero lo que no se cambia es el objetivo. En vez de mártires, apóstatas. En vez de templos incendiados templos vacíos. En vez de matrimonios estables, matrimonios infecundos. En vez de familias tradicionales, nuevos tipos de familia. En vez de una nación que se llama España, un país, simple geografía o apellido de un Estado plurinacional a punto de fragmentarse en naciones distintas.
La guerra de España no fue un hecho aislado; fue un capítulo del proceso desintegrador que amenaza a Occidente, y que debería ser una lección para todos, aunque ya lo es para cuantos aquí nos reunimos.

Traer a colación a Franco y José Antonio, es tanto como proclamar públicamente que ellos, de un modo providencial, sin duda, lo entendieron así, y fueron, con su doctrina y con su obra, capitanes y adalides de una Cruzada con héroes y mártires.

La Basílica de “El Valle de los Caídos”, con la Cruz de granito que se alza en Cuelgamuros, es el símbolo visible y monumental de esa Cruzada, en la que la Victoria fue para todos. Allí reposan, junto a los que se combatieron con las armas, los restos mortales de los artífices de esa Victoria, que no se avergüenzan, lógicamente, de ello. Al contrario, es una muestra de la reconciliación, de la quenosotros nos sentimos cristianamente orgullosos.

Los que no quieren que este símbolo de la reconciliación permanezca, son los que detestan esa reconciliación y pretenden exhumar y trasladar los restos de Franco y José Antonio, destruir la Cruz, expulsar a los monjes y dinamitar la Basílica”.