Malos ministros, malas noticias
Decía Rajoy entre tantas palabras que intentaban recuperar la confianza en una clase política mediocre “que es malo generar falsas expectativas”. Sí señor. Pero toda la irresponsabilidad del PP y de los medios que han edulcorado un traspaso de poderes como modélico cuando es secretista -porque esconde la basura debajo de las alfombras- ha culminado en vendernos al nuevo Gobierno como si fuera la única esperanza de una España mejor. Es decir, como que Rajoy era el hombre que todos esperábamos como un salvador. Pues no. No para las voces independientes que si no nos hemos dejado llevar por las falsas expectativas –y lo decimos- es porque no debemos nada a nadie. No somos como esos medios que al ver el poder absoluto del Partido Popular, expulsan a periodistas molestos para aparecer aún más serviles a la casta que nos arruina.
Si ya el debate de investidura era una pesadilla por tener que soportar a los mismor privilegiados diciendo cómo arreglarían lo que han destruido, si en ese debate ha negado la verdad de Rosa Díez, y ha defendido a la casta política afirmando “que no hay corrupción generalizada” siendo aplaudido por algún socialista, si ya fue una pesadilla ver el cambio de Rajoy en 2008, si ya es una tomadura de pelo que se busque el pacto con los nacionalistas tan culpables de la ruina de España, si ya fue vergonzoso que Fraga dijera que “cuando Rajoy gobierne ni aborto ni matrimonio homosexual se tocarán”, si fue tremenda la expulsión de San Gil y el mejor PP que nuca hubo –el de Ordóñez-, si para premiar la traición de tantos héroes ha nombrado al jefe del golpe vasco Portavoz en el Congreso, si fue patético el comunicado de Rajoy ante la trampa etarra del 20 de octubre pasado y, sobretodo, si ante el drama nacional de la politización de la justicia lo único que promete es renovar el Tribunal Constitucional –el que el pactó en ese consenso repugnante que padecemos- y no despolitizar una justicia que en sus niveles elevados contradice todo el trabajo del verdadero juez, si, en fin, con todo eso, algunos siguen esperando algo de un Gobierno pensando para cumplir objetivos económicos que solo son la parte más visible de los problemas graves de fondo, que tampoco esperen nada, porque resulta que el recorte debe ser de 55000 millones y Rajoy solo promete 16000, arriesgándose a ser el Papandreu de español.
Pero si con todo eso, y a pesar de eso, u olvidándonos de eso, alguno quiere esperar algo bueno para España de este Gobierno, hablemos de sus ministros:
Primero, como en el chiste, la parte buena, lo mejorcito. En Economía tenemos a un técnico (De Guindos) que puede ser un buen profesional, pero fue el representante en España de uno de esos bancos de nefasta gestión con el que reventó la burbuja. En Hacienda (Montoro) un buen técnico del partido que ya ha demostrado correcta gestión. Regresa Arias Cañete que ya fue un buen ministro de Agricultura y al lado de las gestiones antiespañolas de los socialistas -y promarroquíes y profrancesas- en el sector, es una grata noticia.
Ha sorprendido Morenés en Defensa –un ministerio fantasma por la quiebra a la que le ha llevado Chacón- que es un técnico que ya trabajó para Serra –eso no me gusta- y ahora tiene el único fin de solucionar la ruina en la que se haya lo poco que queda del Ejérctio. Pastor (Fomento) puede aplicar la capacidad demostrada como ministra de Aznar. Báñez (Trabajo), colaboradora de Montoro y Arenas, es una mujer de partido conocida por su capacidad de echar horas, lo cual será necesario en su ministerio y en el país del paro.
Y lo malo: que se premia a Soria (Industria) y a Jorge Fernández (Interior) con ministerios sumamente importantes porque lo único que pueden aportar es sumisión al nacionalismo y obediencia servil –que no fiel- al jefe; es decir: garantía de continuidad en lo que el sistema prescriba. Además, estos dos son el mejor ejemplo de los responsables de que el PP vasco reventara después del viaje mejicano de Mariano. Nos tememos además que Fernández es la persona menos adecuada para limpiar cloacas, lo cual dará que hablar. En Exteriores, tenemos a García Margallo, un perfil bajo poco adecuado para el panorama, aunque quizá sea mejor pasar desapercibido, como si no nos vieran.
Y en educación (Wert) -Rajoy ha dicho que no va a tocar “porque no se puede cambiar de plan con cada gobierno”- nos ponen a un hombre cercano al mundo de la izquierda y de PRISA… Y se premia también por fidelidad a Saéz de Santamaría (Vicepresidencia) y Mato (Sanidad), auténticas profesionales de la política que aún tienen que demostrar gestión.
Y por último, lo peor, lo más repugnante, lo que supone un auténtico insulto a las víctimas, lo que respalda mi conciencia al no haber votado la lista del PP de Madrid sobretodo por su presencia, lo que hace que nos temamos lo peor respecto al proceso de claudicación ante ETA, es tener que soportar a Gallardón en Justicia. Precisamente porque la Justicia es lo que más urge reformar en España y Gallardón es la garantía del uso político de la misma (recordemos la persecución a Losantos como ejemplo). Porque Gallardón es el fiel reflejo de la injusticia: es quien dijo del 11M que había que olvidarlo y mirar al futuro o que la instrucción y la sentencia fueron ejemplares; es quien ha despilfarrado el dinero de los madrileños y les ha metido sablazos de escándalo para intentar tapar su derroche… Y sabemos que el poder de PRISA y de las altas instituciones nos venderá un gestor eficaz que, pudiendo reformar la justicia en sus aspectos formales, en cambio, llevará al paroxismo su control político. En fin, Gallardón es el mejor ejemplo de político profesional capaz de cualquier cosa con tal de medrar o mantener privilegios.
En fin, malas noticias. Pero las esperábamos. Muchos preferirán escuchar las mentiras de los medios. ¿Hasta cuándo? Porque ni deben generarse falsas espectativas ni el optimismo desesperado debe esconder la realidad.
El PP solo es la continuación necesaria para el régimen del 78, la partitocracia y , por supuesto, buenos mamporreros para el verdadero poder, el que marcan los globalizadores de todo signo.
No me interesa absolutamente nada. Solo sé, que han tirado, robado, manipulado, y Put..ado un pais y un pueblo-Como casi siempre-Un pueblo ignorante, pero nuestro pueblo.
Andaluz, no me hables de zaplana.Ni de gobiernos fuertes.Fuerte para qué. ? cuantas idioteces hay que leer
Un gobierno fuerte tendría a Mikel Buesa para Economía, Iturgáiz o San Gil para Interior, Aguirre para exteriores, Pizarro para Justicia, Zaplana de portavoz, etc. A ver por donde salen los Rajoninis.