Indeciso y silencioso Rajoy
El permanente y cada vez más pronunciado gesto entre duda e indecisión de Mariano Rajoy, está reflejando su preocupante estado de ánimo. Gobernar es decidir y para el presidente, tener que tomar decisiones continuamente constituye un sufrimiento. Luchó durante muchos años para conseguir ser presidente del Gobierno y lo ha logrado con mayoría absoluta, pero como opinan los que le conocen bien, aunque no lo aparente se encuentra incómodo en el puesto. Posiblemente necesite el ser respaldado por un superior, como siempre le ha ocurrido a lo largo de su dilatada carrera política.
Durante el primer Comité Ejecutivo Nacional del PP, el presidente solo pretendía que transcurriera sin complicaciones ni imprevistos y no fue así. Concretamente, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, rompió el idílico clima al proponer en el area de Sanidad, que el precio de los medicamentos debería variar en función de la renta del paciente, poniéndose ella misma como ejemplo de la injusticia actual al no tener que abonar cantidad alguna por su propio tratamiento. En línea similar opinó que el Gobierno debería liberar a las autonomías de ciertos gastos educativos, como los cursos académicos de grado y posgrado, considerando que todos estos temas deberían someterse a deliberación…
Ante tales planteamientos, Rajoy, como siempre, no se manifestó afirmativa ni negativamente , solo observando un discreto silencio, actitud totalmente impropia del primer responsable del Gobierno. Sobre la manida Reforma Laboral se comentó que en el próximo consejo de Ministros se facilitará un “avance” importante, cuando lo que la sociedad demanda y necesita no son precisamente más aplazamientos, sino que de una vez por todas se promulgue y entre en vigor cuanto antes. Esperemos que en esta ocasión, el calificativo de “amplia” reforma corresponda a la realidad y no se quede en un parche más como en ocasiones anteriores. En cuanto a los comentarios de Mª Dolores de Cospedal tratando de matizar las propuestas de Aguirre e indicando que coincidian con los proyectos del presidente del Gobierno, resultaron de lo más inoportuno. Mal asunto cuando comienzan a surgir los “interpretadores de intenciones” como en esta ocasión.
Criticar la actuación de Rajoy en tan breve espacio de tiempo no es correcto, si bien, aunque duela, no es menos cierto que crece el número de los que piensan que su acceso a la presidencia es un fiasco tan grande como la subida del IRPF. Esperemos, por el bien del país que se equivoquen.
El pasado lunes 24, en una tertulia política televisada, durante la entrevista mantenida con el presidente de la Comunidad Balear, José Ramón Bouzá, al ser preguntado sobre el capítulo de las vergonzosas “subvenciones” a sindicatos y patronal, no tuvo el menor recato al manifestar que en su Comunidad habían sido suprimidas, tal como se anunció en la campaña electoral del Partido Popular en las pasadas elecciones generales.
Todos los ciudadanos aplaudieron la decisión del PP manifestando que, partidos políticos, sindicatos y organizaciones empresariales, no podrían gastar ni un solo céntimo del erario público, debiendo mantenerse con las cuotas de sus afiliados. Cuando se ha comprobado el incumplimiento de tal decisión, limitándose a reducir las subvenciones en un 20% sólamente, las críticas han llovido con toda la razón, interpretándose que el cambio de criterio obedece al temor de que los sindicatos tomen las calles y quiebren la paz social de don Mariano, pero por este camino estaremos avocados al más rotundo de los fracasos y el presidente duraría en la Moncloa menos que un caramelo en la puerta de un colegio.
Convendría que prestase atención a las afirmaciones de su colega de partido, Mayor Oreja, cuando dice que: “hay que sufrir al gobernar para acertar. Si no sufres, estas vegetando”. Por su parte, el prestigioso analista político, Tomac de Varelokivich, añade, “cuando no se gobierna con criterio, decisión, arrojo y valentía, posiblemente no exista madera de lider ni alma de presidente”.