El PSOE abre una etapa de suspense
Todo está abierto y todo es posible. El Comité Federal del PSOE dio ayer el pistoletazo de salida a un proceso de renovación más participativo que nunca y, por ese mismo motivo, de desenlace tremendamente incierto. Ni siquiera está claro aún quiénes serán los candidatos a la secretaria general del partido. Ni Alfredo Pérez Rubalcaba ni Carme Chacón se decidieron a mostrar sus cartas. Pero el candidato socialista en las pasadas elecciones reclamó en todo caso que, al margen del resultado, se realice un ejercicio de «unidad e integración» y no se caiga en la tentación de hacer borrón y cuenta nueva.
Rubalcaba sigue aún sopesando si debe o no dar un paso al frente, según algunos de quienes impulsaron su nominación como cabeza de cartel del partido para las generales. Sin embargo, ayer ejerció de líder del partido, prácticamente en igualdad de condiciones con José Luis Rodríguez Zapatero. Después de que el presidente del Gobierno en funciones abriera la larga sesión, como es habitual en la tradición del partido, el exministro del Interior tomó la palabra para rendir cuentas del trabajo realizado durante la campaña.
Y no solo eso; tras un intenso debate en el que participaron casi medio centenar de dirigentes, suya fue también la réplica final.
¿Significa eso que tiene intención de tomar las riendas de la formación de ahora en adelante? Nadie ofrece por el momento una respuesta clara. «Lo único evidente -dice uno de los barones hasta ahora considerados proRubalcaba- es que nadie va a ir a buscar a nadie y esto no va a ser cuestión de componendas entre secretarios generales». En resumidas cuentas, el escenario tiene ya poco que ver con el de las pasadas primarias, cuando temerosos de entrar en una guerra abierta que debilitara aún más las opciones del partido de cara a estos comicios, un grupo de dirigentes territoriales hicieron piña para elegir por aclamación a ‘su’ candidato.
La renuncia a un pacto por arriba, ahora que ya no hay gobierno que preservar ni argumento para sustraer a las bases su derecho a la participación, se plasmó ayer en la aprobación de un procedimiento que facilita, al menos sobre el papel, la presentación de candidaturas. Solo con obtener el apoyo del 10% de los miembros del Comité Federal -o sea, de 25- el partido pondrá a disposición del ‘preaspirante’ un espacio en la web oficial y se encargará de remitir su propuesta de candidatura a todas las agrupaciones y a los delegados elegidos para el 38 Congreso.
A la postre, sólo serán candidatos reales aquellos que logren recabar el aval de, al menos, el 20% de los delegados que rondarán el millar de militantes; pero la fórmula abre la puerta a una carrera que, a juicio de la mayor parte de los ‘notables’, difícilmente quedará ya reducida a dos opciones. Lo lógico, dicen, es que ocurra como en el año 2000, y haya tres o cuatro contendientes.
Rivalidad
De quién se atreva a dar el primer paso dependerá, probablemente, la evolución de los acontecimientos. Porque si algo quedó claro en este Comité Federal es que la rivalidad entre Rubalcaba y Chacón es palpable. Ahora que no hace falta disimular ante los electores ni profesarse «mimitos» ficticios como hicieron en un acto conjunto en Barcelona, uno y otro evitan dirigirse siquiera la palabra; pese a estar condenados a sentarse codo con codo en los puestos reservados para la ejecutiva.
Que ambos tienen partidarios es también una evidencia. Pero quizá sea más correcto decir que los dos tienen detractores. El secretario general de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, dejó patente su desafección hacia Rubalcaba cuando defendió que el PSOE necesita ahora un «revulsivo» y también dejaron clara su postura los representantes de la corriente minoritaria Izquierda Socialista. A su juicio, el exvicepresidente primero no puede ser secretario general tras el batacazo electoral «por una cuestión de credibilidad».
En un contexto como el actual, en el que la pérdida de poder ha sido masiva, es complicado sin embargo hacer un recuento de apoyos. Entre otras cosas porque el respaldo de un líder regional no significa ya el de toda su federación. Es lo mismo que propició la victoria de Zapatero en el 35 Congreso, solo que ahora el partido está aún más dañado. «Para encontrar un resultado peor que el de estas elecciones hay que remontarse al 1936 con el Frente Popular», ironiza un dirigente del PSC.
Chacón, que no pronunció palabra en las siete horas que duró el cónclave, ni siquiera tendría plenamente garantizado el apoyo de los socialistas catalanes en bloque. Y, ahora, algunos de quienes le apoyaban para las primarias -a las que no llegó a presentarse- matizan que primero se definirán los proyectos y, después, las personas que pueden encabezarlos. La ministra de Defensa en funciones, según su entorno, ya tiene tomada la decisión de ser candidata a la sucesión.
Base sólida
En primera instancia, los socialistas cuentan, en todo caso, con la oferta con la que se presentaron a las generales; un texto que Rubalcaba siempre ha defendido como válido para la actual coyuntura. Zapatero, que ha prometido neutralidad en el proceso, le dio ayer la razón. «Hemos elegido un programa para los próximos cuatro años y ese programa debe guiar nuestra labor de oposición», dijo.
La cuña del aún secretario general del PSOE es, para algunos dirigentes socialistas, la muestra de que el empeño de Rubalcaba de defender el valor del programa electoral como herramienta «sólida y coherente» no prejuzga nada sobre sus intenciones. «Una cosa es el programa y otra el proyecto, que trasciende lo concreto», alegan de manera críptica.
No falta quien cree que sus posibilidades se diluyen y que el «tono» empleado en su discurso inicial denota los escasos deseos que tiene de dar la batalla. Sin embargo, el excandidato socialista eludió ofrecer señales explícitas de que ha tirado la toalla o piensa hacerlo. Y, aunque, admitió la contundencia de los datos -el PSOE ha perdido 4,3 millones de votos y reduce su presencia en el Congreso a 110 escaños- llamó la atención sobre otro asunto que, dijo, debería marcar el trabajo del partido «en el futuro».
«Hemos enviado votos a casa y a otras formaciones políticas, pero una buena parte de nuestros votantes se han negado a votar al PP; no hay una derechización de la sociedad española». Si Zapatero se limitó a hablar del pasado, él miró hacia adelante. «Somos el instrumento más importante que tiene la mayoría progresista de este país para alcanzar el gobierno», alegó.
Y el nuevo Gobierno, debería reforzar la guardia en los juzgados con un capitán de día y de noche hasta que todo estos corruptos paguen el rancho que se han llevado.
VIDEO DE LOS RESULTADOS ELECTORALES DEL PARTIDO POLITICO ESPAÑA 2000 EN LAS 2 PROVINCIAS DONDE SE PRESENTARON
http://youtu.be/NOPlW3MVXiQ