¿Por qué se reune Rajoy con los sindicatos de la ruina?
A mi primo Blas, estupendo abogado y genial twittero conocido con nombre de sabio… @bueymudo.- En toda mi vida profesional, que sin ser muy larga –unos ocho años- pero si muy intensa, sobretodo en viajes y en algo que me encanta como es conocer personas, he sabido de pocos trabajadores afiliados a algún sindicato.Vamos que nadie que curre de verdad se ocupa de nutrir mediante la suscripción de una cuota, a esos ciertos caraduras profesionales. Y lo mismo puede decirse de eso que llaman las confederaciones de empresarios que tienen miles de empleados viviendo del dinero público. Todo eso son chollos para cobrar subvenciones y no trabajar, no arriesgar, no innovar, no competir.
En fin, para no hacer todo eso que necesita nuestra economía: productividad, ser mejores, con nuevos productos o servicios y más competitivos en un mercado global.
Pero si hemos tenido a un líder de UGT, un señor llamado Méndez que de trabajo sabe poco, decidiendo la magistral política económica de los últimos años –hasta el punto de haber sido llamado el tal sindicalista “vicepresidente en la sombra”- ahora tenemos que soportar verle junto al compañero Toxo, líder de CCOO, reunirse con el Sr. Rajoy, como si fueran ellos los representantes de ese ente conocido como “la interlocución social”.
Con razón mi primo Blas Piñar Guzmán –la especie abunda- verdadero indignado por currar más horas que nadie- me decía por Twitter (qué cantidad de verdades como puños suelta la gente por la fantástica red social): “a qué viene esa reunión de los sindicatos con Rajoy, ya que no representan a nadie. A mi tampoco. Porque es que yo trabajo, oigan”.
En fin, que por llevar la contraria –para eso escribo aquí, para decir cosas distintas- diré como mi primo que no me ha gustado nada ver a un mal llamado “presidente electo” -aquí no se eligen presidentes, aquí votamos (el que vote) listas cerradas de señores de unos partidos que luego pueden ser los diputados que elijan al presidente- con tanto poder acumulado, tener que reunirse con unos tipos que viven del cuento, consumen las subvenciones en célebres comilonas en caros restaurantes y que si saben algo de economía todo es malo para la misma, porque sus conocimientos son realmente concepciones basadas en prejuicios ideológicos y no en el sentido común de unas finanzas elementales que cualquier familia aplica con responsabilidad: “no gastemos más de lo que ingresamos que acabamos en el hoyo…”. Facilito.
Así que, señor Rajoy, tiene usted el poder que le da el sistema: menos reuniones y más Gobierno. Ahora no habrá excusas para no hacer lo que debe hacer: evitar que España desaparezca por ruina o por nacionalismo o por ambas.
Lo diré en castizo: “lo as clavao, macho”