Arias Cañete, hacia la reforma de la Política Agrícola Común
Miguel Arias Cañete es la persona elegida por Mariano Rajoy para encabezar el recuperado Ministerio de Agricultura, que durante la etapa de Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero desapareció para integrarse sus funciones en la cartera de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino. Arias Cañete repite en este departamento, que ya encabezó entre 2000 y 2004 en el segundo Gobierno de José María Aznar. Un período en el que tuvo que gestionar la crisis alimentaria que provocó la enfermedad de las ‘vacas locas’, que provocó enormes pérdidas a la ganadería.
En su discurso de investidura, Rajoy dejó clara su determinación de recuperar la cartera de Agricultura para «poner en valor el papel del sector agrícola en nuestro país para devolverle el protagonismo que merece».
Aparte de las dificultades derivadas de la crisis económica general, el nuevo ministro de Agricultura tendrá que afrontar varios retos específicos del sector, ahora sumido en una crisis de rentabilidad de las expotaciones. El principal será encabezar en Bruselas las negociaciones para la reforma de la Política Agrícola Común (PAC), que en 2012 entrarán en fase decisiva. Las organizaciones agrarias señalan como meta pactar una PAC beneficiosa para los pequeños y medianos agricultores, es decir, profesionales centrados en la actividad productiva. Miguel Arias tiene a su favor su experiencia en el área y su conocimiento de los pasillos de Bruselas, donde se dirimen la mayoría de cuestiones que afectan a la Agricultura.
Rajoy ya dio algunas pistas en el debate sobre sus aspiraciones. El primer objetivo en esta materia será elaborar una ‘Estrategia Nacional para la defensa de los intereses españoles en la Unión Europea’. Este anuncio tuvo muy buena acogida entre las organizaciones agrarias, que lo consideran «básico a la hora de mantener una estrategia coherente y válida para defender como país cualquiera de nuestros intereses». Será competencia del ministro Arias Cañete fijar con las organizaciones agrarias una postura común de cara a la negociación.
El sector agrícola también ve primordial solventar los graves desequilibrios que existen en la cadena agroalimentaria, que en ocasiones obligan a los productores a vender por debajo de los precios de coste y dan lugar a diferencias astronómicas en el precio de los productos entre el campo y el supermercado. De ahí que otra de las tareas pendientes será cumplir la promesa de Rajoy en la investidura de abrir nuevos mercados y «fomentar la internacionalización» del sector agroalimentario mediante la promoción de los productos y el apoyo a la implantación de la gastronomía española en el ámbito europeo e internacional.