El cónclave socialista de Sevilla
El desprestigio del actual partido socialista ha quedado plenamente acreditado en esa extraña reunión de Sevilla, donde se nos anuncia que el futuro del partido lo representa el señor de cana barba que puso su firma al pie de algunos de sus más siniestros capítulos.
Dicen los aún creyentes en esto del democratismo liberal que la institución básica en la que debe asentarse la democracia de los partidos son sus congresos. Los compromisarios representan, al menos teóricamente, la voluntad de todos los militantes. Se supone que los congresos son el foro donde deben plantearse las exigencias de los afiliados, discutir sus problemas, ejercer la autocrítica y elegir libremente a los dirigentes.
Pues bien: ¿qué han decidido los asistentes al 38 congreso del PSOE a cambio de refrendar al candidato del aparato? ¿Qué temas trascendentales para la nación se han discutido? ¿Qué interpelaciones decisivas han hecho los representantes de los miles de militantes que, estoy seguro, hubieran querido elegir a un líder distinto que los dos en juego? Resulta grotesco que la ovasión más sonora del Congreso de Sevilla se la llevara Rodríguez Zapatero. Resulta rayano en el esperpento que el único asunto de conformidad general fuese la aprobación de la gestión al frente del partido del responsable de sus mayores fiascos electorales, en las puertas como se estaba en Sevilla del peor de todos ellos: Andalucía.
A lo largo de estos últimos cuatro años, tan cuajados de gravísimos problemas para España, el PSOE ha perdido todos sus grandes feudos regionales, provinciales y locales. ¿Qué militante o dirigente socialista ha hecho oír su voz en Sevilla, pidiendo explicaciones, exigiendo cambios, denunciando los clamorosos casos de corrupción que en regiones como Andalucía han devuelto al PSOE a los años más aciagos del felipismo? ¿Qué imagen ofrece, por ello, el Congreso del PSOE al país? Sean sinceros por una vez: una imagen penosa. Una imagen de ineficacia. Si el PSOE no tenía nada mejor a mano que a Rubalcaba y a Chacón, entonces es que este partido está más perdido que Belén Esteban en el museo del Prado.
Es enteramente normal que los honestos militantes del PSOE (aunque personalmente no he conocido a ninguno, los debe haber) se sientan hoy enteramente desvinculados de sus dirigentes. A tal indiferencia les ha llevado quienes, carentes de toda dimensión ética o agarrotados por las exigencias de los grupos de poder que existen dentro del PSOE, han convertido este partido en una especie de club privado, que funciona en el vacío, ajeno a la palpitación del cuerpo social al que dice representar. Cuando problemas de tan enorme trascendencia como los recortes que sufren miles de trabajadores gobernados por el nacionalismo catalán, la agravación de la pobreza, el crecimiento de la marginalidad social, la competencia canallesca de los inmigrantes, la progresiva pérdida de nuestro mejor capital humano, no se examinan a fondo por los representantes de un partido que lleva la palabra ‘Obrero’ en sus siglas, quienes prefieren refugiarse en tertulias estériles e irresponsables, entonces es que los socialistas españoles han perdido ya la poca dignidad que les quedaba.
Los congresistas de Sevilla recibieron las propuestas consensuadas en restaurantes de cinco tenedores y las dio por buenas, con una docilidad que nada tenía que envidiar a las tan denostadas aprobaciones por aclamación de los congresos en la Bulgaria comunista. Y para que la burla fuese mayor, quienes apoyaron a la candidata perdedora pasan a formar parte del equipo rector del ganador, demostrándose una vez más cómo los principios ‘democráticos’ pueden ser enajenados a cambio de un lustroso cargo.
En definitiva, del Congreso de Sevilla sale un líder soñoliento, desvaído e incoloro. Lo que tenía enfrente era todavía más patético. Nada menos que la versión faldera de Zapatero. Los niveles de las intervenciones de ambos han resultado bajísimos; de fondo y, no se diga, de forma. Sin que escape a tan irritante mediocridad la actuaciones oratorias del resto. Con semejantes pertrechos morales e intelectuales, no es de extrañar que el PSOE tenga que apelar a la canalla cada vez que se acercan unas elecciones.
Una vez mas, querido Armando te has quedado corto.
Así es Armando, El PSOE es un partido “alcanzado por el rayo y en su mitad podrido que varias quiebras ramas le han salido”.. RC, la risas analfabetas¡ en todos los sentidos de Chacón, pepiño griñán y demás.
El socialismo va camino de desaparecer, pues su político basada en el pasado no tiene cabida actualmente excepto en los mas analbabetos, que como bien se sabe con el tiempo van aprendiendo y van quedando menos..
saludos JLPR