El enigma de ‘Los pájaros’ de Hitchcock
La plaga de pájaros más famosa del mundo, que afianzó el merecido puesto de Alfred Hitchcock como el indiscutible ‘maestro del suspense’, existió de verdad fuera de la pantalla de cine. La historia del ataque feroz de miles de aves kamikaze -basada en el libro ‘The birds’, de Daphne du Maurier- ocurrió dos años antes del estreno de la película en la ciudad estadounidense de Santa Cruz, en la costa californiana. Casi medio siglo después, un equipo de científicos de la Universidad de Louisiana ha descubierto el origen de esta extraña invasión de gaviotas trastornadas que inspiró uno de los mejores clásicos del séptimo arte y que a punto estuvo de dejar tuerta y chiflada a su protagonista, la actriz Tippi Hedren.
El 18 de agosto de 1961, el periódico local ‘Santa Cruz Sentinel’ publicó un sorprendente suceso: «Sobre las tres de la madrugada, una lluvia de pájaros se precipitó sobre los tejados de las casas despertando a la población, que, asustada por la ofensiva de las gaviotas, salió corriendo de sus viviendas y se defendió con improvisadas antorchas de fuego». La insólita noticia llegó a oídos de Hitchcock, propietario por entonces de un rancho en los montes de Santa Cruz.
«Por la mañana, los habitantes de la ciudad se encontraron con las calles cubiertas por los cadáveres de los animales. Las aves, que vomitaron pedazos de pescado -su propia comida-, liberaron un hedor insoportable y pestilente», continuaba el artículo. La primicia llegó en el momento perfecto para el director inglés, que preparaba la adaptación al cine de la novela de Du Maurier.
Experto en transmitir intriga y tensión a través de sus películas, Hitchcock descartó incluir en ‘Los pájaros’ una explicación del comportamiento de las aves para suscitar en el espectador mayor angustia y terror. Ahora -y aunque al realizador inglés no le hubiera hecho gracia desvelarlo-, el misterio del suicidio colectivo de las gaviotas ha sido resuelto por un equipo de biólogos marinos.
El estudio -publicado por el periódico ‘Nature Geoscience’- demuestra que los pájaros no sufrían ningún ataque de locura colectiva sino, simplemente, una intoxicación aguda. Gracias a un episodio muy similar que se produjo en 1991 en la misma región, protagonizado por unos pelícanos también desorientados, los científicos americanos han dado con el culpable: el ácido domoico de unas algas microscópicas. La toxina, hallada en el estómago de los peces que comieron estas aves, está muy difundida en el ecosistema acuático de Santa Cruz. Los análisis concluyen que en 1961 el 79% de toda la flora marina de la región californiana contenía rastros del veneno.
Tras descubrir el enigma de los pájaros perturbados de Hitchcock, miles de personas que por su culpa miraban con recelo a las colonias de gaviotas respirarán aliviadas. ¿O quizá no?