El director general de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), Ignacio Calderón, ha explicado este miércoles que el modelo de consumo de alcohol entre los adolescentes es el denominado “modelo nórdico”, que supone “el consumo rápido para colocarse y sería el de entre cinco y seis copas en dos horas”. Calderón lo ha explicitado en el marco de la presentación de una nueva campaña de sensibilización llevada a cabo por la fundación que dirige.

“Se trata de un consumo colectivo y en fin de semana”, ha indicado Calderón, quien ha explicado que las borracheras, entre 2006 y 2010 han pasado de un 20 a un 50% y que el “lado positivo” es que hay una concienciación general de que “no se debe conducir en estado de embriaguez”.

Según la Encuesta Domiciliaria sobre Alcohol y Drogas del Plan Nacional sobre Drogas (2009-10), han aumentado los consumos intensivos de alcohol, siendo la población joven de 15 a 24 años la que presenta una tendencia mayor y creciente al “atracón”. Un 11 por ciento ha bebido alcohol a diario (frente a un 10,2 por ciento de 2007) y el 4,4 por ciento son bebedores de riesgo.

La bebida más consumida es la cerveza, tanto en días laborables como en fines de semana, seguida del vino y los combinados, y durante los tiempos de ocio, el 30 por ciento de los estudiantes de 14 a 18 años reconocen haberse emborrachado en los últimos 30 días, según datos de la Encuesta Estatal sobre Uso de Drogas en Estudiantes de Enseñanzas Secundarias (Estudes) 2010.

También el alcohol juega un papel protagonista en el policonsumo, patrón cada vez más frecuente entre los escolares, tanto en España como en el resto de países de la Unión Europea. De cada 3 estudiantes de entre 14 y 18 años, uno no consume, otro consume una sola sustancia y el último consume dos o más sustancias.

Por último, la FAD destaca que el alcohol es la sustancia que se percibe menos peligrosa: menos de la mitad de los encuestados considera que tomar 5 o 6 copas en fin de semana puede producir problemas. “El tiempo que le dedicas al alcohol se lo quitas a todo lo demás” es al segunda campaña consecutiva que la FAD lanza sobre el consumo de alcohol.

El alcohol, cuando se le concede un espacio excesivo o una significación marcada en el estilo de vida de cada uno, llega a dificultar las relaciones y resta tiempo a las personas en su vida cotidiana.

Ese es la idea central sobre la que gira la nueva campaña de sensibilización de la FAD, sobre el consumo de alcohol, una de las sustancias más consumidas en España en la población de 15 a 64 años con una prevalencia de consumo en el último año de casi el 79 por ciento.

En una conferencia de prensa celebrada este miércoles, el director general de la FAD ha informado de que la campaña consta de tres anuncios para televisión, dos cuñas de radio y dos gráficas para prensa y publicidad exterior.

Desarrollada por la agencia Shackleton, los anuncios de televisión reproducen diferentes situaciones cotidianas en las que, por el espacio y la significación que el alcohol ha llegado a ocupar en la vida de los protagonistas del anuncio, y sin tratarse de personas en situación de dependencia o conflicto extremo, ven cómo sus relaciones personales se ven dificultadas.

Las situaciones cotidianas reflejadas son un padre con su hija en el parque, una pareja de adolescentes viendo una película en casa o un partido de baloncesto entre amigos.

En las cuñas de radio se reproduce esta misma idea haciendo alusión al precio que hay que “pagar” por haber consumido alcohol como es el ver menos a la familia o abandonar las aficiones de uno.

En lo que a las gráficas se refiere, en las mismas se puede leer, simulando el letrero luminoso de entrada de un bar de copas, dos frases: “He dejado el equipo de fútbol” y “veo poco a mi hija”.

La campaña, ha explicado Calderón, estará en activo a lo largo de seis meses y será difundida de manera gratuita por medios de comunicación de ámbito local, autonómico y nacional.

Los anuncios están dirigidos a la población general y su objetivo, ha subrayado Calderón, es “sensibilizar” sobre cómo el consumo de alcohol puede llegar a ocupar un espacio y tener un impacto que afecte en las relaciones personales, “aún sin haber caído en situaciones de dependencia o conflicto extremo”.

En este sentido, Calderón ha explicado que la campaña no intenta negar la huella social del alcohol o sus posibles beneficios, sino que se trata de una “reflexión común” acerca de cómo el alcohol, cuando se le concede demasiado espacio, “puede llegar a dificultar la vida cotidiana”.